"Un escote prohibido y ultimas voluntades"

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-Voy a ir a hacerle babear. -le susurro.

Jace cerro los ojos con fuerza, respirando agitadamente.

-Estas jugando con fuego, Ginebra. Estas realmente arriesgandote. -dijo lleno de furia.

Gine alzo una ceja hacia él.

-Quemame, Jacie. Quemame un poquito.

Jace se apretó el puente de la nariz con los dedos.

-No vas a salir de esta habitación en un mes. No vas a ver la luz del día.

-¿Y tú me vas a hacer compañía?

-Gine... No estoy jugando.

Ella río con aire infantil.

-¿Jugamos a los médicos? ¿me metes la aguja?

Una imagen de lo las inapropiada se formo en la cabeza de Jace.

-Deja de provocar, por Dios. Eres una sucia. -dijo con voz ronca.

Gine puso cara de no haber roto un plato en su vida.

-Solo te estoy proponiendo un juego. Como te pasas el día llamandome bebé... Pues yo solo me adapto. -dijo con fingida inocencia. -Pero sí no quieres jugar... Seguro que él vecino esta encantado.

Y entonces Jace se encendió.

La empotró contra la pared. Sus caderas apretadas fuerte contra ella.

Gine soltó un jadeo ruidoso.

-¿Porque no puedes ser simplemente una niña buena y obediente? -pregunto con voz caliente.

Gine sonrió de lado.

-Las niñas buenas van al cielo. Las niñas malas donde ellas quieren.

-Tú lo has querido. -siseo.

Agarro la camiseta entre sus dedos, y con un fuerte tirón, desgarro la tela. La prenda se abrió como un abanico, destrozada.

Gine jadeo en respuesta.
Sus pechos saltando fuera de la tela.

Jace se quedo atrapado. Su mirada dura posada en el cuerpo de Gine.

Ella intento taparse, pero él agarro sus manos por las muñecas, haciendo dos esposas. Impidiendo que ella se cubriese.

Sus ojos se encontraron.
La mirada de Gine aturdida.
La de Jace caliente y abrumada.

Jace acarició la mejilla de ella con sus labios.

-Bonito sujetador. -susurro contra su piel.

Gine tembló de pies a cabeza.

-Es bastante incomodo. Ni siquiera es necesario.

Jace cerro los ojos, lleno de tentación.
Sus pensamientos racionales esfumándose.

-No tentemos a la suerte, Ginebra. No me tientes a mí.

Ella le dio una mirada.

-Tocame. -susurro.

Las manos de Jace temblaron.

-Joder... -gruño él con los ojos cerrados. -Tenemos que parar. Tengo que parar.

Sus ojos brillan cuando los abre.

-Pero yo no quiero parar. -dice Gine.
Jace la empuja por los hombros con esfuerzo. Alejándola lo máximo posible.

-Gine... No empieces algo que no vas a poder parar. -le dice con voz dura.

1. Locas Historias De AmorWhere stories live. Discover now