LOUDER | RM

Capítulo 49: Me gustaría hacerlo aquí.

-Mi padre es pediatra, y digamos... Que me críe en un ambiente bastante relacionado al tema -respondo.

-¿Qué tu padre no era Cheff? -pregunta, agitando un sonajero con una imagen de un conejo.

-No, ósea, él tiene una gran compañía de restaurantes eso no implica que sea Cheff, si no mal recuerdo... No sabia ni hervir agua. Y bueno, también es pediatra.

-¿Y tu madre? -pregunta, a media voz. Sabe que no me gusta hablar de estas cosas.

-Ella es licenciada en relaciones internacionales... -respondo.

-Uy, mirala tú. Hija de un pediatra dueño de una gran linea de la gastronomía y de una gran negociadora mundial, ¡Donde vengo a meterme, por Dios!... -murmura y me río. -¿Qué te gustaría estudiar a ti? -pregunta.

-Puede que te suene extraño viniendo de mi, pero... Siempre me he interesado en la psicología. -respondo.

-Interesante.... -murmura.

-¿Y, tú? ¿qué piensas hacer con tu vida? -me interesa.

-¿La verdad? No tengo idea, soy joven aún, creo que más adelante iré viendo. -respondió.

Asiento y entrelazo su mano con la mía, sin darme cuenta habíamos llegado a el patio de comidas. Según dijeron, nos encontraríamos con los chicos acá.

-¿Puedo hacerte una pregunta? -pregunta, una vez sentados en una de las mesas.

-Ya la hiciste -sonrío y se ríe.

-Bueno, entonces otra.

-Si amor, dime -le sonríe.

-¿Has pensado en formar una familia? -pregunta.

-Em, sí. Pero no estoy a cada segundo pensando en eso, realmente si. A toda mujer le gustaría ser madre, casarse y todo ese rollo -dije.

-Que reservada eres... -murmuró- ¿Niño o niña? -pregunta.

-¿Qué?

-Futuro hijo.

-No sé -me reí- ¿Ya quieres ser padre Abraham?

-¿Yo? -pregunta sorprendido.

-Sí, ¿hay otro Abraham aquí acaso?

-¿De verdad quieres formar una familia conmigo? -pregunta.

-¡Claro que sí! Bueno, si es que llegamos a eso, pero creeme, que si eso llegará a pasar, sería me persona más feliz del mundo. Y si no, estaré pensando en ti a cada momento. -dije.

Me sonrió y con eso confirmó aún más mi loca idea.

(...)

-¡Chicos, hay fiesta! -exclamó Tony, haciéndonos voltear de la fogata en la que estábamos reunidos.

-¿De quién? ¿Donde? -preguntó Abraham.

-No sé, yo vi descontrol a un par de cuadras -contestó- ¿Vamos?

-¿Y si nos echan? -pregunta Cris.

-¡Ay, claro que no! -exclama.

-¿Quieres ir? -pregunta Abraham en un susurro para que solo yo puedo oírlo.

-Si tú quieres... -respondí.

-Te estoy preguntando a ti, nena -contradijo.

-Bueno, está bien. Vamos. -cedí.

(...)

-¡Eso se ve horrible, Tony! -grito para que pueda oírme a través del estruendoso ruido de la música.