Batalla de Hogwarts II

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Yo me rio ante esto, sigo pensando que es mejor reír que llorar. Pero parece que Molly no le encuentra la gracia. 

- Protego máxima...- comienzan a decir la gente que se encuentra en el patio. Yo no sé hacer eso... no puedo ayudar en este caso. 

Algo así como una cúpula de luz comienza a cubrir el cielo y a proteger el colegio. No me quedo para verlo. Minerva me da permiso para andar por el castillo y ver si puedo ayudar en algo. Lo entiendo. Si no puedo ayudar donde estoy es mejor que busque algo útil que hacer, soy un estorbo y una carga si me quedo junto a ella tan solo mirando. 

Corro por los pasillos del castillo con mi varita en la mano. Los alumnos siguen moviéndose de un lado para otro. Muchos de ellos se asoman por las ventanas para comprobar como va la cosa pero la tensión se nota en cada partícula de aire. 

Quiero mi DVD. Quiero mi DVD. Quiero mi DVD. 

Con ese pensamiento en la cabeza acabo caminando hasta la sala común de mi casa. Bueno... mi casa. Ya no sé que es exactamente. Busco en mi habitación hasta encontrar el DVD y lo guardo en el bolsillo trasero de mi vaquero. Supongo que está mucho más seguro conmigo. 

¿Por qué eso no suena bien? Me giro hacia una de las ventanas y veo que la cúpula no está... durando lo que yo suponía que duraría. La Miranda muggle tiene ganas de coger una manta y esconderse debajo de la cama, pero la Miranda bruja tiene ganas de salir de aquí y patear algunos culos. 

Corro de vuelta por el pasillo. El aire de mayo golpeando mi cara conforme avanzo. Mi vista se fija en cada ventana y me horrorizo al ver que la cúpula está cayendo a cachitos... Unas explosiones llaman mi atención. Cambio de ventana y observo como el puente que iban a volar cae a pedazos. Celebro la victoria alzando el puño en el aire. Una batalla ganada. Solo queda... el resto de la guerra. 

Una ventana más adelante se rompe y algo envuelto en humo negro aparece frente a mi. 

- ¡Joder!- grito antes de que la luz salga disparada de mi varita e impacte contra el mortifago. El hombre cae muerto al suelo sin tan siquiera tener tiempo de sacar su propia varita o darse cuenta de lo que está pasando. 

Corro por el pasillo como no he corrido en mi vida. No sé lo que me pasa de repente, supongo que es la adrenalina la que toma el control de mi cuerpo pero comienzo a lanzar conjuros a todas los mortifagos que entran por las ventanas o incluso por las paredes. A uno de ellos solo consigo enviarle el encantamiento aturdido... pero cuando veo que su cabeza golpea contra una de las columnas de piedra pienso que nadie puede sobrevivir a eso. 

En una de las escaleras paso junto a Neville y veo que tiene un montón de sangre en un lado de su cabeza, pero nada... el sigue corriendo como si nunca en la vida hubiese tenido más energía. 

Camino por un pasillo medio derribado esquivando las columnas, vigas y paredes medio destruidas. Al menos en este lugar parece que no hay nadie peligroso. ¿Por qué hay una puerta abierta al fondo del pasillo? Salto sobre los escombros y llego hasta estar cerca de la puerta. Entrecierro los ojos cuando veo algo brillante más allá de la puerta, en el interior. Algunas personas caen al salir de la puerta. Casi tropiezo cuando piso uno de los escombros. Cuando vuelvo a levantar la mirada encuentro a Draco pasando por mi lado a toda velocidad. No me lo pienso dos veces y salgo corriendo detrás de él. Me cuesta un poco alcanzarlo, pero lo consigo cuando salimos de la zona escombrosa. 

- Tú- digo mientras lo tomo de la chaqueta negra y lo pego a una de las paredes. Apunto con la varita a su cara. 

- Miranda...- dice con verdadero asombro. 

- Tú...- vuelvo a repetir con las lágrimas formándose en mis ojos y con dolor de garganta.- ¡No hiciste nada cuando me viste clavarme una espada...!- grito furiosa mientras sigo amenazándole con la varita. 

- Lo hice para protegerte...- asegura mientras se acerca a mi obviando la varita.- Lo prometo- asegura tomándome por los hombros. No sé como es que dejo que lo haga, ni siquiera yo me entiendo. 

