Cuando bajamos la mayoría de los del club estaban ahí, sólo faltaban Shawn y Brad, Austin se veía incomodo, ni siquiera sé por qué fue, pero bueno con Lauren tampoco se llevaba muy bien y aún así asistía a sus reuniones.

Camila parecía turbada, así como estaba en un principio cuando entró aquella vez a mi cuarto, curiosa y sorprendida de estar ahí; jamás había estado en el sótano y supongo que le sorprendía muchísimo conocer más de mi casa ahora que estaba Laurence en ella y no Lauren.

Estábamos entretenidos en una campaña en Gears of War, los hombres estábamos completamente entusiasmados con el juego y debo admitir que por un instante se me olvidaron las chicas, incluso Lucy, era emocionante y solo pausábamos el juego para llenarnos la boca de Doritos y cerveza. Pero luego mi mente se dio cuenta de que eso que estaba haciendo era completamente odioso, ignorarla no me iba a dar puntos buenos con ella, así que pausé el juego.

-Me rindo, ya me cansé, quién quiere jugar?-. Lo más cómico del asunto fue que quien se paró decidida a quitarme el control fue Lucy.
-Les voy a enseñar a estos caballeros cómo se juega-. Se escuchó un uuuuuh y ella comenzó a jugar cual macho, no me importaba mientras estuviera entretenida, mi meta era que no se aburriera y si estar rodeada de chicos que maldicen, eructan y beben cerveza la mantendría así entonces yo realmente no tenía ninguna queja.

Me senté junto a Dinah y Mani, Ally, Shawn, Bea y Camila estaban platicando con Kendall.

-Tu novia te cambió por un videojuego!-. Me dijo DJ. Mani estaba con la boca llena de papas.
-No es mi novia... pero se ve entretenida y al parecer les está dando una paliza, así que por mi está bien-. Abrí una cerveza y le di un trago –Necesito fumar, ya regreso-.

Salí solo al jardín trasero, el agua de la alberca brillaba con la luz de la luna; era una noche cálida y silenciosa, Clara había salido con el que supongo sería pronto su novio así que regresaría bastante tarde, quizás cuando nosotros también nos dispusiéramos a dormir, me senté en las escaleras de madera y recargué la cabeza en el pilar.

No sé cuánto tiempo estuve ahí sin que nadie subiera a buscarme, pero al cabo de un par de minutos de haberme percatado de mi soledad escuché unos pasos que se acercaban a mí.

-Ya voy DJ, que dices si nos metemos a la alberca cuando se larguen todos?-. No hubo respuesta y me giré a ver quién era.
-No soy Dinah pero suena bien lo de la alberca-. Era Camila.
-Camz? Qué haces acá?-.
-Me aburrí de los gritos y decidí hacerte compañía-.
Se sentó a mi lado y se le quedó viendo al agua, como yo que me quedé hipnotizado con ella.
-Tu tía tiene una linda casa-.
-Lo sé, fue bueno que ella se quedara con la casa, a pesar de que Mike es un idiota al menos admitió su error y le da una buena pensión a Lauren y les ha dejado la casa-.
Saqué otro cigarrillo.
-Lamento si te incomoda que Austin y yo hayamos venido-.
-Nah, tengo que acostumbrarme... aún nos queda poco menos de un año juntos y debo saber que somos un grupo y debemos de al menos llevarnos bien; no que quiera a Austin, pero pues... supongo que... no tengo alternativa-.

No sé cuánto tiempo pasó antes de que se rompiera el silencio.

-Cómo le está yendo a Lauren allá?-.
-Bien, creo. Hemos platicado poco, dice que se quiere quedar allá, yo solo me río-.
-Por qué?-.
-Porque no sé si sobreviva ella sola allá, igual si no entro a Yale me regreso para hacerle compañía-.
No era mala idea tratar de hacer mi vida en otro lado cuando me graduara de Mckinley, así podía empezar desde cero y de un mejor modo.
-Irte? Pero no habíamos dicho que si te quedabas en Yale irías a visitarme y todo eso?... tienes que quedar para que podamos seguir viéndonos-. Ok, esa respuesta no me la esperaba, estaba muy sorprendido, mas mi acto reflejo fue reírme. Ella se me quedó viendo con indignación –Por qué te ríes? Te parece gracioso que te quiera en Yale?-. Vaya, 'querer' es una palabra muy fuerte bajo estas circunstancias...
-No, no me parece gracioso, sólo que pensé que te daba igual que el chico nuevo al que apenas conoces entrara o no a Yale-.
-Pues sí, apenas te conozco pero parece que te conociera de mucho más tiempo... ya te lo expliqué hoy-.
-No, intentaste explicarme pero realmente no comprendí nada... de hecho ni tú sabías de lo que hablabas-.
Se sonrojó y agachó la mirada.
-Tienes razón, perdón por eso, debió de haber sido muy loco cómo me puse... sólo que... no sé, podemos culpar a las hormonas?-. Me dijo
-Oooh a esas que son odiosas por unos cinco días?-. Le comente
-Si, yo lo siento todo al doscientos por ciento, por eso creo que enloquecí-.
-Más-.
Me golpeó el brazo.
-Hey! No soy una loca Laurence-.
-No no lo eres, pero cuando pretendes serlo eres bastante adorable-.
No puedo creer que lo haya dicho. Me quedé con la mirada al frente pero sabía que sus ojos estaban puestos en mí, tragué saliva y me mojé los labios total y completamente nervioso.
-Repítelo-.
-Eres una loca?-.
-No, lo último-.
Me sonrojé y ella no me quitaba aún la mirada de encima.
-Que... que...-. Me limpié la garganta –Que eres adorable?-.
-Tú eres el adorable-.

Cuidado con lo que deseas JaureguiNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