CAPÍTULO 30: El Rayo que nos Selló

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—Carlos, ¿Qué estás haciendo aquí?—

—Hija entiendo que no te sientas para hablar— me dice mi mamá —Pero tienes que hacerlo, tal vez estés molesta con Luis, pero que me dices de Carlos, lo he visto preocupado y él no te ha hecho nada...me estaré en el carro con tu papá—

Mi mamá se va, no sin antes hacerme un gesto de "suerte", jamás me había hecho una sorpresa como esta, volteo al otro lado para ver a Carlos de nuevo, este se levanta y viene hacia mí.

—No sabes como se me revolvieron las ideas cuando vi que saliste huyendo— me dice —Estuve a punto de hacer desafinar la guitarra—

—No..no es tu culpa, fue Luis, vi como te empujaba y recordando lo del celular pues me dio un coraje ¿Cómo querías que lo mirara a los ojos?—

—Si, es verdad, nosotros tenemos un código, y es que el show debe continuar pase lo que pase, nuestra asistente quería matarte jaja, pero a mí no me importó, yo solo me preocupé por ti, que estuvieras bien—

—Fue solo impulso, pero si estoy bien, estaba en el baño a punto de escapar, de hecho me iba a venir para acá con Suseth, pero en eso nos topamos con mi mamá, que estaba con Luis—

Carlos solo hace un gesto

—Oye pero una disculpa si eso arruinó su reputación o algo— le aclaro —No era para nada mi intención, ya puedo verme entrando a Instagram y ver el montón de comentarios—

—No te preocupes por eso, diré que te sentías mal y que tuviste que salir de urgencia, no pueden culparte, así como yo—

—Muchas gracias, de verdad—

—Llegando a casa me espera una larga discusión con Luis—

—Estuvo a punto de hablar conmigo, pero Suseth se lo llevó, después de todos los resultados y cierres ya hasta se me olvidó preguntarle a ella si le había dicho algo—

—Yo no le he hablado, después de que nos bajamos del escenario nos separamos, sin decirnos nada, creo que me pasé con los gritos al principio—

—No te preocupes, estabas angustiado, te prometo que todo saldrá bien, no es novedad que cuentas conmigo—

—Pues al ver que tu estás bien ya me deja un gran alivio, y oye, no tuve la oportunidad de decírtelo hasta ahorita, pero felicidades por tu trofeo—

Jaja gra...—

—Pero eso no es todo, deja tu el trofeo, lo que dijiste, cuando presentaste la guitarra, en mi vida de mi carrera musical había escuchado algo tan profundo como lo que tu dijiste, enserio, me dejaste con la boca abierta—

—Ah...pues, me alegra bastante que te haya encantado...yo también tengo algo que decirte—

—¿Qué cosa?—

—Pues cuando estaba exponiendo te vi a ti, y vi como me sonreías, y eso...eso me dio como el doble de inspiración, se me quitaron los nervios, y literalmente comencé a sentir lo que estaba fluyendo por los colores de esa guitarra, este tipo de cosas nunca me había pasado en todas las presentaciones que he tenido—

—¿Es enserio? Que bueno que estuve ahí para presenciar la primera, después de todo, disfruté mucho ver tu presentación, tu talento, hasta me sentí mal cuando vi que habían anunciado a otra ganadora—

—Me siento más ganadora por lo que hice que por ese trofeo—

—Pero ¿Qué ese no es el punto del trofeo?—

—Ah, es verdad, ignórame, ya ando dormida—

—Jajaja—

Nos quedamos callados, lo único que se escucha es el sonido de las suaves gotas que caen del cielo, vemos la escuela desde la terraza, se ve bastante bonita de noche, y con ese aroma, no el de la humedad, el de Carlos a mi lado, sin un Luis que lo empuje para evitar que se acerque a mí, las gotas comienzan a aumentar más y más.

—Va a comenzar a llover fuerte— le digo a Carlos mientras abro el paraguas —Además ya es muy tarde, creo que será hora de irnos—

—Si, es verdad, un día bastante cansado ¿no?—

—Algo, pero, feliz al final—

—Eso si, sin duda—

—Me encanta tu voz, cuando te conocí aquella vez en la dirección pensaba que estabas enfermo o algo jaja, pero, no sé escucharla me hace sentir tan bien—

—Jajaja ¿Enserio eso pensaste? bueno, no eres la única que me lo dice, a mí me encanta tu...—

—¿Mi que?—

—Ay, es que son tantas cosas las que me encantan de ti, que no sé por donde empezar—

—Puedes empezar por lo primero, jajaja—

—Pues...me encantas tu—

No tengo palabras para eso, lo tomo del hombro, y esta vez mas despacio pero lo abrazo, el también lo hace, se escuchan los rayos de fondo, a pesar de ser un sonido feo, no sé, en ese momento lo escucho como impacta al ritmo de los latidos de mi corazón, el agua se suelta.

Cierro los ojos y doy un enorme suspiro al estarlo sintiendo tan cerca de mí, la parte que se odia, es cuando nos despegamos.

—Te acompaño a tu carro— me dice

—¿Quisieras que yo te lleve?—

—Pensaba pedir un uber, pero...si no es mucha molestia—

Nos dirigimos a mi carro, le digo a mi papá si podemos ir a dejar a Carlos a lo cuál accede sin problemas, una vez dentro nos quedamos completamente callados los dos, no nos dirigimos ni una sola palabra, como si no nos conociéramos, solo vemos como la intensidad de las lluvias pasa por los vidrios del carro. Llegamos a la residencial de Lucha.

—Muchas gracias, fue muy amable de su parte— le dice Carlos a mi papá, luego se voltea hacia mi, me hace una media sonrisa que y sus ojos me miran fijamente —Buenas Noches— dice casi susurrando, al voltear hacia abajo no me había dado cuenta, pero estamos agarrados de la mano, solo lo miro y sonrío, no sé que decir, ni hacer, hasta se me olvidó respirar. Carlos sale del carro y entra a su residencia.

Al llegar a mi casa, entro a mi cuarto, me recuesto en mi cama, y puedo sentir como las piernas se me relajan después de todo el cansancio del día de hoy, me quedo mirando hacia arriba, pensando en todo lo que sucedió, recordando esa hermosa mirada de cachorro que tiene Carlos y sus hermosas palabras, a estas alturas una ya no se puede ocultar, el sentir y el latir de mis nervios son más que obvios, es oficial, es definitivo...

Estoy enamorada de Carlos Colosio. 

Ella es Mía (LUCAH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora