7 Días con Got7 [EN EDICIÓN]

Capítulo 44

https://youtu.be/oAHkZf9fi1c

Vean ese video... y si no lo pueden ver busquen en YouTube 《Got7 Angel in Japan》 No se arrepentirán, se los aseguró... Comenten su reacción.

-Número cuatro.

Fruncí el ceño. Mirando de reojo a Yugyeom.

-¿Eh?

-Dale al número cuatro, así podrás hacer que los demás caigan.

Volví a posar mi vista en el pequeño duendecillo con el número cuatro dibujado en su barriga y entorne mis ojos para agudizar mí mirada. Cuando estuve segura de mi objetivo, apreté el gatillo y la bola rosada salió volando, impactando de lleno contra el duende.

Los demás duendes que estaban detrás cayeron por inercia. La lucecita que anunciaba un ganador se encendió y el encargado se acercó a nosotros.

-Muy buen tiro, puedes elegir cualquier peluche que desees -murmuró el chico alto.

-Oh -observé la pared llena de peluches de felpa- Quiero el ave verde.

-Bien.

El encargado se alejó a buscar mi premio. Normalmente era el chico el que ganaba los premios para la chica. Pero en este caso, Yugyeom prefirió no jugar y me ayudó a ganar el premio.

-¿Por qué el ave? -preguntó.

-Se parece a ti -susurre.

-¿Qué? ¿En que se parece a mi?.

Giré mis ojos y tomé el ave que tendía el encargado.

-Es un ave y tu eres un ave migratoria.

Yugyeom sonrió de lado, tomó mi mano y camino conmigo por el parque. Sólo unas pocas familias se encontraban en allí. La mayoría eran niños de no más de diez años.

Un puesto llamó mi atención, en realidad no era el puesto, el que había llamado mi atención. Era el chico que estaba detrás del mesón.

¿Qué demonios hacía el aquí?.

-¡Kassy! -gritó cuando me vio.

Levante mi mano en señal de saludo y estaba apunto de girar sobre mis talones cuando Yugyeom me empujó hacia la casilla.

-Hola chicos, ¿Cómo están? -Habló Chad, mirándonos a ambos.

-Bien ¿Qué haces aquí? -preguntó Yugyeom.

Chad apuntó el pequeño letrero que estaba colgando de la pared, en el cual se leía "Besos Felices" con grandes letras.

-¿Qué significa eso?.

-Oh, las chicas vienen aquí y donan ropa, dinero o cualquier cosa a cambio de un beso.

Inconscientemente puse cara de asco, que no paso desapercibida para ninguno de los dos.

-¿Qué? ¿Por qué me miran así?.

-¿Qué le pasa a tu rostro? -preguntó Chad.

-¿Hm? Oh, creo que pise mierda de perro.

Yugyeom mordió su labio y pude ver que estaba aguantando la risa.

-Si claro, sabes muy bien que donarias todo por un beso mío.

Le miré mal y me acerqué para golpear su hombro. Pero una voz me detuvo.

-¿Collins? ¿Kassandra Collins?.

La señorita Bower, profesora de literatura en la secundaria y presidenta de la Asociación de donativos estaba de pie frente a nosotros con una estúpida sonrisa en su cara.