Fiesta de navidad

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La biblioteca no es el lugar más bonito del colegio, pero es el más útil cuando una pretende aprobar todo con muy buenas notas. Estoy clavando los codos tanto en la mesa que mucho me temo que cuando me levante la madera tendrá dos orificios. 

- ¿Tienes pareja para la fiesta de navidad de Slughorn?- pregunta Draco apareciendo de repente a mi lado. ¿Cómo es tan sigiloso? Parece una sombra. 

- Voy a ir sola- respondo sin levantar la vista del libro que tengo delante. El libro pesa más que una persona y tiene más páginas de las que jamás he visto. Es una pesadilla. 

- ¿Por qué? Todo el mundo lleva acompañante- pregunta Draco frunciendo el ceño. 

- Bueno, pues llevarán todos menos yo- respondo mientras paso una de las amarillentas páginas de forma delicada. 

- Venga, cualquier chico diría que sí- dice levantando una ceja.

- Razón de más para no invitar a ninguno. No necesito atormentar a nadie invitándole a esa aburrida fiesta. 

Draco suspira fuertemente y comienza a irse. 

- Voy a pasar las navidades en Australia. Me voy a casa...- le susurro. 

- Me alegro. Espero que lo pases bien.

Si esperaba que lo invitase iba listo. Todavía no me siento del todo segura de lo que hablar el uno con el otro significa y no quiero forzar más la situación. Estando sola me las apaño bastante bien y tengo mucho más control sobre lo que pasa. 

- Miranda- me llama Minerva desde la puerta de su clase. 

- Hola... tía abuela- digo insegura mientras me acerco a ella. 

- Pasa, pasa- dice mientras se retira de la puerta de su clase y me deja paso para que entre.- Siéntate en uno de los pupitres, tenemos que hablar. 

"Tenemos que hablar" No es la frase favorita de nadie. Normalmente significa problemas. 

- Según he oido después de mandarte el mensaje de que podías pasar las navidades en tu casa... estás invitada a la fiesta del profesor Slughorn, lo que es todo un honor. Pero supongo que no has traído la ropa adecuada para una fiesta en tu maleta... 

Sé por donde van los tiros de la conversación y ya me encanta la idea. Un traje, zapatos de tacón... ahora nos entendemos. 

La decepción me llega un poco más tarde cuando Minerva me anuncia que el vestido y los zapatos ya están sobre la cama de mi habitación. Llego corriendo al lugar, necesito saber si tengo que hacerle al vestido algún arreglo de ultima hora. Mi tía abuela también estaba algo sorprendida de oír que no llevaría pareja, pero a la vez note un poco de orgullo en sus ojos después de decirle que no necesito ir con alguien para divertirme. 

Pansy y mi otra compañera están en la habitación cuando llego, aunque ninguna de las dos ha tocado la caja... ¡Gracias a Dios! Porque si la hubiesen tocado usaría una de las espadas de esgrima para cortarles las manos. Soy una exagerada. 

Las dos se apostan a mis lados como secuaces mientras me acerco para abrir la caja. 

- ¿Qué es eso?- no dejan de preguntar.- Lo ha traído un mensajero. 

- Es mi traje para la fiesta de navidad de Slughorn- respondo mientras abro la tapa blanca de la caja. 

Una tela de seda color azul Royal invade mi visión. Brilla tenuemente y el color es precioso. El vestido es increíble cuando lo tomo por los tirantes y lo dejo caer del todo hasta el suelo. Tiene un escote en "V" bastante pronunciado por lo que no podré llevar sujetador, eso no es un gran problema dado que Dios no me ha dotado de demasiada delantera que digamos. El vestido también tiene una gran raja en uno de los lados... creo que se me va a ver una pierna al completo. 

- Vaya...- dice Pansy.- Para ser de la profesora Mcgonagall no es que digamos que sea muy... conservador. 

- No- digo en acuerdo.- Es muy bonito. 

Los días hasta la cena de navidad del profesor Slughorn pasan en un suspiro. Resulta que el traje no solo venía con un par de zapatos negros de tacón con una tira al tobillo y descubiertos, sino que venían acompañados con unos precioso pendientes. 

Para que se me vea que llevo los pendientes decido ponerme el pelo hacia uno de los lados. De repente todas las chicas han parecido mostrar un gran interés por todo el trajín que nos traemos en mi habitación y un gran grupo de ellas están reunidas en mi habitación. Todas dejan claro tener una opinión sobre como debo maquillarme o peinarme, pero por mi parte tengo por seguro que la que mejor conoce mi cuerpo soy yo. No quiero ir demasiado maquillada, ni demasiado peinada. De hecho muchas de las chicas comentan que soy la única que va a llevar traje largo... pero yo soy australiana y llevo traje largo si me apetece y porque puedo llevarlo. 

Mi madre decía que si alguien tiene un cuerpo como el mío debe explotarlo, porque si no lo hace está siendo irrespetuoso con su cuerpo. 

Todo encaja a la perfección. El largo del vestido, la amplitud del escote, el lugar en el que se encuentra la abertura, la espalda... todo. Las chicas me ven salir de la habitación entre suspiros, puede que hayan recibido uno de esos filtros de amor de los que he oído en la mesa del comedor, vete tú a saber. 

Lo que no me espero para nada es encontrar a los chicos apostados en la sala común. Seguramente se preguntaban donde estaban todas las chicas de Slytherin y se han concentrado aquí para tratar de averiguarlo. 

Me quedo un segundo para al final del pasillo mirando a la gran cantidad de chicos dispersos en la sala común. Necesito un según para asimilar el encontrarme con tanta gente por todos lados. Esperaba salir de una forma más desapercibida y que se enterasen de lo ocurrido justo después de la fiesta, no antes. 

Camino entre los chicos quienes de repente se han convertido en las criaturas más silenciosas del mundo, tan silenciosas que el sonido de mis zapatos hace hasta eco. 

- Estás... preciosa- dice Draco justo cuando llego a la puerta de salida de Slytherin. Él está ahí, apoyado contra la pared como si nada en el mundo importase, pero... no sé, de repente me arrepiento de no haberlo invitado. 

- Siento no haberte invitado- digo mientras abro la puerta. 

- Yo también lo siento- dice Draco con algo de pesar. 




Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora