Tocado

11.1K 892 167
                                    

Pasé toda la tarde de ayer encerrada en mi habitación. Solo salí a cenar y después volví a encerrarme de nuevo. Hice todas las fichas que me mandó el profesor con ejercicios de repaso e incluso escuché música en mi portátil.

Estoy caminando por los pasillos con mi super carpeta color caca en la mano, en serio... parece que esta carpeta era de mi abuela. ¿Es que está gente no conocen los supermercados modernos que venden objetos de este siglo?

Me he vestido con una camisa negra y unos vaqueros negros para no destacar tanto entre la... población estudiantil, aunque parece que haga lo que haga no dejo de llamar la atención allá por donde voy. Es como si por encima de mi cabeza hubiese un cartel luminoso señalándome.

No me malinterpreteis, sé que soy... ¿guapa? y eso, pero hombre... ¡tan poco hace falta exagerar! Mi media melena morena, mis labios sonrosados y llenos, mis mejillas y hoyuelos... son algo que mirar, pero no soy la única chica de este lugar. ¡Por Dios!

- ¡Buenos días!- exclama alegremente el profesor Kent mientras entro en la clase.

Es una clase completamente vacía porque soy la única alumna, otra razón para sentirse como una marginada total.

Las horas pasan lentamente mientras escucho las diferentes lecciones. Estes es mi penúltimo año antes de la universidad, "supuestamente", por lo que me queda poco que aguantar.

- Dado que ayer me diste una negativa a tu clase de música... hoy te propongo otro tipo de clase...- dice sospechosamente mientras camina hasta el lado más alejado de la clase. En ese lugar no hay pupitres, es un espacio bastante grande y libre. Giro mi cuerpo y veo como saca dos espadas de esgrima.- Vamos a dar clase de esgrima... sin protección.

- ¡¿Sin protección?!- pregunto mientras me levanto de mi asiento de un salto.- ¡¿Se te ha ido la pinza?!- pregunto totalmente alterada.

- Un poco de respeto, señorita Moon- dice el profesor Kent muy serio.- Yo soy el profesor, yo propongo las clases... ahora coja su espada.

Tomo la espada de esgrima de mala gana de su mano y me coloco frente a él. Estas espadas no se doblan, no son flexibles. Parecen peligrosas.

- Esta espada no parece muy adecuada- digo mientras entrecierro los ojos hacia la hoja de la espada.

- Son adecuadas para nuestra clase- asegura el profesor.- La zona válida es el cuerpo entero. Cuando alguno toque al contrario ha de gritar "tocado" y ganará un punto.

- No entiendo en que ayuda esto a mi... ¡Ah!

El profesor Kent lanza rápidamente su espada contra mi como si estuviese loco. Pero, ¿qué cojones ha fumado este hombre esta mañana?

- Regla número uno: debes estar siempre atenta.- De pronto hace un rápido movimiento con la espalda.- Tocado- canta mientras noto la punta de la espada en mi estomago.

¡Genial! ¡Que diver!... ¡Se ve a enterar!

Le lanzo una mirada mortal y coloco mis pies en posición para conseguir mayor equilibrio. Hago el primer movimiento, el cual es evitado por el profesor. Trato de relajar la expresión porque temo que si sigo así acabaré lanzando gruñidos como si fuese un animal.

- Tocado- digo muy satisfecha cuando clavo la punta de mi espada en el cuello del profesor. En vez de mirarme a los ojos el profesor desvía su mirada hacia la puerta y las ventanas donde una pequeña multitud de personas se agolpan curiosas por la saber lo que pasa aquí dentro.

- ¿Has hecho esto alguna vez antes?- pregunta el profesor Kent ignorando al público.

- No- digo bajando la espada bruscamente.

- ¿Te apetece otra ronda?- pregunta levantando una ceja desafiandome.

- Eso depende...- respondo yo también desafiante.

Cualquiera que nos esté viendo no pensará que somos alumna y profesor dado que desde que le conocí ayer realmente estamos teniendo una agradable relación en la que no importa quien sea cada uno. De hecho hasta me ha contado un poco la historia de su vida... de como conocido a su mujer bruja, como se enteró de que era bruja, como asimiló que su hija era bruja...

- ¿De qué?- pregunta.

- De si quieres que te patee el culo- digo chasqueando la lengua.

Vuelve a hacer el primer movimiento casi esperando a pillarme desprevenida, pero yo soy Miranda Moon y trato de no cometer un mismo error dos veces...

- Tocado- digo esbozando una sonrisa de triunfo mientras vuelvo a retirar la espada de encima de la zona de su corazón.

Le entrego la espada de vuelta al profesor y me giro hacia la multitud. ¿Pero qué? Se puede saber... ¿por qué está otra vez el pelo lejía ese por ahí? No se supone que me odia. Yo no persigo a la gente que odio, más bien me mantengo lo más alejada posible de ellos.




Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora