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Después de que Aurora y Taylor se fueran a no se qué restaurante, o a donde vayan, tomé las llaves del auto de Aurora que estaban en donde me había dicho antes. Ya con las llaves dentro de mi bolso salí del departamento de Aurora, le puse seguro y me dirigí hacia al ascensor para después bajar hasta el estacionamiento del edificio.

Un minuto después aproximadamente, ya estaba caminando por el estacionamiento buscando el auto de mi hermana. Hasta que lo miré. Fui hasta allá y quité la alarma. Abrí la puerta del conductor para subirme, pero sentí como si alguien me mirara, tal vez quien me esté viendo piensa que me estoy robando el auto de la "Doctora Somerhalder".

Decidí no prestarle más atención a tal cosa y me subí de una vez al auto. Ya dentro lo encendí y pulsé el botón de seguro para todas las puertas. Puse el auto en marcha y conducí hasta la biblioteca de NY. Gracias al bendito GPS que tenía el auto... Por que si no, quién sabe dónde anduviera.

Cuando al fin estaba ya en la biblioteca, más bien aún estaba estacionando el auto, tardé ya casi una hora completa para llegar. Maldito tráfico.

Ya estacionado bien el auto salí de éste y me dirigí a la entrada de la hermosa biblioteca. Si así es por fuera, de seguro me quedaré hipnotizada cuando la vea por dentro.

Ya adentro de la biblioteca, caminé por el largo pasillo hasta llegar donde estaba una señora que parecía tener más de cuarenta años. Me miró y sonrió sin mostrar los dientes. Ella se encontraba en un tipo de escritorio, el cual era demasiado grande, sin exagerar.

- ¿Te puedo ayudar en algo? -Dijo la señora con su voz rara de anciana... sin ofender señora.

- Sólo venía a ver qué libros había. -Dije igualmente sonriendo.

- ¿Cómo que tipo de libro? Adivino, de romance ¿no? -Dijo la señora- A todas las jóvenes de tu edad les gustan de ese tipo. Aunque es raro que a alguien tan joven le guste leer. -Alzó una ceja sin quitar su sonrisa.

- De hecho a mí no me gusta mucho que digamos los libros de romance. -Dije haciendo una semi mueca- Prefiero los libros de misterio, vampiros, magia, y cosas así...

- ¿Entonces te gusta Harry Potter y Crepúsculo no? -Me sonrió de lado. Las arrugas de sus mejillas se estiraron más.

- Sí. Me encantan esos libros. -Sonreí más. Ahora sí dejando ver mis dientes. Los cuales se me habían olvidado cepillar, por eso traía goma de mascar en mi bolso, y me eché una a la boca cuando venía de camino hacia acá. Todo por que me daba pereza buscar el cepillo que estaba en alguna parte de una de mis maletas de accesorios.

- Tienes suerte de que aquí en esta biblioteca estén casi todos los libros del mundo querida. -Dijo la señora, y volteó a ver hacia otra dirección- ¿El joven que está en la puerta viene contigo?

- ¿Qué? ¿Quién? -Dije extrañada.

- No. Nada, ya se fue... Olvidalo. -Volvió su mirada hacia mí. Volteé hacia la puerta y no había nadie.

Pasto aproximadamente media hora después de la pequeña conversación que tuve con la señora de la biblioteca. Ahora me encontraba sentada en un sofá de una pieza leyendo un libro que encontré, el cual era de misterio, tipo "¿Quién mató a quién?".

Debo admitir, aunque es más que obvio, que esta biblioteca es totalmente hermosa. Me encantó. Es como el paraíso para mí.

Pasé un largo tiempo leyendo ese libro. Tanto que me dolía el trasero de estar sentada, por más blando que esté el sofá. Creo que le caí bien a la señora por que este lugar, según miré al entrar aquí, a este tipo de sala, es como exclusiva.

Estaba ya, si se podría decir; dentro del libro, hasta que alguien hace que vuelva al maldito mundo real tocándome el hombro. ¿En serio me tenía que interrumpir?

- No creí encontrarte aquí. -Dijo alguien en cuánto giré mi cabeza para poder ver quién era ese extraño.

Animals (Adam Levine) EDITANDOWhere stories live. Discover now