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Mis pasos por los pasillos hasta llegar a una sala apartada donde se encuentra mi padre se hacen interminables. El olor mismo del hospital me descompone y revuelve mi estómago. Al final del pasillo la puerta 306 nos recibe, tomo gran cantidad de aire antes de avanzar. Entramos en silencio y lo vemos sentado en la silla con sus manos cubriendo su rostro. Al sentir el sonido de la puerta al cerrarse él levanta la vista hacia nosotros.

—Hijos... —susurra poniéndose de pie y limpiando sus lágrimas—... yo... lo siento tanto. No debí dejar a su madre sola... no debí...

—No es tu culpa, papá. —Hablo caminando hacia él para abrazarlo.

—Estaba... estaba en la sala cuando la encontré... su cabeza... e-ella... e-ella estab-b...

—Ya no hables... —lo interrumpo cerrando los ojos para no comenzar a llorar también. No quiero saber cómo es que la halló, no quiero saber cómo es que ha muerto, no quiero saber nada. Pero mi mente ya ha dibujado posibles escenarios para atormentarme.

Miro a Christian de pie a unos cuantos metros de nosotros, mirando la escena con aburrimiento, con desinterés. ¿Por qué no me duele ver a mi padre así? ¿Por qué no siento odio hacia el asesino de mi madre? Más allá de amarlo, luego de un hecho así, es lógico que debo odiarlo... pero... ¿Qué diablos está ocurriendo?

La puerta se abre haciendo que nos separemos y concentremos la atención en quien entra. Christian fulmina con la mirada a Richard en cuanto se acerca a mí, mi padre se disculpa y sale de la habitación para tomar aire.

—Emma... lo lamento tanto. —Se acerca y me abraza.

—¿Has visto el cuerpo de mi madre?

—Sí. No quiero entrar en detalles, es muy fuerte ver el estado en que estaba. Parecía como si el asesino no saciara su ira con solo decapitarla —cierra los ojos unos instantes y los aprovecho para mirar a Christian. Permanece tranquilo, como si no temiera haber dejado alguna huella incriminadora.

—¿Se sabe algo del asesino? —Pregunto tratando de sonar preocupada.

—No. La policía mirará las cámaras de seguridad de la casa y tratarán de encontrar huellas o algo en el área...

—Entiendo... —Susurro.

—Todo el departamento está trabajando en ello, lo encontrarán, tengan fe. Saben que si necesitan algo pued-.... ¿Qué te sucedió en el rostro? —Pregunta al ver las heridas que le he hecho.

—No es momento de hablar de mujeres. Debo preparar el funeral de mi madre. —Responde y sale de la habitación. Richard alza una ceja y vuelve a mirarme, desconcertado.

—¿Una mujer le ha hecho eso? —Pregunta señalando en la dirección por donde se ha ido.

—No lo sé, discúlpalo, él es así. No demuestra sus sentimientos a nadie. No quiere verse débil.

—Mh... eso parece...

—————

Hace una semana que fue el funeral de mi madre. Mi padre aún no logra comprender del todo que mi madre ya no estará. Siento culpa por todo esto ya que sé que si no lo hubiera provocado todo esto no hubiese ocurrido. Pero ya está hecho, no puedo traerla a la vida, ni mucho menos entregar al culpable. Entiendo que haya casos en los que una mujer se enamore de un asesino, pero nunca he oído de alguien que ame con tanta intensidad a su propio hermano y además lo ame más sabiendo que asesinó a su madre. Es completamente descabellado, pero qué puedo hacer, amarlo es la tortura más placentera que he sentido jamás.

—Estas muy pensativa. —Richard se sienta a mi lado.

—Tengo tanto en que pensar... —Suspiro sin apartar la vista de la televisión.

M.H ~Parte 1 -2 -3 ~ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora