Mi gran amor: Jeff the killer

Cómo conocí a Jeff (Parte 1)

Yo conocía a Jeff desde hace tiempo, antes que él se volviera lo que es hoy.

En ese tiempo yo solía salir con Randy. La verdad, él era un completo idiota, la razón por la que salía con él era porque no me dejaba en paz, por mucho que quería terminar con él, él nunca lo hacía y lo peor es que si le mencionaba sobre terminar, me golpeaba. Sí, era un maldito abusivo y no podía contarle nada a mis padres, ellos eran grandes devotos de Randy.

Un día como cualquier otro, la casa del costado que antes estaba vacía, fue comprada. Ese día estaba Randy en mi casa, como casi siempre.

- Así que la vieja casa por fin fue vendida, ¿no?

-Sí, eso es lo que parece - le contesté.

Ambos estábamos sentados en el sillón de la sala. Mi mamá estaba en la cocina preparando algunos aperitivos.

-Aquí tienes Randy.

-Muchas gracias señora Sleyer.

-Oh, por favor solo llámame Luisa.

-Gracias Luisa.

Mi madre se fue riendo, dejándonos solos.

- Tu madre siempre es tan agradable.

- Sí, no entiendo porqué lo es. Contigo sobre todo.

- ¿Pero qué dices cariño? Si yo soy la persona más agradable del mundo.

- Como digas.

Estuvimos un rato a silencio, luego Randy me agarró de la cintura y me atrajo a él.

- ¿Qué haces? - le pregunté molesta.

- Nada, solo animo el ambiente.

- No lo hagas.

Randy estaba empezando a molestarse. Si tanto odiaba mi forma de ser entonces que terminara conmigo por dios.

- Sabes que a pesar de todo lo que hagas no voy a terminar contigo, ¿no? - me dijo como si leyera mi mente.

- ¿Por qué? ¿Por qué insistes tanto en seguir con este estúpido juego?

- ¿Por qué me preguntas? La respuesta es simple, eres bonita, una de las más bonitas del instituto.

- Sí es solo por eso, hay muchas otras chicas que cumplen con ese requisito.

- No, tienes que ser tú o no será divertido.

Randy cogió mi rostro sin ninguna delicadeza, estaba a punto de besarme pero un fuerte ruido lo detuvo. El camión de la mudanza había llegado y al parecer algo se les debía haber caído.

- Ya llegó la nueva familia. Creo que es hora de ir a presentarse, debo ganar puntos con ellos.

- Has lo que quieras.

- Nos vemos luego cariño. Continuaremos luego.

Randy, para mi alivio, se fue. Algo bueno había salido de la mudanza de los vecinos.

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Al día siguiente, por pedido de mi mamá, voy a ver a los vecinos con una tarta de arándanos, algo acostumbrado de ella para poder darle la bienvenida a los nuevos vecinos.

Toco el timbre y espero a que abran. Luego de unos minutos, una señora, que llevaba un mandil blanco, abre la puerta con una gran sonrisa y me ve.

- Mucho gusto señora. Soy Sky Sleyer, su vecina. Mi madre preparó una tarta para usted, para darle la bienvenida a usted y su familia.

- Oh cariño, muchas gracias. Por favor pasa.

- Gracias. Con permiso.

Entré a la casa, aún habían varias cajas sin abrir, debían de estar desempacandolas recién. La señora cogió la tarta y la dejó en la cocina.

- Lamento todo el desorden. No hemos tenido mucho tiempo para ordenar.

- Oh, no se preocupe, nosotros también sufrimos bastante cuando nos mudamos. Si no le importa, podría ayudarle - me ofrecí.

- Oh cariño, no podría pedirte eso... - vio las cajas que le quedaban -. Pero será de una gran ayuda. Muchas gracias, lo siento.

- No se preocupe, además no tengo nada que hacer.

Ya tenía una buena excusa para no ver a Randy por toda la mañana, era yo la que debía de agradecer a la señora.