46- Dudas

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"¡Buenos días, Jake! Espero que estés listo para el primer día de clase :*:*:* te quiero~"

Jake observó el mensaje de buenos días que su mejor amiga le había mandado bien tempranito el primer día de clases.

"Cabrona, tengo sueño. Ayer Brad se empeñó en celebrar lo bien que le había salido la obra a Nil, ¿recuerdas? Gñññ da igual, gracias. Y yo también te quiero"

Se desperezó, aún con el móvil en la mano, hasta que escuchó otra vez el ruidito que lo había despertado. Estaba convencido de que se trataba de Emmy de nuevo, pero se sorprendió al ver que se trataba de su vecino.

"Asómate. Vamos a tocarle las pelotas un rato al vecino :P"

Sonrió y obedeció sus órdenes. Subió la persiana, dejando que la luz de la mañana inundara su habitación, y abrió la ventana. En el patio más alejado se encontraba Brad, apoyado en su saco de boxeo con una camiseta grande y tejanos, arreglado para ir a clase. Al escuchar el sonido de la ventana miró hacia ella.

-¡Buenos días, Jake!

-¡Buenos días, Brad!

-¡Tengo grandes noticias, ¿sabes?!

-¿Sí? ¡Cuenta!

-¡Jerry ha decidido apuntarme al campeonato que te comenté!- puso los brazos en jarras y sacó pecho con orgullo. Jake le aplaudió un par de veces mientras lo halagaba.

-¡Muy bien, Brad! ¡No sé por qué no lo ha hecho antes!- en cuanto terminó de decir aquella frase, recordó que seguramente el motivo sería aquello que pasó la primera vez que fue al gimnasio en el que Brad entrenaba.

-Pues... ¡Jerry dice que llevo años perfectamente capacitado, pero que tenía miedo! ¡Y dice que ahora ya no tiene nada que temer!- aquello no le cuadraba a Jake, ¿Por qué antes sí y ahora ya no?

-No lo entiendo...

-¿Qué dices?

-¿¡Eh!? ¡No, no, nada! ¡Digo que ahora tu prioridad debe ser estudiar!

Brad hizo un movimiento con la mano quitándole importancia a ese asunto- ¡La educación física no está mal, pero lo único que me interesa es el boxeo!

-¡Tienes que esforzarte, idiota!- no es que le afectara mucho, pero tampoco estaría bien que su amigo repitiera algún curso tan solo por "falta de interés".

-¡Tonto! ¡Si tú me lo pides no te puedo decir que no!- Brad sonrió de lado, sabiendo el efecto que tendrían aquellas palabras sobre Jake. Y, tal y como esperaba, su tono de mejillas se cambió a uno rojizo y le fulminó con la mirada.

-¡Idiota!

A pesar de su insulto, Brad no dejaba de reír. Era increíble lo predecible que era Jake.

-¡Oye, Jake, me parece que el vecino quejica no está! ¿Hablamos más tarde?

-¡Claro, nos vemos!- Jake se despidió con la mano y volvió a cerrar la ventana. Borró su sonrisa y suspiró, sentado en su cama. De nuevo, como siempre últimamente, se formulaba la misma pregunta.

"¿Le estoy haciendo daño cada vez que hablo con él?"

Sabía que, seguramente, la respuesta a esa pregunta era afirmativa. Pero no podía hacer nada. Cuando se daba cuenta, ya estaba hablando animadamente con él, como si los sentimientos de Brad no existieran.

"¿Qué debería hacer?"

Cuando ya estaba empezando a correr en el mismo círculo de siempre, se dio cuenta de que debía ir a clase. Se levantó corriendo y fue al baño a la misma velocidad. Se lavó la cara y cogió el cepillo de dientes. Mientras se los cepillaba, se miró al espejo. Como siempre, su pelo estaba muy alborotado y sus ojos verdosos estaban rodeados de rojo a causa del sueño. Escupió y siguió mirándose. Tal y como se veía, así, se preguntaba...

