Capítulo 35

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* * * * 

Dos días habían pasado desde ese día, donde bailamos toda la noche, hasta que nuestros pies nos pedían a gritos que nos detuviéramos. Subimos a mi habitación, ignorando todas esas miradas pervertidas. Pero no hicimos nada, solamente nos recostamos en mi cama, luego de unos besos magníficos, y me perdí en sus brazos. Supongo que él también, pero esa ya no puedo asegurarlo porque ya estaba dormida.

Había bastante gente en la cafetería el día de hoy, incluso Chad y Luciano que estaban sentados en la misma mesa, se olía la tensión entre ellos, pero no sabía el motivo. Blanquee mis ojos por el motivo que Chad sonreía irónico y eso hacía que el enojo de Luke, aumentara.

-¿Porque tiene que estar aquí él?-Cuando me acerqué a ellos, Luke fue el primero en hablar y señalar con su dedo índice a Chad. Luke se cruzó de brazos entrecerrando sus ojos en dirección de Chad, que reía por las desgracias de su amigo.-Es decir, hay millones de cafeterías y puede irse a otra mesa.-Chad sonrío de lado y fijo sus ojos en los míos.

-Hola, bebé. ¿Tienes esas deliciosas tortitas que me recomendaste la semana pasada?-Sonreí mientras asentía con mi cabeza divertida por las actitudes tan infantiles de esos dos. Chad elevó sus brazos y llevó sus dedos a sus labios haciendo una exclamación de satisfacción. -Bueno... Yo quiero una de esas junto con el delicioso café de la otra vez ¿Recuerdas?-Asentí con mi sonrisa y miré en dirección de Luke, que lo observaba como si quisiera matarlo en este instante, y creo que no lo dudaba demasiado.

-Sí, ¿Algo más?-pregunté mirando a Luke, pero su atención estaba solamente en Chad que traía consigo una enorme sonrisa.

-Claro que no, preciosa. Él enamorado está distraído- Luke entrecerró sus ojos con demasiada ira y se levantó de su silla para irse de la cafetería. Si él salía yo no podía hablar con él o seguirlo, mi turno terminaba hasta tarde y siempre nos veíamos cuando él decidía, porque no tenía ni la menor idea de cómo encontrarlo. Bufo molesta mientras blanqueo mis ojos. Guardo la libreta de pedidos en el bolsillo de mi delantal y corro tras él.

-Luke, espera.-él se detiene cuando toco su brazos pero no se da vuelta, ni siquiera miró a mis ojos...-¿Qué sucede?-pregunto. Cuando llegaron hoy a la cafetería, estaban molestos, los dos. Sentía su mirada mientras hablaban, pero los había ignorado. Tomé su pedido porque era la única que estaba trabajando en las mesas. Félix no había podido venir a trabajar.

Escucho un suspiro de su parte y se da la vuelta acomodando su cabello. Clava su mirada en la mía y ablanda su expresión en su rostro.

-¿Qué sucedería si te digo como están mis pensamientos en estos momentos? ¿Qué sucedería si te digo que esconde mi sonrisa?-su rostro de contrajo de una expresión de dolor, ablande mi mirada y lamí mis labios al sentir que mi corazón latía demasiado rápido.- ¿Qué sucedería si te digo el dolor que guardo en mi alma? Si te digo mis secretos ¿Qué es lo que sucedería? ¿Me verías igual?-guarda silencio unos segundos, yo no omitía ninguna palabra tampoco quería hacerlo. Todos en la cafetería estaban en su mundo, nadie nos prestaba atención e incluso Chad él cual sonreía observando su teléfono.-... ¿Me apoyarías hasta el final?-

-Luke...-alcé mi mano para acariciar su mejilla, él cerró sus ojos y su cuerpo se tensó. Parecía nervioso. Acaricié su mejilla y miré con ternura su rostro.

Es tan hermoso...

-No sé si seguir intentándolo o dejarte ir. Es estúpido esperar algo que solo duele, pero también es estúpido dejar ir a todo lo que quieres...-susurra agarrando mi mano que está sobre su mejilla. Todavía tenía sus ojos cerrados y pude contemplar su cabello.

Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora