52- Una dosis de realidad

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-Vamos, pasa. No hagas mucho ruido, mis padres están durmiendo también.

Michael abrió la puerta y aguardó a que Nil pasara al interior de su casa. El rubio asintió y entró, intentando hacer el mínimo ruido posible. Sabía perfectamente donde estaba el salón, así que allí se dirigió.

Tal y como había dicho Michael, Jamie estaba dormido en el sofá con el pijama puesto y una manta en el suelo. Se había dejado la tele encendida en silencio y las gafas puestas. A Nil le pareció la cosa más adorable de todo el mundo.

-Michael...- susurró sin apartar la mirada del pequeño que respiraba profundamente.

-Dime- respondió él con el mismo tono.

-...Me da pena despertarlo.

Michael levantó las manos y rodó los ojos.

-¿En serio? ¿Para eso has venido hasta aquí?

-Pero, ¡Mira cómo duerme! Despertarlo debería ser ilegal.

El pelinegro dejó escapar el aire por la boca y se desinfló como un globo, rogando paciencia.

-Haz lo que quieras... pero yo no lo pienso llevar a la cama.

-¿P-pretendes que lo lleve yo?- dijo Nil, algo apurado, ya que carecía de fuerza alguna. Michael reprimió su risa y se agachó para recoger la manta del suelo.

-No, tonto. No le pasará nada por dormir en el sofá un día. Además, estoy seguro de que no dudaría en ofrecerte su cama...- el mayor le puso la manta por encima a su hermano y le quitó las gafas con cuidado para dejarlas en la mesa. Nil estaba ahí, de pie, intentando procesar lo que acababa de escuchar.

-E-entonces... ¿Dormiré en su cama?- preguntó para asegurarse de que sus suposiciones eran correctas.

-¿Dónde ibas a dormir si no?- Michael le dio un beso en la frente a Jamie y le revolvió un poco el pelo. Luego cogió el mando a distancia y apagó la tele, volviéndolo todo negro. Nil sabía que Jamie le tenía miedo a la oscuridad, y que por eso le pusieron una cama en la habitación de Michael, a la que le sobraba bastante espacio.

-P-pues...

-Venga, vamos. Si seguimos hablando, despertaremos a todo el mundo.

Michael se dirigió a su habitación, seguido de Nil, que aún no se podía creer nada de lo que le estaba sucediendo. Iba a dormir en la misma habitación que Michael... Entraron en el cuarto y cerraron la puerta, teniendo la posibilidad de hablar en un tono normal.

-¿S-seguro que está bien que duerma aquí?

-Claro. No te voy a morder- se acomodó las gafas y le sonrió alzando una ceja. Le causaba bastante gracia ver como se apuraba por cualquier cosa. Abrió el armario y cogió una camiseta y unos pantalones largos-. Toma, te vendrá grande... pero es lo que hay- se lo tiró a Nil, que cogió ambas prendas al vuelo.

-Gracias...- le dijo tímidamente mientras examinaba la ropa.

Cuando levantó la vista se encontró con algo que tan solo había soñado... Michael se estaba quitando la camiseta, dejando al descubierto su torso delgado y compacto, aunque no muy musculoso. Se peinó con la mano un poco al quedar con el pelo alborotado. Nil lo miraba con la boca abierta... solo le faltaba que se le cayera la baba. Parecía una de esas típicas escenas a cámara lenta...

-¿Todo bien?- le preguntó, bajándolo al mundo real. Nil sacudió la cabeza y sintió como le ardían las mejillas.

-S-sí, es solo...

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora