Capítulo 36

84 17 0
                                    


Luego de la escuela invité a mi amigo a quedarse en mi casa hasta el día siguiente, no sin antes rogarle a mi madre, con el único objetivo de trabajar juntos en nuestro proyecto de un cómic propio. Llegamos y lo ataqué con los bocetos que plagaban mi cuarto.


–Vaya –expresó sorprendido– Yo que creía que no te lo tomabas en serio.

– ¿Hablas en serio? –repliqué– Creo que estoy más emocionado que tú. ¡Incluso hice mi propio libreto!

– ¡Oye, ese era mi trabajo! –exclamó ofendido y me quitó los papeles de la mano– Déjame ver eso. A ver... Bien, algo de drama, sí...  ¡Sí! acción momentánea... poderes... asuntos clichés. Tal vez con un par de cambios... Espera, ¡¿Romance?! –exclamó revisando más de cerca las hojas arrugadas– Oye, oye, vamos de a poco con los hechos, ¡¿Qué es eso de gastar todos los recursos en tan pocas escenas?!

– ¿Qué me aconsejas? –pregunté preocupado, comenzaba a asustarme su actitud. Él me dio una palmada en la espalda y señaló al supuesto horizonte, guiándome la mirada.

–Debes alimentar al fandom de a poco, con pequeñas migajas, como a las palomas... y ver como con desesperación se pelean por las migajas, una por una... –gesticuló como si estuviera lanzando migajas a la nada– Tienes que mantenerlos con lo justo y suficiente, mantener fija su atención, ¡Si les lanzas todo de una sola vez se hartarán y volaran! –exclamó revolviendo las manos hacia el techo. Arqueé una ceja.

–Supongamos que te entendí –respondí confundido– Ahora, necesito algo de ayuda, esto de escribir no es lo mío...

–Lo noté –masculló y lo miré de soslayo entornando los ojos.

–A lo que voy –tensé los labios e hice una pausa– Es que tenemos que ponernos de acuerdo, o tú hacer una historia para mis dibujos o yo dibujos para tus historias...

–O nos ponemos de acuerdo –sugirió.

–A eso iba –respondí sonriendo.

– ¿Acaso estás pensando en...? –me miró sonriendo.

– ¡Aliens! –exclamé sonriendo

– ¡Superhéroes! –dijo él. Nos miramos confundidos

–Creí que siempre pensábamos lo mismo –expuse con una mueca de horror– ¡Me fallaste! –me cubrí con las manos el corazón como si me hubieran clavado una estaca.

– ¡Dímelo a mí! –exclamó ofendido– ¡¿Aliens?! ¡¿En serio?!

–Tienes razón, tenemos que ponernos de acuerdo–él asintió en respuesta.


Y así es como comenzamos a debatir sobre una posible historia de superhéroes alienígenas... hasta que recordamos "Guardianes de la Galaxia" y optamos por abandonar esa idea. Entonces surgió una revolucionaria... Una muy realista. Sonreí con malicia al ver que estábamos de acuerdo sobre de qué iba a tratar.

La chica del pin de la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora