Capítulo 5

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Lía se levantó de un salto y comenzó a dar tirones a su cabello, no dejaba de llorar y gritar.

― ¿Estas bien?― preguntó Chad hacia mí.

―Eso creo.

No hace falta decir que estaba en completo shock, iría al concierto... OH POR DIOS. Vería sus cuerpos sudando, tomaría la botella que ellos lanzarían desde el escenario.
Bebería desde donde ellos lo habían hecho... Tendría su saliva.
Un momento.

―Mamá, ¿Qué sector compraron?― pregunté, mientras le quitaba la entrada de la mano.

―La únicas que quedaban, agradezcan que se las compramos.

―No les estamos diciendo nada, sólo necesito saber que tan cerca voy a estar de ver sus traseros― murmure.

―Andes― habló Lía― no es tan lejos, ni tan cerca, pero está bien.

*(Andes: Costado de un estadio, es donde se sienta el público para ver los partidos, pero en los costados, no en frente.
Tienes asiento y ves mejor que los de cancha)*

―Nos deben por lo menos dos años de sacrificio en la casa.

―Prometo que haré todo lo que ustedes digan― Chad levantó la mano y Lía lo golpeo― No, tu no juegas.

Quedaban ocho días para el primer concierto, nueve para el segundo (al que asistiríamos nosotras). Aún no se sabía que día llegarían, ni cual eran las otras sorpresas que habían preparado para la ciudad.
Tendría que estar actualizando cada cinco minutos el sitio oficial, en busca de alguna novedad.

― ¿Estas emocionada?― preguntó mi madre, cuando íbamos dentro del coche.

―Tanto, que siento que me voy a desmayar.

―Bueno, no es para tanto― me miró preocupada― no quiero que te de un ataque al corazón o algo por el estilo.

―No puedo creer que vamos a ir.

―Hija, es emocionante, tu sabes que cuando yo era de tu edad... No hace mucho obviamente ―recalco― Bon Jovi vino a la ciudad y tu abuela me compró la entrada, fue alucinante.

― ¿Está muerto?― pregunté.

― ¿Quién?, ¿Bon jovi?

―Si.

―No, claro que no― soltó un suspiro― Ojalá hubiera sido tu padre, habrías sido muy hermosa.

―Uh, gracias mamá.

Baje el vidrio de mi ventana y la corriente de aire me levantó el cabello. Me gustaba el clima de la ciudad, no era ni muy frío, ni muy caliente. Los cambios no eran drásticos, podías andar con pantalones cortos la mayoría del tiempo y no tendrías problemas.

―El hotel está patas para arriba, del ajetreo que hay― habló mi madre luego de un rato.

― ¿No hay ninguna habitación disponible?

―Creo que hay tres.

―Mamá, de verdad pienso que serías la mejor mamá del mundo mundial si me dejarás un cuarto.

―No creo que sea posible, pero hablaré con Smith para ver si podemos hacer algo.

― ¡¿De verdad?!― grité.

―Sí, pero no te prometo nada.

―Mamá te amo― deposite un corto beso en su mejilla.

―Sólo me amas cuando te hago favores.

7 Días con Got7 [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now