"¿Qué ha visto en mí? No soy nada... especial. Pero dicen que cuando estás enamorado esas cosas no importan y todo te parece perfecto...". Se sorprendió por sus propios pensamientos. "¿Enamorado? ¿Brad está realmente enamorado... de mí?". Sin poder evitarlo, sus mejillas se tiñeron de rojo y se mordió levemente el labio con expresión preocupada. "Nunca me ha dicho te quiero... tal vez solo le gusto físicamente o... no lo entiendo. De verdad que no te entiendo Brad. Ni siquiera me entiendo a mí mismo." Pensó en la posibilidad de estar con Brad. Sí, como pareja. Como serían sus conversaciones, qué cambiaría... Lo pensó pero... un calor extraño se acomodó en su pecho, haciendo que de inmediato quisiera alejar esas imágenes de su mente. Se echó agua fría de nuevo, esta vez con otro objetivo. Su labio inferior fue mordido de nuevo, esta vez con mucha más fuerza.

"¿Qué haré?"

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-¡Matt! ¡Matt, levanta! ¡Maaatt, es hora de ir a clase! ¡MATTHEW MILLER, HAZ EL FAVOR DE LEVANTARTE, MIERDA!- Matt dio un respingo al escuchar los gritos provenientes de su hermana, que le sonreía dulcemente.

-Oye, si me vas a gritar, al menos haz que parezca que es así, no me pongas esa carita de ángel mientras lo haces...- dijo, refregándose los ojos con un bostezo. Ella le dio unas palmadas en la cabeza y siguió sonriendo.

-Venga, venga, deja de quejarte y levanta. ¡Hoy empiezan las clases, no puedes llegar tarde!

-¿Desde cuándo llego yo tarde a algún sitio?

-¡Lo que sea! ¡Haz el favor de levantarte!- ella le quitó de golpe la fina sabana de encima, haciendo que Matt se encogiera de frio.

-¡No quiero! ¡No me gustan las ciencias!- Nicole frunció los labios e inclinó la cabeza, intentando entender a su hermano.

-Entonces, ¿por qué estas en ciencias?

-¡Porque no se qué hacer!- se quejó, aún encogido en su cama. Ella, sin una pizca de irritación reflejada en su cara, cogió la botella que Matt tenía siempre al lado de su cama, llena de agua. Hizo ademán de abrirla y Matt, deduciendo sus próximos movimientos, se levantó tan rápido como pudo. Ella sonrió satisfecha y dejó la botella en su sitio.

-¡Ese es el espíritu!- le dio un par de palmadas en el pecho, ya que era muy bajita y su hermano muy alto y ni de broma llegaba al hombro o a la cabeza, y salió de la habitación, alegremente.

Matt se quedó mirando la puerta por la que su hermana había salido, con expresión preocupada. Puede que a cualquiera le pareciera bien que ella tuviera esa paciencia o no se irritara o enfadara, pero él sabía que su hermana no era así. Tan solo se contenía continuamente, no expresaba sus verdaderas emociones... hasta que explotaba. No sabía qué hacer con ella.

Además, ahora le había dado por molestar día tras día a la pobre Emmy. Sabía lo que había pasado, que Nicole había pegado a Mary, los motivos de esa acción... todo. Su hermana no tenía secretos para él. Pero él quería ayudarla, y no tenía ni idea de cómo hacerlo. Intentó convencerla de que Emmy la perdonaría tarde o temprano, que no forzara la situación... pero nada. Ella seguía prácticamente acosándola. Bueno, al fin y al cabo.... era la primera amiga de Nicole.

-¡Matt, no escucho como te vistes!- la voz de su hermana le hizo poner los pies en la tierra de nuevo. Cogió la ropa del armario y se desvistió torpemente.

-¿¡C-cómo vas a escuchar eso!?

-¡Yo lo escucho!-

Matt suspiró. Tenía que lidiar día tras día con la actitud infantil de su hermana. Pero a él le encantaban los niños, prefería eso a tener que cuidar una adolescente problemática...

De repente, recordó que no había revisado su móvil. En cuanto lo hizo, sus ánimos bajaron un poco al ver que, como de costumbre, no había ningún mensaje suyo. Le había dado su número, ¿cierto? Entonces...

Dejó su móvil encima de su cama, prácticamente tirándolo. Desde aquel día tan solo sentía más y más frustración. Y solo por una persona a la que no conocía.

-Soy un idiota...

Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora