Mi gran amor: Jeff the killer

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Jeff me acostó en el mueble y cuando creí que ya no iba a haber marcha atrás....

- ¡Jeff, Slender te mandó a matar a la chica no a violarla!

Jeff se separó un poco de mí, se le veía realmente molesto.

- Ya me estoy cansando de estas interrupciones - murmuró.

Volteó un poco la cabeza y yo me incorporé ligeramente para ver a las personas que habían entrado a mi casa. ¿Qué rayos se creían para estar entrando tan campantes en una casa ajena?

Vi a tres chicos. Uno llevaba una mascara blanca con ojos y boca en negro, el otro llevaba un bozal y gogles y el último un pasamontañas negro.

- ¿Qué es lo que quieren? - preguntó Jeff levatándose.
- El operador nos mandó a verte y confirmar si ya habías cumplido con su orden. Pero por lo visto aún no lo has hecho - dijo el de la mascara.
- Ese no es tu problema.
- Sí lo es. El operador nos mandó a deshacernos de la chica también si tú no lo habías hecho.

Me levanté del mueble y encaré a esos tres tipos.
¿Qué estaban diciendo? ¿Qué me iban a matar? Ja, no me hagan reír ¿Y por qué mencionan a ese tal operador? Dijo algo sobre que le ordenó a Jeff que me matara... ahora que recuerdo él mencionó a un tal Slender o algo por el estilo. ¿El operador que mencionan este tipo y el tal Slender son la misma persona? Si lo son, ¿qué tiene contra mí? ¿Qué diablos le he hecho para que me mande a matar asi de fácil?

Me cruze de brazos y miré molesta a esa indeseada visita.

- Hay que matar a esa chica de una vez. Quiero regresar a comer waffles - dijo el del bozal.
- Nadie va a matarla. El que se atreva a hacerle daño se las verá conmigo - dijo Jeff sacando un cuchillo.

Mi corazón saltó de la alegría cuando escuchó a Jeff defenderme. Era muy tierno...
Pero yo no era una chica indefensa.

- Se arrepentirán de haberme retado - dije sonriendo.

Jeff no era el único que siempre lleva su arma. Yo tenía un par de bisturís que con gusto saqué para enfrentarme a los tres idiotas que no sabían en lo que se habían metido.

- Ya que aún no me han hecho nada, les daré la oportunidad para irse de una vez. Si se quedan, no volverán a ver la luz del día otra vez - los amenacé.

Los tres rieron y sacaron sus armas. Jeff se puso a mi costado.

- Yo puedo con estos tres, no hagas nada estúpido y vete - me dijo Jeff.
- ¿Crees que me voy a ir asi nomás? Ellos son los que quieren matarme a mí, puedo defenderme. Hay algo que no te dije Jeff pero al igual que tú soy una asesina.

Sonreí como psicópata. Jeff me miró sorprendido y luego sonrió.

- ¿Te he dicho lo mucho que te amo? Y cada vez te amo más.
- Yo también te amo Jeff.

Los tres corrieron hacia nosotros. Jeff se enfrentaba a dos de ellos, a mi me dejó con el chico del bozal que llevaba dos hachas como armas.

Me lanzó una hacha que esquivé fácilmente y se clavó en la pared.

- Qué mala puntería - me burle.

Logré ponerlo furioso y hacer que un tic nervioso se hiciera presente.

- Ca... cállate.

Sonreí gustosa. Los humanos se vuelven torpes cuando se molestan, más cuando estan en una pelea, dejan de pensar y dejan a la vista muchos blancos por atacar. Justo lo que el chico acababa de hacer.

Esquivé su ataque con el hacha que le quedaba con gran velocidad e hice un profundo corte en su brazo derecho y este cayó a un lado. Ya no podía levantarlo.