Capitulo 18

1.1K 66 9
                                    

* * * *

-¿Quien en su sano juicio no tiene Oreos en su casa para desayunar?- exclama el idiota de ojos café.-Es decir, es imposible.

-Bueno...No me gustan, es muy fácil. -Le respondo colocando mis ojos en blanco mientras me encogía de hombros. Él realmente es un idiota.

-Esto es imposible...No me lo puedo creer-Levanta los brazos al aire de una manera súper exagerada y me mira como si me hubiese vuelto loca.

Él es el loco, no yo. Bueno, puede ser que yo esté un poquito, pero no tanto...

-Vamos a tener que ir a comprar, yo no puedo desayunar sin tener en la mesa, oreos. Son mi perdición esas galletas. Las amo como a mi vida, y quiero decirte que yo soy el rey de los más hermosos y soy mi debilidad. Así que... Ellas son importantes. - Hace un puchero y me mira fijamente con esos hermosos ojos cafés. Ellos son mi perdición...

-Hablas de las galletas como si fuesen una persona o algo parecido.-le digo extrañada por ese amor tan extraño, por así decirlo.

-¿Algo parecido? Hablas, de que yo pudiese hablar de extraterrestres. ¿No?-Luke sonríe y se sienta de nuevo en la silla de la cocina.

-¿Extraterrestres?-confundida por su repentino cambio de tema, agarro las llaves de la casa y le sonrío.

-Sí, extraterrestres, me dijiste que yo hablo de las galletas como si fuesen una persona o algo parecido. Bueno. Lo más parecido a nosotros, los humanos, quiero decir, son los extraterrestres. ¿Verdad? o ¿Acaso me equivoco?-su tono de voz es como si estuviese diciendo algo demasiado obvio y yo no supiera de lo que son esos bichos extraños.

¿Qué?

¿De qué estaba hablando?

-Creo que todavía sigues borracho.-dije mirándolo extrañada. 

Lo que empezó anoche con confusiones y demasiadas preguntas, terminó en que Luciano se chocó contra la puerta de mi habitación, porque supuestamente se tenía que ir porque lo estaba echando. Y estaba en lo cierto, pero estaba tan borracho que ni siquiera podía caminar por su cuenta, así que solamente me limité a levantarlo del suelo, y colocarlo en mi cama para que durmiera algo anoche. Y, yo me fui a dormir a la habitación de mis padres.

Terminé llorando, pero creo que es algo bueno...

-¿A dónde vas, Oli?-La voz de Luke me saca de mis pensamientos y lo miro fijamente. Sonrío recordando como despertó esta mañana.

-A comprar Oreos. ¿Vienes?-le respondo. Él asiente con la cabeza y se levanta mientras se coloca el abrigo de anoche.

Cuando salimos afuera, como todos los días, estaba frío y se podía notar que estaba por llover; así que nos apresuramos al comprar.

-Princesa, mi princesa, mía, mía. -repetía a cada rato Luke mientras iba a mi lado caminando.

-¿Acaso te quedó alcohol en el organismo de anoche?-

-¿Acaso estas más hermosa que anoche?-contraataca él. Entrecierro mis ojos en su dirección y me limito a quedarme callada.

Luke idiota.

Me hace ponerme nerviosa.

Cuando llegamos al supermercado para comprar solamente un paquete de galletas oreos, terminados con un carrito lleno de golosinas.

Oreos, Cheetos, y demasiados chocolates. Por supuesto, como Luciano pagaba, metí mis galletas favoritas al carrito.

Cuando estábamos caminando para ir a la caja para pagar las cosas, siento un jalón de parte del chico de ojos café. Lo ignoro, y al darme cuenta de que él no está a mi lado, me doy vuelta extrañada.

Besos sabor café [#1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora