37:

2K 108 38
                                    

En cuanto menos pensé, Adam se había puesto sobre mí y me empezaba a besar por toda la cara y cuello.

- ¡DÉJAME! ¡Por favor déjame! -Gritaba acelerada. No quiero que me violen... Ninguna persona quiere eso.

Adam es un enfermo. Está loco. Estoy empezando a creer que tiene una enfermedad mental... Pero si me viola, su enfermedad no me va a importar ni un carajo cuando yo haya salido de este lugar y que lo esté denunciando.

- ¡Adam por favor! -Las lágrimas me empezaron a salir. Sólo tengo dos estados de ánimo al estar con él, dos sentimientos que cambian pero a veces se mezclan entre ambos... tristeza y furia.

Ya no quiero estar aquí.

- Si te callaras y empezaras a cooperar lo disfrutarías. Nada me va a detener ________. Serás completamente mía, no puedo resistir. No sabes cómo me rompiste el corazón cuando dijiste que ya no eras virgen.

¿Que le rompí el corazón? Ni siquiera tiene.

- No me violes por favor, por lo que más quieras. -Murmuré moviéndome como un gusano, todo para tratar de safarme de él.

- No sería violación si te gusta. -Rió cínicamente.

- Dudo mucho que me guste. -Ahora estaba furiosa y no triste- No creo que me des tanto placer.

Tengo que aprender a controlar lo que digo o mantener mi boca cerrada.

- ¿Estás segura de eso cariño? -Se separó de mí, al fin, pero se puso de pie en frente.

Se llevó ambas manos al cinturón del pantalón y empezó a quitárselo lentamente sin dejar de verme. Yo tenía los ojos abiertos como platos.

- ¿Qué... qué haces? -Pregunté tartamudeando. Tragué fuerte saliva al ver sus manos en el botón del pantalón y luego en la bragueta de éste para bajarla.

- Te enseñaré lo que te dará placer. Ya te irás acostumbrando a su tamaño. -Se bajó los pantalones dejando ver su notoria erección cubierta por la tela del bóxer. Tragué aún más fuerte que la última vez.

¿¡Por qué mierda sigo viéndolo!?

- ¿Te gusta lo que vez? -Se acercó más a la cama y alcanzó una pierna mía para acariciarla lentamente. Mi respiración se aceleró en cuanto sentí su mano. Jaló de mi pierna un poco pero rápido y se subió a la cama de nuevo posicionándose arriba de mí.

- ¿Te gusta? -Se movió repetidas veces en una acción de presionar su erección en mi vientre. Se sentía como se miraba, muy grande y duro.

¿Qué babosadas estoy diciendo? El muy idiota me quiere violar. ¿¡Y yo pensando en lo grande y duro que está su pene!? No sé qué carajos me pasa.

- Sé que te gusta cariño. -Rió- ¿Ya lo quieres tener dentro? -Se acercó a mi rostro susurrando eso para después besarme, le mordí el labio lo más fuerte que pude y él se alejó frunciendo el ceño- Está bien. Tú lo has pedido.

- ¡Yo no he pedido nada! No me hagas nada por favor... -Exclamé y es ahora donde entra el sentimiento de tristeza en mí, de nuevo.

Adam se me quitó de encima, pero no completamente. Sentí sus manos en el botón de mis jeans, me movía como loca en la cama para que no lograra su objetivo.

Me quitó al fin los jeans rápidamente sin importar mis frenéticos movimientos, me estaba muriendo de miedo, no quiero que abusen de mí. Después me quitó igual la blusa y el suéter que traía dejándome en ropa interior comprada por él como todo lo demás.

De repente veo que se pone de pie y va al baño volviendo rápidamente y con él trae unas cuerdas. No recuerdo haberlas visto ahí.

- Esto me facilitará el trabajo. -Sonrió de lado sin mostrar los dientes.

Animals (Adam Levine) EDITANDOWhere stories live. Discover now