Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)

Capítulo 3: Resaca

-Hola mi niño, ¿Cómo estás? -dijo mi abuela al momento en que me dio un beso en la frente mientras me invitaba a pasar al interior de la casa­-. Pasa, pasa, el almuerzo está servido, seguro que te mueres de hambre.

-Hola abuela, estoy bastante... bien, gracias. Y sí, tengo bastante hambre -eché un vistazo rápido a la mesa- ¿Cómo va tu mano? ¿Está mejor? -La tomé entre las mías­-. ¿La quemadura ya no duele? -pregunté curioso-

- ¡Que va, para nada¡ podré ser vieja, pero soy fuerte como un roble -agregó mi abuela mientras se ajustaba el vendaje de su mano izquierda- Ven, necesitas comer algo.

-No, nada de comida. Está castigado. Además el viene a trabajar, no a comer. -Agregó mi padre al momento que dejó caer sobre la mesa una gran bolsa de herramienta-.

-¿Castigado? -la abuela asombrada le preguntó a mi padre - ¿Por qué se supone que estás castigado, Allison? ¿A esta edad?-soltó una pequeña burla-

-A su edad, si a sus 17 años, aún tengo autoridad para castigarlo, incluso cuando sea un adulto aún la tendré. -tomó la bolsa entre sus manos y la lanzó cerca de mí- Comienza a trabajar, el día es corto y aun tienes que hacer otras tareas.

-Espera a que coma algo, no tendrá energía para trabajar. -replicó mi abuela-

Al menos la abuela estaba de mi lado.

-¿Qué es lo que pudo haber hecho como para que no lo dejes ni siquiera comer? -volvió a preguntar-

-Yo ya hablé demasiado, -Mike volteó a verme, incitando mi enojo- sé que él con gusto te lo querrá explicar, ¿cierto, hijo? -me dio una palmada en la espalda burlándose de mí-

En ese momento pude haberle explicado a la abuela que estaba a dos pasos de colapsar debido a la enorme resaca que me acompañaba, que la cabeza me latía como el demonio y que solo pensaba en dormir, pero hablarle sobre lo que sucedió la noche anterior no estaba en mis planes.

-No dormí en toda la noche trabajando en un proyecto del instituto -agregué desviando la mirada-.

Joder Allison, eso ni tú lo crees.