"Explicaciones y un tatuaje sorpresa"

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Jace se paso una mano por la cara.

–Absolutamente todo. –dijo con voz dura.

Maddeline alzo las cejas. Sorprendida.

–¿Porque no me dijiste que era ella?

Jace fruncio el ceño.

–¿Ella? –dijo sin entender.

–Tu novia. Ginebra. –aclaro su abuela.

Jace torció el gesto.

–Gine no es mi novia. –murmuro. –Solo es una niña con demasiada imaginación.

Gine alzó las cejas, pero no dijo nada.

–Acabas de besar a esa niña. –le espeto su abuela.

Jace suspiro.

–Ha sido un desliz. No volverá a ocurrir.

Maddeline negó con la cabeza.

–¿Y yo tengo que confiar en ti? –dijo escéptica.

Jace se encogió de hombros.

–Necesito que lo hagas.

Maddeline fruncio los labios.

–Estoy harta de tus líos, chico. Sé de tu historial. Sé la vida que llevas. Y no me fió de ti ni un misero pelo.

Jace fruncio el ceño.

–¿Historial? ¿mi historial? –dijo. –Llevo meses sin ni siquiera tener una cita. Me paso el día trabajando para llegar a fin de mes. Tengo que lidiar con una adolescente rebelde. Y encima vienes a juzgar mi vida. He cambiado. He madurado. Soy alguien distinto.

Maddeline siseo.

–¿Has visto en la situación que éstas, Sr. Madurez? –le gruño.

Jace se tiro del pelo con impaciencia.

–No puedes dejar que un único acto tire por la borda todo lo demás.

–Un acto es suficiente para mí.

Jace se mordió el labio con rabia.

–Soy un adulto ahora. Debes confiar en mi palabra.

Maddeline negó con la cabeza.

–Sigues siendo él mismo irresponsable que conozco. Es lo que pienso. –dijo con rotundidad.

–¡No me importa lo que pienses! ¡lo único importante es Gine! ¡el bienestar de Gine! –exclamo. –Y tú puedes darme lo que ella necesita. Y vas a darmelo. Maldita sea. Vas a darmelo.

Maddeline jadeo. Asombrada.

–¿Como te atreves a hablarme de esa forma? –replico.

Jace se apretó el puente de la nariz.

–He sido un golfo durante casi toda mi vida. He besado a una niña de diecisiete años. Y sí,  puedes llamarme gilipollas. Puedes odiarme. Pero necesito ese dinero. Gine necesita ese dinero. Ella. Y ella es religión. Santa religión.

Maddeline se quedo de una pieza. Estupefacta. 

–¿Me estas exigiendo?

–Te estoy obligando. –dijo sin vacilación.

Gine miraba de un lado a otro. Como en un partido de tenis.

–¿Tú? ¿a mi? –dijo Maddeline. –¿Mi nieto subiéndose a mis barbas?

Jace se encogió de hombros.

–Abre el talonario. –dijo con fuerza.

Maddeline puso una mano en su cadera.

1. Locas Historias De AmorWhere stories live. Discover now