63- La espera

188 24 59
                                    

Brad estaba que no se lo creía con el panorama: Nil estaba cabreadísimo por tener que ver a su hermano de nuevo después de años, Michael estaba haciendo el intento de calmarlo con palmaditas y cosas como "ea, ea, ya está", y Sean estaba con unas ojeras enormes adornando sus ya de por sí adormilados ojos.

-Menudo recibimiento va a tener Charlie...- comentó entre dientes, pero Nil le escuchó perfectamente.

-¡Pues el que se merece!

-Tranquilo, Nil, ya está. ¿Quieres un dulce o algo? Aunque la comida de aeropuerto es horrible y...

-¡NO QUIERO NADA!- interrumpió a Michael, que suspiró al ver que su histeria no iba a desaparecer tan fácilmente.

-Ay, Dios santo...- Brad intentó tranquilizarse un poco, pero la escena rozaba lo absurdo-. Sean, ¿Te encuentras bien?- él lo miró con una bonita cara de zombie y ni siquiera respondió. No era necesario-. Ya veo...

-¡Sigo sin entender por qué tengo que venir yo a buscar a ese idiota!- insistió Nil.

-¿¡Porque eres su hermano!?- le recordó Brad, ya perdiendo la paciencia.

-Pero, ¡que hubiera venido Nano solito!

Brad miró a Sean de nuevo, que jugaba con algo por debajo de su manga y con la mirada fija en la puerta de llegadas, completamente ajeno a todo.

-No creo que esté en condiciones...

-Mirad, ya ha llegado su vuelo- dijo Michael.

En el cartel de "llegadas" salía el número del vuelo de Charlie y una luz verde y parpadeante que decía "aterrizado". Sean tragó saliva y siguió mirando la puerta.

-¡Agh! ¿¡Qué se supone que le diré después de tantos años!?- la actitud de Nil cambió por completo en un segundo. Brad tenía ganas de llorar de lo nervioso que le ponía.

-Pues, qué se yo... "¿Te he echado de menos?"- sugirió Michael.

-¡Pero no lo he hecho!

-Nil...

-¿¡Qué!? ¡No le he echado de menos!

Brad suspiró y se acercó a la puerta de llegadas. Aún no salía nadie, ya que estarían desembarcando y recogiendo las maletas, así que volvió junto a Sean, que seguía mirando hacia la puerta mientras jugueteaba con la cuerdecilla que tenía en la muñeca. Como parecía un poco -muy- tenso, Brad intentó que se relajara.

-¿Qué es eso, Sean?

El rubio lo miró a los ojos y luego miró su muñeca, en la que estaba esa cuerdecita atada. La estiró con el índice de la otra mano y le miró de nuevo, como preguntándole si se refería a eso. Brad asintió con una media sonrisa.

-Es... un recuerdo.

-¡Pues debe de ser un recuerdo muy viejo! ¿Siempre ha sido de ese color tan...?- no terminó la pregunta por si el otro se ofendía, pero entrecerró los ojos frunciendo el ceño, dando a entender a lo que se refería.

-Antes era roja. La persona que me lo dio era una de esas creyentes del destino y los hilos rojos y esas cosas...

Brad sonrió ante esa respuesta y le dio un suave codazo.

-Uuuuh... así que tenias una novia por ahí escondida, ¿eh? La verdad, ni me había planteado que hubieras tenido alguna... es decir, con perdón y todo eso, pero eres bastante inexpresivo y sincero, y la mayoría de chicas son muy superficiales, además de que no soportan que les digas la verdad a la cara. Tal vez, Emmy...

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora