30- Riesgo

223 40 43
                                    

Jake corrió a lo largo de la calle, con la cara húmeda e incesantes sollozos. Poco le importaba que alguien le viera así. Lo único que quería era la compañía de Brad en un momento como ese. Le bastaba con que se riera de él y le llamara mariconazo, como había hecho otras muchas veces. Era más que suficiente con escuchar su ruidosa risa. No tenía ni idea del motivo por el cual lo necesitaba tanto... pero no le importaba. No en ese momento.

Llegó a la portería de su vecino. Acercó su dedo al botón que marcaba el piso, pero paró en seco antes de hacerlo. ¿Realmente sería tan egoísta de ir a llorarle al chico al que le gustaba porque su novia le había engañado? ¿En serio sería tan insensible? Bajó el dedo y dejó los brazos muertos, sintiendo como sus ojos volvían a rebosar. Estaba solo. Estaba jodidamente solo... y se lo había buscado.

Se dio la vuelta, dispuesto a volver a su casa para seguir llorando. Pero, cuando iba a dar el primer paso, escuchó la puerta abrirse detrás de él. Se asustó un poco pero siguió con sus intenciones de seguir caminando, hasta que escuchó una voz conocida.

-¿Jake?- el de ojos verdes sintió como su estómago se encogía y su corazón empezaba a latir deprisa con tan solo escuchar su voz. Se reprochó a sí mismo por ello. Se giró lentamente para mirar cara a cara a Brad, que estaba ahí de pie con expresión sorprendida. Cuando vio el estado en el que se encontraba Jake, pasó a endurecer su rostro con un deje de enfado y lo cogió por la muñeca- Venga, pasa.

Lo arrastro al interior de su bloque y, de la misma forma, hasta en frente de la puerta de su piso. Sacó sus llaves, maldiciendo todos y cada uno de los llaveros, hasta que dio con la llave y la metió en la ranura. Abrió la puerta y se hizo a un lado, dejándolo pasar. Jake recordó cuando apenas se conocían y quedaron en aquella cafetería para luego ir al centro de tatuajes de Alan, Brad hizo el mismo gesto y él se sonrojó por la vergüenza... ¿cuánto tiempo llevaba comportándose así? Jake entró en el piso y dejó de andar mientras Brad cerraba la puerta.

-¿Quieres algo para beber? Creo que tengo...- Jake apretó los puños y dejó de escucharlo. Pensó en, por una vez, hacer caso a los que verdaderamente necesitaba-. ¿Jake? ¿Me estás escuchando?- el pelirrojo fue sorprendido por un repentino y fuerte abrazo. No sabía cómo reaccionar al tener a ese chico de piel blanquecina y pelo largo y castaño que le había quitado el sueño, aferrándose a su pecho como si le fuera la vida en ello.

Pero, en cuanto vio que empezaba a sollozar de nuevo y notó que su camiseta se humedecía a causa de sus lágrimas, le rodeó también con sus brazos e intentó calmarlo, acariciándole la cabeza.

-Venga, Jake... ya está... Vamos, cuéntame que ha pasado.- intentó utilizar el tono más amable y cálido que tenía. Jake no aminoró su llanto para nada.

-Es Molly... ella... ella me ha engañado...- tras terminar de decir eso, empezó a temblar otra vez. Brad frunció el ceño con rabia y lo apretó con más fuerza contra él, como si con ese gesto pudiera arreglar su corazón, que había sido roto por esa chica que sabía desde el principio que le haría daño...

-------

-Así que su hermano te mandó una foto de Molly besándose con otro chico... ¿no?

-Exacto...- llevaban ya un rato hablando, sentados en el colchón que Brad había sacado para estar más espaciosos. Al cabo de muchos cambios de posición, ahora estaba Brad con las piernas cruzadas y, encima de éstas, la cabeza de Jake, que estaba tumbado hacia un lado en posición fetal. Aunque mucho menos intenso que hacía un rato, el llanto del castaño no cesaba. A Brad no le molestaba, ni mucho menos. Sabía que le dolía, y que llorar era normalmente la mejor manera de expresar dolor.

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora