Capítulo 60: Con el mundo encima.

Start from the beginning
                                    

-Abraham si lo hizo... -justifiqué.

-Él... Él, es especial. Tienes suerte -me guiñó un ojo.

¿Por qué todo el mundo piensa tan positivamente de Abraham? ¡Qué alguien lo aborrezca, por favor!

-¿Y qué pasó con el chico? -pregunté.

-Lo dejé... -se encogió de hombros- Estaba feo, ¡Pero, si! ¡Pero, sí! ¿Alguien me explica por qué cuando los dejas porque se ponen sedentarios, rutinarios, engordan y son unos opa?... ¡Pasan unos meses y se convierten en Cauã Reymond! Se le marcan los abdominales, andan de fiesta, en fiesta, salen con los amigos... ¡¿Qué pasa campeón?! ¡Ese no eras conmigo! ¡Si hubieras sido así conmigo, no te dejaba! -exclamó- ¡Y lo peor es cuando se engatusan a una tipeja anda por la vida como... "¡Ay, es el amor de mi vida, lo amo. Es tan caballero" blah, blah, blah, ¡Escuchame una cosa! ¡Todo eso que está haciendo contigo, lo aprendió conmigo! -finalizó, alzando un brazo.

-Emmm, una pregunta... ¿tú eras así de histérica en tu adolescencia? -pregunté.

-Y, digamos... -respondió.

-¡Caso resuelto! -exclamé.

(...)

-¿En serio estás haciendo una videollamada en el bus? -pregunté, riendo.

-Sí... -se encogió de hombros- ¡Adivina que! ¡hoy tengo partido! -exclamó, entusiasmado.

-¿En serio? ¿contra quien?

-Unos canadienses... -afirmó.

-Uy, la tendrán difícil -mencioné, riendo.

Llevó una mano a su pecho, abriendo su boca con indignación exagerada.

-Malísimo actor... -reí- Oye, se me hace incómodo el saber que estás viajando en un bus, ¿sabes?

Desvió su mirada de su teléfono dirigiéndola hacia algo que no logro ver...

-¿Qué pasa? -pregunto.

-Es que ahí viene una chica que para mi parecer está embarazada, pero tengo miedo de querer darle el asiento y que me diga que son puros postres... -mencionó en un susurró.

Comencé a reírme cual inepta y él me miró serio.

-Ay, lo siento... -susurré- Voltea la cámara, quiero ver... ¡Ah, no. Abraham, esa está como para tener trillizos!

-¿Y se sé clavó tremenda milanesa antes de venir? -contradijo.

-¡Dale el asiento! -exclamé.

-Ay, bueno... -se puso de pie manteniendo una conversación con la chica en cuestión.

-Será un niño... -la oí decir.

Oí a Abraham reír y pronunciar una frase que no entendí, ni tampoco lo pude ver porque había convertido la videollamada en una simple llamada, así que sólo podía oír su voz.

-¿Y cómo se llamará? -oí su voz tierna.

-Noah... -la oí decir.

LOUDER | RMWhere stories live. Discover now