Capitulo 24

970 55 8
                                    

****

Estaba recostada en el sillón de siempre mientras leía un libro o trataba de hacerlo, con mi taza de café en la mesa, cuando siento un maullido y un rasguño en mis pies. Bajo la mirada y veo que es el gatito negro que encontré aquella vez, sonrío y dejo el libro a un lado para alzar a mi gatito.

Lo coloco en mi falda y empiezo a mimarlo al escucharlo ronronear. Se escucha el ruido de la puerta siendo cerrada y unas largas pisadas que se dirigen hacia donde estoy yo. Muerdo mi labio tratando de contener mi risa, mi hermano me mira muy enojado.

-¿Qué?-pregunto risueña mientras sigo acariciando el gatito. Todavía no sé qué nombre ponerle, no me puse a pensar que tengo una mascota.

Mi hermano niega con la cabeza y se sienta a mi lado observando al intruso. Sonríe y lo agarra entre sus brazos y empieza a mimarlo, cosa que estaba yo haciendo eso antes. Hago un puchero al sentir mis brazos vacíos. Mi gatito, mío, mío, mío y de nadie más...

-¿Cómo se llama?-pregunta él, sonrío tristemente y le murmuro que todavía no le puse nombre. Él sonríe y me mira divertido-¿No tiene nombre?-niego con la cabeza seriamente-¿Entonces qué nombre le vamos a poner?

-¿Vamos?-pregunto divertida pero a la vez desconfiada, estoy empezando a creer que mi hermano me quiere secuestrar a mi gato-Es mi gatito.

-Ya lo sé, pero ahora también es mío.-alza al felino hasta sus ojos y le habla con voz infantil-¿Verdad que si? ¿Tú eres mío y no de la fea de Olivia?-el gato se limita a mirar sus ojos y lo único que recibe de parte del felino es un maullido-¿Ves? El gato sin nombre dice que eres fea y que ahora es de los dos, aunque está en duda que una parte de él pertenezca a ti.

Alzo mi ceja con incredulidad. ¿Es una broma?

-Es mío-digo con obviedad, alargo mis brazos para recogerlo pero Thom lo acuna contra su pecho, ruedo mis ojos y miro a mi hermano con diversión-¿Cómo te gustaría llamarlo?-pregunto luego de varios segundos de silencio.

-Siempre quise tener un gatito que se llamara Manchas-dice finalmente luego de pensar en la respuesta.

-Pero es de color negro, genio-hago una mueca de obviedad al observar al gatito.

-Ya lo sé, pero eso no importa. Yo quiero que se llame manchas sin importar que este gato sea de color negro-Alzo una ceja con confusión al notar el comentario tan estúpido de mi hermano. Río negando con la cabeza sacando mi gato de sus brazos.

-No, no se va a llamar manchas, es absurdo.-me levanto del sillón para ir a darle de comer al gatito y lo dejo en el piso mientras coloco comida en su tazón, me levanto y miro a mi hermano que se gira y me observa desde el sillón con su cara de perrito mojado. Suspiro rendida y camino hacia las escaleras-Esta bien, se llamará Manchas, pero es absurdo.

Tomas se levanta y pega un grito que me hace sobresaltar.

-¡Hay que festejar! ¡Vamos de fiesta!-exclama emocionado. Sonrío y decido cortar con su gran emoción.

-¿Fiesta? Tú tienes que cuidar a tu padre, dijiste que hay que prestarle más atención-Mi diversión se notaba y el sarcasmo también. Después de salir de la cafetería enojada llegué a casa y me dispuse a leer, eso aumentó mi felicidad. Hasta que llegó una persona muy molesta que se hace pasar por mi hermano.

-Oh, vamos. No seas aburrida, Pimpollo-sonríe burlesco.-Papá está descansando, aparte nos escaparemos luego de que se duerma esta noche, tú, vas a ir. -Me señala con su dedo índice y sonríe perversamente-Si quieres puedes invitar a unos amigos, y al cejas lindas que vimos esta mañana que se hace pasar por un simple chico -empieza a reír a carcajadas y se detiene, pero al ver mi cara seria, vuelve a romper en risas.

Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora