12. "Los hubieras no existen".

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12. "Los hubieras no existen".

-Papi... -Lo mire-. ¿Qué le pasó a Mia ayer? ¿Por qué lloraba? ¿Por qué la acompañaste tanto rato? ¿Es tu novia?

Lo miré sorprendido al mencionar lo de la "novia". Lo había dicho con naturalidad. Como si lo hubiera estado pensando. Intenté evitar las preguntas y esto fue lo que pasó.

-El padre de Mia sufrió un problema médico, y estaba en el hospital. Ella lloraba porque no quería que se muriera. La acompañé porque necesitaba quien la llevara.

-¿Es tu novia? –Volvió a preguntar-.

Tardé en responder, lo miré intentando descifrar que pasaba por su pequeña cabeza.

-No lo es, pequeño. –Hizo un puchero-.

-Dijo que eras bonito –se encogió de hombros-. Tú dijiste que era muy linda. ¿Por qué no puedes ser su novio? ¿Ya tiene uno?

-Nick, deja esas preguntas.

Me dolía el pecho porque sabía que él por dentro también estaba dolido, por el hecho de no tener una madre, él quería eso, una vez me lo dijo. Le dije que pronto. Ha pasado un año.

-¿Por qué no me quieres contestar? –Le tembló el labio inferior y vi sus ojos cristalizados-.

-No llores.

Se levantó del sofá y salió corriendo a su cuarto. Lo seguí y escuché que lloraba, la puerta estaba cerrada. Abrí, su habitación no tenía seguro. Estaba hecho una bolita en el sillón. Sollozando.

-Dime qué pasa, Nick. ¿Puedes?

-Los demás niños en la guardería tienen una mami. Yo no.

-Pero no tiene nada de malo, entiendo que quieras una mami. Pero no hay que apurarnos. Somos un equipo, tú y yo. –Lo alcé y lo abracé. Él se calmó, le sequé las lágrimas y le besé las mejillas-. Te amo, Nick.

-También te amo, papi. Pero aun quiero que me respondas algo... -asentí-. Jimmy me dijo que sus papás se daban besitos en la boca porque se quieren mucho. ¿Le das besitos a Mia? –Sonreí-.

-Algunos... -Se sonrojó y se tapó la boca, me reí por su reacción y lo puse en el suelo-.

-¿Y ella te da besitos a ti?

-Algunos... -Reí con él-. Vamos. ¿Quieres ver televisión antes de irte a dormir? –Asintió feliz-.

°

-¡Rum, rum! –Imitó Nick al carro del juego que le di en mi móvil-.

-Cuando termines el juego me das el móvil ¿sí?

-Claro, papá. –Dijo rápidamente, desde la parte de atrás del auto-.

Luego de unos minutos aparqué frente la guardería y bajé del auto para bajar a Nick también. Lo llevé de la mano y entré. Jane me saludó con la mano y saludó a Nick también. Mi pequeño rubio le sonrió y corrió a abrazarla. La escena me hizo sonreír.

-Vaya sorpresa –dijo Jane sonriendo-. Pensé que vendría Megan, como siempre... ¿Alguna razón? –Preguntó y vi un brillo en sus ojos-.

-¿Ahora no puedo traer a mi hijo?

-¿Qué? No me refería a eso. –Dijo sorprendida-.

-Sé a lo que te refieres. Y la respuesta es un sí.

-¿De qué hablan? –Mencionó Nick, confundido-.

-¿No le has contado? –Negué con la cabeza-.

Papá de Repuesto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora