Bombones, champagne y... ¿Draco?

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Camino de vuelta a la sala común de Slytherin portando cada uno de mis tesoros robados en cada una de mis manos. Camino de forma triunfante por los pasillos. No veo el momento de llegar al lugar para tirarme en el sofá y comenzar a comerme estás delicias. Lo único que lo mejoraría sería ver una película de terror. 

El plan se va a la santa mierda cuando entro en la sala común de Slytherin y alzo la mirada para encontrarme a Draco sentado en uno de los sillones de cuero junto a la chimenea. 

Se ha dado cuenta de mi presencia mucho antes que yo por lo que ya lleva unos segundos mirándome fijamente. 

Me detengo en seco y dejo escapar una jadeo. Joder. Que susto. Me quedo ahí paralizada sosteniendo la botella de champagne en una mano y la lata llena de bombones en la otra. A demás estoy super consciente de que llevo un maldito pijama de verano de raso rosa justo debajo de la capa abierta. Doble santa mierda. 

Cuando mis ojos hacen contacto con los de Draco lo que veo en ellos no es la mirada de odio que me esperaba. Es una mirada muy triste, extremadamente triste tratandose de Draco. 

Aunque no lo conozco bien puedo asegurar que es del tipo de personas que no suelen mostrar sus sentimientos, aunque... no sé si tal vez a la chica del baño, a lo mejor a ella sí. 

- ¿Qué haces aqui?- le pregunto. Creía que iba a hacer la pregunta de forma hostil pero en vez de eso la pregunta sale de mis labios con tono de preocupación. 

Dejo caer el champagne y los bombones a los lados de mi cuerpo mientras cambio mi peso de un pie a otro y espero una respuesta de Draco. 

- Eso mismo podría preguntarte yo- dice esbozando una media sonrisa mientras alza sin mucho esfuerzo uno de sus brazos y señala los objetos que llevo. 

Apoya los codos en sus rodillas y espera una respuesta. 

- Pues...- comienzo decir titubeante. Me aclaro la garganta y levanto mis brazos de nuevo.- No creo que echen mucho de menos unos cuantos bombones y una botella de champagne. 

- Los has robado. 

- Evidentemente. No es como si fuera a llegar allí a estas horas de la noche y alguien, amablemente, me fuera a entregar estas cosas- digo entre risas. 

- Pensaba que eras una buena chica- asegura. 

- Nadie es bueno del todo. Y desde luego yo no soy la mejor persona del mundo, solo hay que conocer mi vida- digo con risa amarga mientras me acerco lentamente hasta el sofá. 

- Por lo que eres una chica mala- se adelanta a decir. 

- No he dicho eso tampoco. Solo admito que mi vida carece de diversión en estos momentos y que precisamente ir a robar a una cocina vacía... tampoco ha sido muy emocionante, la verdad. 

Me detengo unos segundos a inspeccionar su cara. Entre tanta conversación no me he acordado de que hasta hace unos segundos estaba hablando en un baño desierto con una chica. 

- Y tú, ¿qué haces despierto exactamente?- pregunto entrecerrando los ojos mientras me siento en el sofá de cuero frente a la chimenea. Apoyo la botella de champagne y la lata de bombones junto a mí. 

- No podía dormir- responde sin adentrarse en detalles.

Asiento con la cabeza sin presionar. La única frase que escuché en la conversación que mantenía con la chica no era precisamente una declaración de amor. 

Draco baja la mirada y entierra la cabeza entre sus piernas. Se queda ahí parado unos segundos y comienzo a asustarme. Me deslizo fuera del sofá y caigo de rodillas junto a él. Apoyo una de mis manos en su hombro. 

- Oye, ¿estás bien?- le pregunto en un susurro. 

Puede que seamos como el perro y el gato, o como la traducción mágica de esa frase, pero aún así... no me gusta ver a la gente sufrir. 

Draco alza la mirada y nuestras caras se encuentran demasiado cerca, propasando claramente el espacio personal de cada uno. 

Me alejo lentamente y tomo el champagne y los bombones y los alzo frente a él. 

- Creo que también necesitas tu mitad de esto- digo mientras esbozo una pequeña sonrisa. Espero que mi cara de niña buena y mis hoyuelos jueguen está vez a mi favor.- Podemos tener nuestra propia fiesta. 

Draco asiente lentamente mientras vuelve a incorporarse en el sillón. Me muevo de vuelta al sofá, pero a la misma vez Draco arrastra el sillón más cerca del sofá. Dejo que abra la botella de champagne porque sin sacacorchos no se que pasará con el corcho y ciertamente no quiero acabar sin uno de mis ojos, o sin uno de los de Draco. 

Tomamos un bombón cada uno y un largo trago de champagne. El liquido corre por mi garganta y se siente genial, se siente como volver a ser la antigua Miranda Moon. La chica que se escapaba por las noches para ir a la playa de detrás de su casa a hacer botellón alrededor del fuego con sus amigos. 

- Aunque mañana tengas un dolor de mierda en la cabeza habrá valido la pena- digo antes de darle otro sorbo a la botella. 

- No creo que lleguemos a tanto, pero tenemos que pensar en que hacer con la botella y la lata- dice Draco mientras le paso la botella. 

- Creo que yo ya he llegado demasiado lejos robando esto, no tengo ni la menor idea de como deshacerme de las pruebas. Soy un desastre como delincuente- admito entre risas.- Es penoso. Debería haber pensado en ello. 

- No es tan malo como parece, me ocuparé de esa parte. 

La respuesta me sorprende y mis ojos se abren de par en par. ¿Un Draco que me encubre? ¿Un compinche? ¿Vigilarnos las espaldas el uno al otro? No sé si debería de sentirme más cautelosa sobre eso. 

- ¿Qué harás en navidad?- pregunto de repente. Noto como mis mejillas arden por el fuego. La pregunta lo toma un poco por sorpresa, como a mí. 

- Supongo que me iré con mi familia- responde apoyando hechando la cabeza hacia atrás.- ¿Y tú? ¿Vas a quedarte con tu tía abuela... Macgonagall? 

- Supongo que sí...- respondo apenada. Mi navidad promete ser una gran mierda, lo sé. 

- ¿No te cae bien?- pregunta algo sorprendido.- Pensaba que estabais algo unidas. 

- ¿Unidas en plan conocernos de toda la vida?- pregunto. Draco asiente.- ¡Qué va! Ni siquiera sabía que tenía más familia aparte de mis padres, y yo era feliz con eso. Eramos nosotros tres siempre, siempre juntos- suspiro.- O tal vez no. 

- La vida sigue- dice tomando de nuevo la botella. 

- Eso he oído- digo dejando caer mi espalda contra el sofá. Lo cierto es que estar en pijama me da un poco igual a estas alturas. Estoy un poco borracha y como buena borracha que soy, paso un poco/mucho de todo. 

Cuando terminamos con los bombones y con la botella de champagne Draco asegura que va a deshacerse de las "pruebas" por lo que me despido de él con la mano y camino hasta el pasillo de los dormitorios de las chicas. 

Cuando entro en mi dormitorio las dos cerdas con las que comparto habitación siguen roncando tanto como antes, casi pienso que sería posible que derribasen el colegio tan solo con sus ronquidos.Pero también hay algo formandose en mi, algo cálido, algo que hace que dormir sea más fácil. 






Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora