Es difícil no pensar en lo ocurrido, es difícil no querer descifrar el porqué de ello aun cuando sé la respuesta, principalmente es difícil dejarlo ir cuando en los noticieros hablan sobre ello como un "Macabro asesinato en la localidad". Redactaron cómo estaba el cuerpo, su cabeza a un lado y el torso ensangrentado... Dijeron que podría tratarse de un ajuste de cuentas, de un robo, de un posible amante celoso, de un simple asesinato al azar de un demente suelto. Inmediatamente pensé en Christian, pensé en ese odio acumulado que tenía hacia ella por alejarlo de mi desde que éramos niños. Claro que no se justifica, él tiene un evidente problema por creer que esa es la mejor solución a sus problemas, pero sabiendo que su mente no está del todo cuerda, puedo asegurar que era algo que terminaría ocurriendo tarde o temprano.

La preocupación por saber si cometió algún error que lo incriminara se esfumó al ver las notas de los periodistas. Descompuso las cámaras, no dejó huella alguna que pudiera darlo como sospechoso y se aseguró de que nadie lo viera ingresar a la casa de playa. Sí, puede sonar muy listo, pero algún día esa suerte no estará de su lado.

—Debo ir a hacer un par de cosas... —habla haciéndome reaccionar.

—Oh, de acuerdo... yo supongo que estaré aquí. —Digo poniéndome de pie cuando el timbre suena.

Ambos caminamos hacia la puerta, en cuanto la abro doy un paso atrás chocando mi espalda con el pecho de Richard al verlo de pie en la entrada.

—Emma, necesito hablarte —mira a mis espaldas y vuelve a hablar— a solas.

—¿Estarás bien? —pregunta desde atrás tocando mi hombro para darme seguridad.

—Claro que lo estará. —Christian se adelanta a responder.

—Estaré bien, Rich. Puedes irte tranquilo.

—De acuerdo, llámame por cualquier casa. —Besa mi mejilla y sale pasando por al lado de Christian, sabiendo que ese beso le ha molestado en su totalidad.

Cuando ambos quedamos solos, me hago a un lado para que él ingrese. Caminamos hacia la sala y vuelvo a sentarme en el sofá.

—¿Qué es lo que quieres hablar conmigo? —Pregunto siguiéndolo con la mirada hasta que se sienta a mi lado.

—Quiero que vuelvas a casa.

—Christian...

—Por favor, Emma —toma mis manos—. Te necesito...

—Creo que debemos esperar para volver, las cosas aún están confusas en mi cabeza y no quiero sentirme así.

—El motivo por el cual has venido aquí es porque querías alejarte de mí por culpa de nuestra madre, ella ya no está, no tienes que seguir fingiendo.

—No hables así de ella.

—Es la verdad, ella te alejó de mí. Pero no pudo, nadie puede. Por favor... vuelve conmigo...

—Chris... —suspiro y extiendo mi mano para acariciar su mejilla. Las heridas de su rostro no han sanado del todo, el color rojizo del corte en su mandíbula sigue estando tan vivo como ese día, definitivamente dejará una notable cicatriz. —Volveré esta noche. Déjame que hable con Richard y me organice con los horarios de entrenamiento. —Digo asintiendo. Él sonríe y me abraza.

Quizás no me lo diga, pero siento su paz al saber que vuelvo a su lado. Si ha sentido lo mismo que yo estos días distanciados, entonces se habrá sentido indefenso. Así es como me he sentido, indefensa y con miedo. Miedo a que algo le ocurra, miedo a que cometa alguna otra estupidez y no volver a verlo jamás... miedo a que alguien venga por mí y me aleje de él.

—————

Me detengo en el semáforo en rojo y miro por la ventanilla hacia la calle, la gente camina de un lado al otro, las luces de los autos me estorban de vez en cuando, pero puedo apreciar el hermoso atardecer que poco a poco deja ver las estrellas. El sonido de una bocina me hace avanzar. Tomo la avenida que me llevará fuera de la ciudad y conduzco tranquilamente mientras enciendo la radio para aligerar el viaje. Cuando finalmente salgo de la zona urbana, acelero sobrepasando a dos autos, el tránsito es ligero debido al horario, por lo tanto, puedo permitirme subir la velocidad.

Entonces... volveré a casa, todo volverá a ser como antes. Volveré a vivir con el asesino de mi madre. ¿Qué demonios estoy haciendo con mi vida? Todo esto terminará mal.

Miro por el espejo retrovisor cuando sobrepaso al último auto que va delante de mí. Las luces de un segundo auto también lo sobrepasan para posicionarse detrás de mí. Le resto importancia y cambio de emisora, falta poco para llegar, supongo que estoy agotada por el largo día que he tenido. El vehículo detrás de mí pone sus luces altas, cegándome por un momento hasta que corro mi rostro lejos del reflejo proveniente del espejo. Me paso al carril lento para que siga avanzando, pero no lo hace, no parece querer que me corra, más bien parece estar siguiéndome.

—¿Qué diablos le ocurre a este imbécil?

Acelero un poco más, pero no parece alejarse de mí. Me acomodo en el asiento sin dejar de mirarlo por el espejo y acelero. Llevo el marcador a 120 km, una velocidad demasiado excedida para lo permitido en una zona con demasiadas curvas, pero el vehículo me sigue, esquivando los escasos autos que vienen detrás.

—Maldita sea. —Busco mi celular en mi bolso mientras sigo observando por el espejo y trato de mantenerme en mi carril. Tardo sólo instantes en encontrarlo, cuando finalmente lo tengo en mis manos, marco el número de Christian automáticamente, pero antes de poder llamarlo, el vehículo toca el mío y sólo siento cómo mi auto se sale del carril y gira en el aire antes de tocar tierra y rodar reiteradas veces. Cubro mi rostro con las manos cuando los cristales se rompen, todo se vuelve obscuridad de pronto.

 Cubro mi rostro con las manos cuando los cristales se rompen, todo se vuelve obscuridad de pronto

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M.H ~Parte 1 -2 -3 ~ [En Edición]Where stories live. Discover now