31:

1.3K 94 35
                                    

- Vámonos. -Murmuró alguien acercándose a mí con tranquilidad. Era quien yo había dado por conocer como "mi salvador", hasta que dijo que sólo me quería para él.

Ahora también me quiero alejar de él.

Lo bueno que los tres idiotas abusadores estaban como inconscientes en el piso de este mugre callejón. Mi antes salvador los había dejado así, no podía creerlo.

A pesar de que no los puedo ver bien diría que se encuentran muy mal, por que sí podía escuchar los golpes que lo bueno se habían acabado hace poco... Odio ver o escuchar personas sufrir. Aunque estos estúpidos sí se lo merecían.

- ¡Yo no voy contigo a ninguna parte, déjame en paz! -Amenacé sin importar que estuviera temblando, lo cual no ayuda para nada a una amenaza.

Empecé a correr de nuevo como pude.

- No escaparás tan fácil de mí ______. -Escuché que decía el loco que venía detrás de mí.

¿¡Cómo sabe mi nombre!?

- ¡AYUDA! ¡ALGUIEN AYÚDEME! -Gritaba desesperada mientras corría.

Tenía un poco de esperanza en que alguien me iba a ayudar. Alguien que no sea como mi supuesto salvador.

- ¡Nadie te va a oír! -Su voz se escuchaba mas cerca. Un escalofrío recorrió por mi espalda, me retorcí un poco pero no pienso dejar de correr.

- ¡AYUDAAAA! -Grité ahora sí lo más que mis pulmones pudieron. Mis piernas dolían y mi garganta igual. Los ojos me ardían por el viento que se estampaba contra ellos.

- ¡Que nadie te va oír carajo! ¡Ya deja de gritar! -Mi atacante me alcanzó tomándome de los brazos y cruzándolos por mi espalda- Ahora eres mía.

No entiendo cómo fue que me alcanzó, tal vez dejé de correr tan rápido.

- ¡Suéltame! ¡AYUDA! -Me tapó la boca dejando como un eco la última palabra.

Éste es mi fin.

- Ahora sí. Vámonos.

Me movía como una loca tratando de zafarme de su agarre. Cuando de pronto iba perdiendo la conciencia, no sentía absolutamente nada. Alcancé a ver que me puso algo en la nariz y cerca de la boca que olía horrible.

Y eso es lo último que recuerdo. Ser raptada por alguien. Alguien quien no sabía quién era me acababa de secuestrar.

Yo no sabía quién era mi raptor, pero como él sabía mi nombre supongo que sí sabe exactamente quién soy y esto pudo haber sido planeado.

(...)

Jueves. 11:53 a.m.

Mis ojos se abren completamente después de batallar un poco, logrando obtener una mejor vista del lugar.

Mis ojos recorren toda la habitación. Todo es desconocido. No sé dónde estoy.

Las cortinas de la única ventana que hay están abiertas y alcanzo a ver por ella muchos árboles.

Me doy cuenta que tengo la boca amordazada con no sé qué y que estoy sentada en una silla atada de brazos por detrás de ésta, mis pies se encuentran también amarrados con una cuerda. Todo mi cuerpo duele.

- Veo que has despertado.

Sólo pude gruñir como una respuesta o queja.

¡Ahora estoy empezando a recordar todo!

Papelería, callejón, los tres idiotas que querían abusar de mí... y el que según era mi salvador.

- ¿No puedes hablar _______?

Insisto... ¿de dónde viene esa voz? ¡No veo a nadie aquí!

Esa voz se me hace conocida. Pero en estos momentos no recuedo muy bien.

- Entraré a la habitación. Te aviso de una vez.

Me alteré un poco empezando a moverme mucho en la silla.

- Querida _______. -Entró a la habitación.

¿¡ADAM!?

Abrí los ojos como si hubiera visto a un fantasma, no me lo podía creer.

¿¡Por qué mierda hacía esto!?

- ¿Sorprendida? -Alzó una ceja mientras sonreía- En las cartas te dije que esto pasaría, pero como las tiraste a la basura... Dime, ¿por qué carajos hiciste eso _______? -Frunció el ceño y su mandíbula se tensó. Como era de costumbre.

Si espera que le conteste no lo podré hacer por dos razones: la primera por que dudo que pueda hablar, apenas si me mantengo sin desmayarme. Y la segunda por que tengo la boca amordazada.

- Te quitaré esto. -Dijo entre dientes y se acercó a mí aún frunciendo el ceño. Un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo- Ahora, responde. -Soltó cuando se había deshecho de lo que me producía dolor en los labios y mejillas.

Me quedé completamente helada, obvio por el miedo que él causaba en mí, por el hecho de que me haya secuestrado un demente. Ya veo lo que las personas me advertían.

Mi hermana, mi familia, mis amigos. ¡Todos! ¿Ya se habrían dado cuenta de esto? ¿De que me secuestraron?

- Habla. -Hizo un ademán con la mano.

- ¡ESTÁS LOCO! ¡DÉJAME IR! -Protesté gritando pero no muy fuerte, tenía la garganta seca.

- Tú estás loca si crees que te dejaré ir. ¿Aún no te queda claro? -Ladeó la cabeza- ¡Ah por supuesto! -Exclamó como recordando algo- Como tiraste mis cartas.

- Te equivocas... Si eras tú el que me enviaba esas estupideces entonces sí leí como dos de esas cartas. -Susurré. Mi voz no daba para más.

- Entonces debes de saber que tu dueño soy yo. Nadie más. Que te quede claro porque a partir de ahora viviremos juntos cariño. Esta casa será únicamente para nosotros. ¿Te gusta? -Cambió las facciones de su cara y sonrió.

Animals (Adam Levine) EDITANDOWhere stories live. Discover now