- Me dejaste para morir- sentencio.- ¡Eres un cobarde! Pero estás aquí...- digo lanzándome a sus brazos. 

- ¡Crucio!- grita alguien justo antes de verme callendo al suelo y soltando un chillido de dolor. Giro la cabeza un segundo después para ver a quien lo ha hecho. 

- ¡Expelliarmus!- grito mientras dirigo el conjuro a su varita. El mortifago pierde la varita que sale volando por una ventana. 

Me levanto del suelo sin tan siquiera mirar a Draco. Camino hacia el hombre que al parecer se ha quedado paralizado en el sitio y observando a Draco en vez de a mi. 

- ¿Es que no haces nada?- le pregunta el hombre a Draco. 

Cuando llego al hombre pronuncio la palabra mientras hago el movimiento. 

- ¡Uppercut!- grito mientras golpeo la parte inferior de la mandíbula del mortifago con el talón de mi mano. 

La cabeza del mortifago se mueve hacia detrás de forma violenta mientras las vértebras de su cuello se rompen y le causan la muerte. El hombre cae hacia detrás en un segundo. Me quedo mirando el cuerpo del hombre mientras me masajeo la palma de mi mano. Al menos internet sirve para algo... ¡Dios, que mal suena eso dada la situación! 

Cuando me vuelvo a girar no encuentro a Draco en el pasillo. Lo que vivo mientras camino sin rumbo es una verdadera guerra. Realmente hay cadáveres por ahí tirados. De alumnos... de mortifagos... 

Me recuesto contra una pared cuando comienzo a escuchar otra vez ese susurro en mi cabeza. 

- Habéis luchado...-  comienza la voz- con valor. Pero en vano. No deseo esto, cada gota de sangre mágica derramada es una terrible perdida. Por lo tanto ordeno a mis fuerzas que se retiren. En su ausencia deshaceos de vuestros muertos con dignidad. Harry Potter... ahora te hablo directamente a ti. Esta noche has permitido que tus amigos mueran por ti, en vez de enfrentarte a mi en persona. No hay mayor deshonor. Renueve conmigo en el Bosque Prohibido y enfréntate a tu destino. De no hacerlo mataré a todo hombre, mujer y niño que intente ocultarte de mi. 

Me despego de la pared de nuevo cuando el maldito susurro se calla. Camino por los pasillos hasta encontrar el maldito camino de vuelta. Con los pasillos medio derruidos es mucho más difícil orientarse por el lugar. Mi pantalón están rotos e incluso tengo sangre en una rodilla. Uno de los mierdosos mortifagos cayó encima mía mientras caminaba haciéndome rodar por el suelo. Tengo todas las manos manchadas de polvo y realmente no me quiero ni ver la cara. 

Cuando entro uno de los grandes salones el paisaje que me encuentro es desolador. Muchos de los chicos y las chicas están transportando los cuerpos de un lado para otro... literalmente transportando en camilla gente muerta y dejándolas una junto a otra. Me llevo una mano a la boca mientras ahogo un grito. Otros de los chicos se encuentran sentados con mantas alrededor de sus cuerpos y con el animo por los suelos. Yo llevo relativamente poco tiempo aquí, pero estos chicos... esta gente lleva viendo a muchos de los que han fallecido caminando por los pasillos dese que entraron aquí. 

El conserje, de verdad que nunca recuerdo su nombre, ha sufrido una despartieron y Slughorn lo está curando. La verdad es que la herida parece dolorosa en comparación con la rozadura de mi rodilla. 

- ¿Miranda?- pregunta mi tía mientras se acerca a mi. Toma mis manos entre las suyas mientras trato de enfocar mi vista en ella y dejar de mirar los cuerpos que yacen en el suelo.- ¿Estás bien? 

Su pelo está bastante alborotado y lo que al principio había empezado como algo brillante y excitante ahora se ha reducido a una gran derrota. 

- Sí, sí- aseguro.- No me ha pasado nada. 

Madame Pomfrey acude a mi con un paño mojado en agua para limpiarme la cara. Así lo hago e incluso acudo a una pequeña mesa que tiene vasos y agua para beber un poco. La rodilla no tiene arreglo y sé que una rozadura no tarda mucho en curarse. 





Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDOWhere stories live. Discover now