Mi gran amor: Jeff the killer

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Llegamos a los 2000+ vistas.

Voy a llorar de la emoción. Gracias a todas.

Quiero hacer un especial por llegar a esas cifras pero no sé de qué. Díganme lo que ustedes quieren.

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- Wou, qué casa - dijo E. Jack.

- Gracias.
- Por cierto, tus padres...
- Están muertos - lo interrumpí un tanto melancólica.

Abrí la puerta y ambos entramos.

- Ya... ya veo. Lo siento. Entonces perdiste la cordura y los asesinaste...
- ¿Qué? Yo no hice eso. Ellos murieron en un accidente.
- Ah... bueno es que... creí que tú...
- Creíste que hice lo mismo que Jeff ¿no?
- Bueno... sí.
- Pues, yo soy asesina pero no mato a cualquiera.
- Y cómo es eso - preguntó E. Jack riendo -. Un asesino es un asesino, mata a cualquier persona.
- Pues yo no lo hago. Solo mato a las personas que son peligrosas para la sociedad.
- ¿Como nosotros?

No respondí a su pregunta.

- Nosotros asesinamos a quien queramos. Somos "peligrosos" - dijo asiendo comillas con sus dedos.
- Tienes razón. Yo mato a personas como ustedes.
- Qué, ahora piensas matarme a mí - dijo en tono burlón -. No te lo dejaré fácil muñeca.
- No quiero hacerte daño.

Por culpa de las palabras de E. Jack ahora estaba en una gran discusión moral en mi cabeza. Yo mato a las personas que hacen el mal así como solía hacerlo Liu, lo hago por él y por el recuerdo de mi hermana que fue asesinada por un maldito ladrón.

- ¿Por qué mejor no olvidamos esta discusión y mejor me ayudas a empacar? - dije al fin.
- Claro, como digas.

Subimos a mi habitación.

- Aquí hay una maleta. Por favor guarda todo lo que está encima de mi tocador.
- Claro.

Abrí mi ropero y empecé a poner mi ropa en otra maleta. Mientras acomodaba la ropa lo recordé.

- Por cierto E. Jack, no vayas a abrir los cajones del mueble del costa...

Volteé a ver a E. Jack. Demasiado tarde para mi advertencia. E. Jack había abierto el cajón donde estaba mi ropa interior y para colmo sostenía una.
La sangre subió a mi rostro. Estaba sonrojada.

- Tú... ¡Suelta mi ropa interior!

Me lancé sobre E. Jack y le arrebaté el sostén que tenía entre sus manos.

- Copa C ¿eh? - dijo y juré que vi sangre correr por debajo de su máscara.

Me sonrojé mucho más que antes y golpeé a Jack en el rostro.

- ¡Pervertido!

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- Ya dije que lo sentía. Ahora suéltame.
- No. No te soltaré maldito pervertido. Te quedarás ahí hasta que termine de empacar.

Subí las escaleras molesta dejando a E. Jack amarrado a una silla del comedor.

- ¡Sky! ¡No me dejes amarrado!

Cerré la puerta de mi habitación para dejar de escuchar los gritos de E. Jack y volví a empacar.

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- Ah... - suspiré cuando terminé.

Tenía dos maletas llenas. Salí de mi habitación y volteé a ver la puerta que estaba a la izquierda de la mía. Ahí había puesto todas las cosas de Susan.
No iba a vender la casa, tenía varias cosas que no podía llevar a la creepyhouse así que cada cierto tiempo tenía que venir aquí o los vecinos creerían que esta deshabitada.