Capítulo 71: Aprendiz de Neruda.

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Khé.

- ¿Cómo? -fruncí el ceño- Espera, espera, no me digas... ¿Nico? -alcé una ceja.

- ¡Es que lo amo! -exclamó- dijo que me llevaría a Buenos Aires, ¿entiendes? ¡Soy feliz!

- No irás a ningún sitio sin mí, ¡¡¡Yo pago!!! -volví a gritar.

- ¡De verdad nena, duermete ahí! -volvió a demandar.

No, no, no, no...

- ¡No Xenia, de verdad! Es tu cama, yo...

- ¡Tú nada! -me interrumpió- yo dormiré en el cuarto de servicio hasta que traigan tus cosas hasta aquí, ¿si? Eres mi invitada, la casa es mía, se hace lo que yo digo.

Rodé los ojos y dejé mi equipaje sobre la cama.

- Oye, ¿estás bien? Desde que bajaste del avión te noto triste, ¿estuviste llorando? -dijo, mirándome.

Negué con la cabeza.

- Puede ser que haya llorado, me quedé viendo una de esas películas románticas en el avión, ya sabes... -dije, forzando una sonrisa.

Vamos, que no puedo ser más obvia.

- Es que bajaste muy perturbada del avión, por eso...

- Tranquila estoy bien, sólo un poco cansada. -respondí.

- Claro, debes estar abatida por el vuelo. Ven anda vamos a comer y ya te acuestas...

- Espera, ¿donde está el baño? Oh no, salle de bains... -dije, riendo.

- Eso es genial, tienes que acostumbrarte a hablar habitualmente la lengua. El baño está por allí -dijo, señalando un pasillo.

Le sonreí y caminé hasta el baño. Cerré la puerta detrás de mi y me dejé caer en el suelo, abracé mis piernas, y ahogué mi llanto ahí. Me puse de pie y encendí todas las canillas que habían, apagué la luz y tomé mi celular, entré a WhatsApp y reproducí el último audio que me había enviado una semana atrás.

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

"Te veo en casa, te amo"...

No, ya no había casa, mucho mucho menos un "te amo", ahora era yo, a miles de kilómetros, en un baño, a oscuras, y vomitando hilos de sangre, la vuelta del vómito cósmico.

Golpearon la puerta, mierda...

- Chica, ¿estás bien? -dijo Xenia, desde el pasillo.

Rápidamente cerré las canillas, encendí la luz y abrí la puerta.

- Mujer, ¿qué pasa? -murmuró, tomándome por los hombros.

- Emm, nada. Sólo estoy un poco mareada por el vuelo, es eso... -respondí.

LOUDER | RMWhere stories live. Discover now