XXII

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El estruendoso golpe proveniente fuera de mi habitación me hace abrir los ojos. Me siento en la cama con la respiración agitada y de un salto corro hacia la puerta. Al abrirla miro por el pasillo hacia las escaleras encontrándome con Christian mirando hacia abajo.

-¿Qué fue eso? -Pregunto caminando hacia él. Se voltea a mirarme y sonríe rascando su nuca.

-Solo se cayó la maleta por las escaleras.-Miro al final de éstas y allí está su maleta tirada con dos de sus cuatro rueditas girando.

¿Cómo demonios pudo haber tirado la maleta por las escaleras? ¿Acaso no puede levantarla?

-Oh...-Froto mis ojos y miro hacia la ventana del pasillo donde la luz del sol ya se deja ver. -¿Qué hora es?

-Son las ocho hermanita, ya deberías estar lista, estoy a punto de salir. -Dice sonriendo triunfante mientras baja las escaleras para cargar nuevamente la maleta.

-Agh... ¿Por qué quieres salir tan temprano? -Pregunto caminando nuevamente a mi habitación.

Una vez que guardo en la maleta todo lo que considero necesario, tomo un rápido baño y bajo para desayunar algo ligero. Sí, se me olvidó por completo preparar todo anoche, pero tampoco sabía que este imbécil iba a querer salir tan temprano.

-Date prisa, mamá ya me ha llamado dos veces preguntando si ya estamos en viaje. -Dice detrás de mí mientras intento comer una manzana a medida que cargo con la maleta, un abrigo y mi bolso de mano.

Volteo a verlo y él toma mi maleta para subirla al baúl.

-¿A cuánto queda de aquí?

-Sólo te diré que tenemos unas seis o siete horas de viaje, según el tráfico. -Cierra la puerta del baúl y se sube al vehículo haciendome señas de que tambien lo haga.

-¡¿Qué!? -Me subo rápidamente y cierro la puerta.-¿A donde se han ido a vivir? ¿Al Caribe?

-Sería genial, no dudaría en irme con ellos si así es. -Responde divertido.

El vehículo se pone en marcha y me acomodo en mi asiento.Cierro los ojos y se me es imposible no quedar dormida nuevamente. Por un momento olvido por completo todos los problemas que estamos teniendo. Quizás pueda descansar esta vez, quizás las cosas mejoren para cuando estemos de vuelta.

°

Despierto en una extraña habitación. Las paredes son blancas al igual que la cama a un lado, las sábanas de las misma, los muebles, el piso... todo en sí es un blanco enfermizo, incluso mi ropa. Me siento lentamente observando a cada rincón, no hay puertas. ¿Cómo he llegado aquí? Hace unos minutos estaba en el auto con Christian.

Camino por la habitación tanteando las paredes buscando una salida, pero es inútil. Tampoco hay alguna ventana, ni en las paredes ni en el techo. Es físicamente imposible que haya entrado en una habitación así. Es como si las cuatro paredes se hubieran construido a mi alrededor. ¿Dónde diablos estoy?

La extraña risa de una mujer se hace audible llenando el muerto silencio.

-¿Hola?-Pregunto a la nada misma. No hay respuesta, solo silencio.

Detengo mis pasos, atenta, pero al ver que nada sucede sigo tanteando las paredes. La risa vuelve a aparecer y esta vez es más fuerte. Volteo y comienzo a mirar cada rincón. Absolutamente nada, solo las cuatro paredes y yo.

Me siento en el piso apoyando la espalda en la pared y suspiro. Esto parece una broma, no tiene sentido que esté en un lugar así de un momento a otro.

La luz comienza a tintinear y se apaga de un momento a otro. Mi piel se eriza ante la fría brisa que corre por mi espalda.

-¿Hola?- Mi voz nuevamente retumba en las solitarias paredes. No puedo ver nada.

La risa de la mujer aparece.

-Es hora de despertar Emma.-Dice con voz fría. Las luces se encienden y toda la habitación que antes era blanca, ahora está cubierta de sangre. El espeso líquido rojo se filtra por las paredes y mancha todo espacio en blanco.

Un grito de horror sale de mi garganta. Miro hacia mis pies descalzos y noto como la sangre me mancha convirtiendo mi vestimenta en rojo completamente. La voz vuelve a repetir lo mismo haciendo eco en la habitación. "Es hora de despertar Emma." Niego poniendome de pie y vuelvo a tantear las paredes tratando de hallar una salida.

-¿Quién eres? ¿Por qué estoy aquí?

-Es hora de despertar... despierta... despierta...

Una y otra vez la voz repite lo mismo como si de una grabadora en mal estado se tratase.

La habitación comienza a llenarse de espesa sangre que brota por doquier sin fin. Corro subiendome a la cama, la desesperación se apodera de mi cuerpo cuando absolutamente todo se vuelve rojo. El líquido llega rápidamente la borde de la cama y avanza hasta llegar a mis pies.

-¡Basta! -Grito tratando inutilmente de encontrar otra superficie mas alta para alejarme de la sangre.

Llega a mis rodillas, luego a mi cintura. La cama bajo mis pies se hunde, me aferro a la pared detras de mi, caigo por completo sumergiendome entera. Nado a la superficie e inutilmente limpio mis ojos para poder ver. La luz se apaga, algo jala mis pies hacia abajo. Grito desesperada, me ahogo, mi respiración se corta.

°

-Bella durmiente... vamos, despierta. -Siento una cálida voz en mi oído. Abro los ojos y diviso la claridad entrar por la ventanilla del auto.

-¿Qué ocurre? -Pregunto sentandome.

Inmeditamente recuerdo el cuarto blanco y por instinto miro mi vestimenta.

-Hace diez minutos bajé en un restaurante y compré comida, ¿quieres? -Pregunta mientras me recorre el rostro con una extraña expresión. Debo verme realmente aterrada.

-Sí, gracias.-Digo frotando mis ojos al relajarme. Solo fue una pesadilla.

-¿Todo en orden?

-Sí, solo... -Niego con la cabeza como si ello ayudase a que las imágenes se borren de mi mente. -Tuve un sueño extraño.

-Lo noté... -Dice extendiendo una bandeja con alimentos. -Comenzaste a sudar un poco y te movías demasiado, ¿soñabas que corrías una maratón? -Bromea y quisiera reir con él, pero no puedo.

Niego con la cabeza reviviendo una y otra vez todas esas imagenes del cuarto con sangre, de esa voz y de la sensación de ahogarme más real que he sentido en mi vida. Debo estar cansada y eso hace que sueñe cosas extrañas, o quizás es la culpa que comienza a torturarme de a poco, no lo sé.

____

Hemos viajado por horas y ya está oscureciendo, realmente creí que llegaríamos para la hora del almuerzo ya que salimos a las ocho de la mañana y el transito era leve. O también esté la opción de que estemos perdidos y Christian no se haya dado cuenta. Puedo llegar a darle una gran paliza si es así. Ni siquiera recuerdo que haya llamado a mamá cuando nos detuvimos hace tres horas. Comienzo a sospechar que no estamos para nada cerca de la playa.

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M.H ~Parte 1 -2 -3 ~ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora