25:

1.2K 96 26
                                    

- Después de ti. -Dijo Adam dejando que yo saliera primero cuando el ascensor abrió sus puertas. Le sonreí y salí para después salir él.

No dijimos ni una palabra mientras íbamos caminando por los pasillos. Hasta que por fin llegué al mío y él al suyo.

- Hasta pronto. -Pasé la tarjeta de la habitación.

- ¿Hasta pronto? -Preguntó Adam mirándome. Yo estaba de espaldas a él pero pude sentir su mirada por toda la parte trasera de mi cuerpo- ¿Eso significa que nos veremos de nuevo?

- Bueno, no lo se. -Giré para verlo. Lo bueno que mi puerta ya está abierta, para cualquier problema entro y ya- Supongo que sí, somos vecinos ¿no?

- Tienes razón. -Sonrió él sin mostrar sus dientes- Entonces hasta pronto _______.

- Hasta pronto Adam.

Estaba a punto de entrar a mi departamento pero él me habló.

- Espera.

- ¿Qué?

- ¿Recuerdas la pequeña caja que te regalé por tu primer día de universidad? -Preguntó rápidamente.

- Sí... ¿Por qué? -Volví a preguntar dudosa. Él se acercó más a mí lo cual me puso nerviosa.

- ¿La has abierto? -Yo negué con la cabeza lentamente.

- No. Te dije que no aceptaba regalos de extraños.

- Pero yo no soy un extraño. -Dijo un poco exaltado. Frunció las cejas- Soy tu vecino, tú eres mi vecina ¿o no?

- Bueno sí pero... -Antes de que terminara de hablar me interrumpió.

Mierda. Se ve un poco enojado. Mejor ya entro a mi departamento.

- Pero nada. El hecho de ser vecinos ya nos convierte en conocidos, amigos.

- Tú no eres mi amigo. -Su mandíbula se tensó y miré que sus manos estaban hechas puños. ¿Ahora qué? ¿¡Acaso piensa golpearme!?

- ¡SOMOS AMIGOS TE GUSTE O NO!

- ¡Oye! ¡A mí no me gritas! -Exclamé. Ahora yo me encontraba molesta.

Tal vez ésta no es la mejor forma de hablarle a un asesino ahora que se ve más enojado.

- Ya me voy...

Antes de que Adam hiciera algo entré lo más rápido que pude al departamento.

Suspiré ya adentro. Milagro Adam no me tomó del brazo como aquella vez que me dio la caja. Por cierto, ¿qué tendrá?

Cerré la puerta con seguro, los dos seguros para no correr riesgos, y me dirigí a mi habitación.

Ahora, ¿dónde lo dejé?

Fui a ver a mi mesita de noche y sí estaba ahí. Era bonita, ¿lo será también lo que tiene dentro? Sólo hay una forma de averiguarlo.

Abrí la pequeña caja decidida. Cuando pude ver su contenido me quedé sorprendida. Abrí los ojos como platos. Era un anillo con mis iniciales.

En cuanto me doy cuenta que el anillo es de oro y plata, es jodidamente hermoso, pero no puedo aceptarlo. Debió de costarle mucho dinero a Adam. Ahora que me doy cuenta ¿en qué trabajara? Supongo que es algo formal ya que casi siempre anda de traje.

No dudé en ir a devolvérselo. Él no debería darse estos lujos conmigo, no soy absolutamente nada de él... Ni él de mí.

- Hola. -Dije en cuanto él abrió la puerta de su departamento. Me miró sorprendido.

- Creí que nunca volverías a hablarme, y mucho menos que vengas a visitarme.

- No vengo a visitarte Adam. Sólo vengo a devolverte esto. -Estiré hacia él mi brazo derecho con la pequeña caja en mi mano.

- ¿Por lo menos lo viste? -Su rostro tranquilo de antes ahora se tornó molesto.

- Sí, sí. Era un anillo, -Le dije con la mirada baja- muy hermoso por cierto.

Estaba apunto de hablar pero yo continué.

- Gracias, en serio. Pero como te he dicho ya dos veces; no acepto regalos, cosas, u otros objetos de extraños.

- Pero es muy hermoso, por eso lo compré, por que es igual que tú. -Murmuró viéndome directamente a los ojos- Y además, somos amigos. -Dijo esto último con un tono no tan agradable.

No pienso ponerme a discutir con él de nuevo.

- Adiós Adam. -Rodeé los ojos y giré sobre mis talones para entrar a mi departamento, pero él habló y me detuve a la mitad de la puerta del departamento.

- ¿Adiós? ¿Ahora es Adiós en vez de Hasta pronto?

- Sí. -Respondí cortante y entré ahora sí a mi departamento dando un portazo.

Lo bueno que hoy era viernes y me puedo desvelar viendo televisión o leyendo. Creo que mejor veré televisión, quiero ver The Walking Dead, amo esa serie más que a la nieve de vainilla.

(...)

Desperté en mi cama, yo no soy de las que se quedan dormidas viendo tv en el sofá, me fijé en mi móvil y eran las 11:37 a.m. Me había quedado viendo The Walking Dead hasta las 2 a.m., amo tener Netflix. Y ahora mejor dormiré más.

Caí en un profundo sueño, de nuevo, y ya no supe más.

(...)

¿Pero qué...? ¿Quién estará tocando la puerta?

Miré mi móvil, 2:14 p.m. No dormí mucho que digamos. Mejor iré a abrir a quien sea que no para de tocar la maldita puerta.

- ¿Qué mierda quieres? -Pregunté de mala gana cuando abrí la puerta sin ver quien era.

- Disculpe, ¿es usted la señorita ________ Somerhalder? -Preguntó un chico de unos veinte años. Asentí con la cabeza- Estas flores son para usted. Firme aquí por favor. -Me extendió una hoja y me pasó un bolígrafo.

- ¿De quién es? -Dije antes de firmar.

- Anónimo. Un ramo muy costoso por cierto.

- No firmaré nada si no se de quién es, ¿ok? -Solté.

- Señorita, yo tengo el deber de entregárselo y usted tiene que firmar de recibido. -Dijo el chico- Además, son unas flores muy hermosas y...

- ¿Si firmo te callas? -Interrumpí.

- Hmm, sí... -Contestó él dudando- Y también me voy.

- Hecho. Dame esa hoja y bolígrafo.

El chico me dio ambos y después de firmar tomé las flores.

- ¡Adiós! -Se despidió él y cerré la puerta en su cara sin haberle respondido.

No es por ser mala pero aún tengo sueño, y ahora también hambre.

Dejé las flores, más bien era un arreglo, sobre la barra de la cocina ya que fui a esta por algo rápido de comer, galletas.

Comí dos paquetes de galletas Oreo y volví a mi habitación, pero antes de acostarme de nuevo fui al baño e hice mis necesidades.

Animals (Adam Levine) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora