CAPÍTULO 27: El Descontento

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Sentir sus brazos rodeando mi cuerpo es de las sensaciones más hermosas que he tenido en mi vida, inhalo profundamente para que todo su olor entre hacia a mí, se podría decir que estoy en otro mundo cuando de repente llega mi mamá, haciendo que me desprenda rápidamente de él.

—Estuviste más que excelente— me dice mientras se acerca junto a mi papá.

—Eso que dijiste de lo pequeño y lo enorme nos llegó a todos— dice papá.

—Gracias— les digo —La verdad es que si que me sentí inspirada este año, pues miren, aquí está Carlos—

Mis padres y Carlos se saludan, se están haciendo payasos, es obvio que me vieron súper abrazado con él, seguramente no me dicen nada porque está él ahí presente, pero yo sé que si me vieron, cien por ciento segura.

—Tu también estuviste muy bien Carlos, te vi en el concierto de entrada— le dice mi mamá

—Gracias señora, que bueno que le gustó—

—Mamá— interrumpo un poco —A Carlos y a mí nos gustaría ver el resto de las participaciones ¿Podemos ir?

—Claro, no te preocupes, tu papá y yo volveremos a nuestros asientos, muchísimas suerte a los dos—

—Gracias— decimos.

Eso de que Carlos y yo queríamos ver a los demás participantes fue algo que saqué de la manga, es decir, si quiero ver a los demás participantes pero más aún quiero estar a su lado.

Y así es como la pasamos, viendo muy buenas obras, buenos números musicales, hubo uno que otro que falló, pero pues es normal en este tipo de eventos, Carlos y yo reímos con todo lo que vemos, no sé él, pero esta es una de las pocas veces en el año que veo a tantos talentos florecer al mismo tiempo, y eso me alegra, me motiva a salir adelante en mis sueños. Estaba pasando un momento tan feliz cuando llega la asistente de Lucah.

—Los necesitamos en diez arriba del escenario para el concierto de medio tiempo—

Tenía que interrumpir, enserio que ella si sabe como borrarme la sonrisa de la cara.

La seguimos a pesar de que si sabemos donde está el escenario. Nos topamos con Suseth en el camino.

—¡Oye! ¿Qué fue lo que pasó? Andaban en gritos—

—Ahorita te digo, tengo ya casi es medio tiempo— le digo en voz baja para que Carlos no me escuche

—No me dejes con la duda, dime tan siquiera algo—

—Esta bien, pero no vayas a gritar...fue Luis el que se robó el celular de Carlos—

—¡¿Es Enserio!?— su grito hace que medio mundo voltee.

—Sssh ¿Qué te dije?—

—Ah...es enserio que hiciste una guitarra de colores, wow, no lo puedo creer Mía— si en algo es buena Suseth, es en improvisar, bajamos la voz nuevamente.

—Si, si es enserio, yo tampoco lo podía creer—

—Y eso ¿Por qué lo hizo?—

—No nos quiere decir, solo estaba discutiendo con Carlos tuve que llegar a parar tanto grito—

—¿Y cómo se calmaron?—

—Bueno, de hecho ni se han visto, yo estuve con Carlos todo este tiempo, a Luis lo dejé en uno de los camerinos y ya no lo vi después—

—Ay si, y ahorita cómo le van a hacer, tienen que cantar juntos—

—Eso mismo me pregunto yo—

La asistente llega y vuelve a interrumpir

—Muchacha ¿Quiere que le mandamos una invitación por escrito? la necesito en su posición—

—Ya me tengo que ir— le digo a Suseth —Atenta a cualquier cosa—

—Claro, si si, mucha suerte Mía—

La asistente me coloca en los asientos de hasta en frente, junto a otras estudiantes, al parecer ellas no saben lo de la subida al escenario porque actúan tan normales, si supieran, ya me quisieran comer con todo rabia ahí mismo. Saben, esto de ser la fanática que suben al escenario definitivamente no es lo mío, si de por si no se que hacer cuando me cantan las mañanitas enfrente de todo mi salón, menos voy a saber que hacer con una banda que apenas conocí en mi primer día de clases y con Luis que no lo veo como una estrella sino como mi amigo de la infancia, además, estoy bastante indignada con Luis por lo del celular.

Comienza A Escondidas, y así como se hizo en el ensayo llega el momento en el que Luis tiene que bajar por mí, lo hace, me toma de la mano y me mira a los ojos, mientras me sube, alguien ya colocó la silla en el escenario, donde me siento, él comienza a cantar. Puedo ver de reojo que por el otro lado Carlos se está acercando a mí, ay no, otra vez va a pasar.

En un movimiento fugaz Luis se atraviesa del otro lado impidiendo que Carlos pase, me estoy desconcentrando, tengo que mirar a Luis a los ojos, ahí está él, cantando y fijando su mirada en mí, la gente aplaude. Puedo oler a Carlos de lado izquierdo mío, mi concentración falla y me volteo para ver si es él. Apenas lo veo un segundo cuando Luis se le atraviesa nuevamente pero esta vez se nota que le da un empujón.

Yo me molesto, ya estuvo, me valen las indicaciones, no importa el público, me levanto de la silla y me salgo del escenario. 

Ella es Mía (LUCAH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora