15- Cerezas y lágrimas

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La noche del viernes había llegado, y Jake estaba sentado, moviendo la pierna en un constante tembleque mientras esperaba en la portería de Brad. Había salido demasiado pronto de casa, olvidando que era su vecino, y había optado por esperar a que fuera la hora a la que habían quedado. Tal vez no quería que pensara que no tenía nada mejor que hacer, o puede que no quisiera molestarle si estaba haciendo otras cosas. Prefería no pensar demasiado en los motivos, pero ahí estaba.
Miraba la calle, iluminada levemente por un par de farolas, intentando relajarse un poco. Por más que intentaba no hacerlo, no podía no pensar que Brad haría algo raro como la otra vez... y no quería que eso pasara. No quería que su novia se fuera de su mente ni un segundo, como pasó con el beso... ni hablar. Si intentaba hacerlo de nuevo, esta vez lo mandaría a la mierda y ya está. Sí, eso haría. No volvería a quedarse inmóvil ni a dejar su mente en blanco, no señor.

Miró su móvil, comprobando la hora por millonésima vez. Aún quedaban un par de minutos pero... a la mierda.
Se puso de pie y vaciló un momento antes de picar a la portería. Cuando lo hizo, ni cinco segundos pasaron antes de que abrieran sin preguntar quién era si quiera. Jake empujó la puerta para entrar en el rellano. Se dirigió al piso de su vecino, la puerta del cual estaba entreabierta.

-¿Hola?- preguntó en alto mientras la empujaba. Todo estaba oscuro, tan solo se veía la luz de la televisión en el comedor. Entró con cierto inexplicable temor.

-¡Jake! ¡Venga tío, pasa!

El castaño suspiró de alivio al escuchar la voz del pelirrojo procedente del comedor. Cerró la puerta que daba al exterior y se adentró en la casa de Brad. En cuanto llego al comedor, lo vio espatarrado en el sofá con una camiseta blanca y unos pantalones de chándal cortos.

-Menudo recibimiento...- protestó Jake mientras se dirigía al sofá para sentarse al lado de la cabeza de Brad. Éste se incorporó para sentarse.

-Lo sé, soy todo un caballero- alardeó divertido, haciendo que Jake rodara los ojos y negara levemente con la cabeza. Brad decidió no demorarse más, así que cogió el mando de la tele y empezó a poner el CD de la película que no terminaron de ver la última vez.

-¿No tienes palomitas? Habérmelo dicho y habría comprado...

-No, hoy no hay palomitas, hoy hay algo mucho mejor...- se levantó de golpe, dejando el mando al lado de Jake y dirigiéndose a la cocina. Se encendió la luz de ésta y, al cabo de un corto periodo de tiempo, se apagó, saliendo Brad a su vez con el mismo bol de donde comieron palomitas y un par de platos. Dejó el bol encima de la mesa y uno de los platos en frente de cada uno. Jake observó el contenido de éste, curioso.

-¿Esto son...?

-¡Cerezas!- exclamó eufórico el pelirrojo mientras se lanzaba al sofá- Me encantan, ¿a ti no?

-Hombre, donde hayan unos arándanos...- al escuchar eso, Brad se llevó una mano al pecho y ahogó un grito.

-¿Me estás comparando los arándanos con las cerezas?

-¡Pues...!- antes de responder a su infantil provocación, carraspeó un par de veces intentando recuperar la compostura- ¿Podemos ver la película, por favor?

-Claro, esta vez sí que te veré llorar como a una niña. Estoy impaciente- volvió a provocarle mirándolo de reojo. El otro se cruzó de brazos y frunció los labios, sin ganas de seguirle el juego.

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-¿Cuándo se va a poner interesante?- Brad bostezaba tumbado en el sofá con las piernas encima de las de Jake, que estaba sentado y en tensión, completamente absorto en la película. El pelirrojo, al ver que no recibía respuesta, quitó las piernas de encima de Jake y se las recogió con los brazos, apoyando la barbilla en sus rodillas y poniendo morritos. Miró el bol, ahora vacío, donde estaban las cerezas. Su plato estaba mucho mas lleno de huesos que el de Jake. Lo miró de reojo, comprobando que seguía sin hacerle ni caso. Exhaló fuertemente mientras se estiraba hacia atrás- Oye, te vas a quedar a dormir, ¿no?- aquella vez sí que captó la atención de su vecino, que lo miró incrédulo.

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora