9- Hell

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Jake se adentró temeroso en el lugar en el que Brad se hizo su tatuaje y planeaba hacerse otro. Revisó el pequeño espacio muchas veces, pero tan solo había paredes llenas de muestras en papel de las obras de arte que podían hacer sobre la piel. Tragó saliva al fijarse en una macabra calavera de perfil con una pistola en la nuca, otra en la frente y otra entrándole por la boca.

-¡Alan! ¡Soy Brad, es mi hora!- vociferó el pelirrojo. En cuanto lo hizo le susurró cerca de la oreja, apartándole con la mano los mechones de su largo cabello que la obstruían- No abras la bocaza. Alan es un poco... especial- Jake se sobresaltó y se apartó en seguida de Brad. Luego carraspeó y le miró molesto.

"Como si fuera a hacer algo malo... tsk"

-Ey- detrás de unas cortinas negras que Jake ni siquiera había apreciado hasta ese momento, apareció el que parecía ser Alan. Jake se asustó, ya que salió de justo detrás de él, pero se asustó más al ver el aspecto del chico. Muy delgado, vistiendo ropa totalmente negra al completo a conjunto con sus ojos, bueno, su ojo, ya que el otro estaba totalmente tapado por su flequillo, negro también. Jake pensó que si fuera negro, sería bastante gracioso. Luego se dio una bofetada mental por el chiste malo-. Veo que has traído un amiguito.

-Ya, bueno, pasa de él- a Jake le dolió ese comentario, ya que se sintió totalmente menospreciado. Pero prefirió callarse sus opiniones.

-¿Te pasa algo? Normalmente me irritas con tu estúpida sonrisa permanente- dijo Alan, serio, al tiempo que les abría paso a ambos por la cortina, abriéndola con una mano.

-Nada especial- escupió Brad mientras entraba a la sala aún más oscura que el recibidor del local. Jake sintió que ese tono acusador iba por él-. ¿Pasa algo si entra él?- preguntó señalando a Jake.

-Pf, nada. Pasa- pero a él, en cambio, no le sujetó las cortinas. Jake tuvo que abrirlas con sus propias manos, temiendo que le pasara algo por hacerlo, y entrar a la sala. Le echó un vistazo rápido, pero no pudo ver las paredes a causa de la oscuridad. Lo único que se podía distinguir gracias a una lámpara era un sillón grande negro, una mesa con utensilios que nunca antes había visto y un par de taburetes. Brad, sin preguntar, se quitó la camiseta y se tumbó en el sillón boca abajo después de bajar el respaldo. Como si estuviera en su casa, vamos.

-Oye, Alan. He cambiado de opinión. No quiero lo que te dije, quiero algo así- desbloqueó su móvil y le enseñó una imagen. Alan, cruzado de brazos, gruñó entre dientes.

-Lo que sea. ¿Las quieres exactamente iguales?

-Sí- Jake observaba la escena desde al lado de la cortina. Le costaba creer que el tío que se reía por todo que conocía mínimamente fuera ese mismo que contestaba tan monótonamente a todo-. Esto va para largo. Siéntate- a Jake le costó pillar que ese mensaje iba para él pero, en cuanto lo hizo, se sentó rápidamente en uno de los taburetes mientras Alan lo preparaba todo.

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-¡No me puedo creer que te hayas mareado! ¡Pero serás mariconazo!

A los 5 minutos de haber empezado el tatuaje, Jake había tenido que salir corriendo del local. Prefirió esperar a que Brad acabara fuera. Desde que el pelirrojo salió y empezaron a andar a ninguna parte, no dejaba de reírse de él. De nuevo, su actitud había cambiado más que radicalmente. Como si la persona que entró en "Heaven" y la que salió no fuera la misma. Pero, de alguna forma, lo agradecía.

-¡Cállate! ¡Ya te he explicado lo que me pasa cuando veo sangre!- gruñó de morros. El otro le respondió con una fuerte carcajada que resonó por toda la calle. Al cabo del rato, cuando se hubo calmado un poco, le miró con una sonrisa triste.

-Oye... parece que el otro día hice algo mal. De verdad que lo siento. No debí enfadarme por nada... ¿no?

-¿Y me lo preguntas?- dijo Jake con una amplia sonrisa. Al menos Brad volvía a ser el mismo idiota de antes.

-¡Lo que sea! ¿Quieres ir a algún sitio?- Jake se puso el dedo en la mejilla, pensativo.

-Pues... a ninguno en especial...- respondió simplemente. Brad miró al cielo, frunciendo los labios.

-A las 20:00 me tengo que ir a un sitio... hasta entonces puedes venir a mi casa y, qué se yo... ¿Ver una peli?- con esa última pregunta volvió su vista a los ojos marrones verdosos de Jake, que no se lo pensó ni un segundo antes de responder.

-¡Claro! Tenemos...- sacó su móvil para comprobar la hora. Se tapó la boca de la sorpresa que se llevó al verla- ¿1 hora? ¿En serio ya son las 19:00?

-Uy, entonces tendremos que correr- y, sin avisar, el pelirrojo echó a correr por la calle en dirección a su casa.

-¡Oye! ¡Odio correr! ¡Me canso muy rápido! Espérame... ¡Brad! Ay, mierda.- y echó a correr detrás suyo, soltando maldiciones en voz baja.

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-¡He ganado! Soy el puto amo- dijo Brad mientras levantaba los brazos con aire triunfal y el rostro serio. Jake llegó a los pocos segundos, jadeante.

-No... es... ¡Justo!- se apoyó en una de las paredes de la puerta de entrada del bloque de pisos de Brad.

-¿Eehh? ¿Y se puede saber por qué?- protestó el pelirrojo.

-¡Has empezado... antes... idiota!

-Excusas excusas...- dijo Brad mientras sacaba sus llaves del bolsillo. Al hacerlo, Jake pudo distinguir que todos los llaveros con los que se peleaba la otra noche, eran un montón de recuerdos de ciudades.

-¿Has estado en todos esos sitios?

-Qué va. Mi madre siempre está de viaje de negocios y siempre me manda un llavero de cada lugar- contestó sin interés alguno su pregunta mientras abría la puerta.

Como Brad vivía en un bajo, Jake no tuvo que hacer el esfuerzo de subir escaleras con el agotamiento que llevaba encima. Entraron en su casa tras otra pequeña disputa con las llaves.
Al ser vecinos de bloques contiguos, el diseño del piso era prácticamente idéntico, solo que ese estaba bastante más desordenado. Desordenado... y vacío.

-¿No hay nadie?

-Nop. Mis padres están divorciados y éste es el piso de mi padre, que está en un centro de desintoxicación o no-se-qué intentando dejar el alcoholismo, y lo paga todo mi abuela. Y, bueno, mi madre está de viaje. Qué raro- Jake se sintió culpable por hacer esa pregunta al escuchar la respuesta.

-Lo siento...

-¿Por qué lo sientes? Tonto...- dijo con una gran sonrisa mientras se agachaba a abrir un cajón debajo del televisor- Venga, siéntate. Como si fuera tu casa, hombre- Jake obedeció, sintiéndose un poco cohibido-. ¿Cuál es tu película favorita? A lo mejor la tengo...

-Siempre a tu lado- respondió sin pensar. El otro se giró con incredulidad.

-¿En serio? ¿Esa del perrito que espera a su dueño?- Jake asintió con orgullo- A mi madre le encanta... pero siempre la veía sola porque, por mucho que intentaba evitarlo, me acababa durmiendo al principio- su acompañante ahogó un grito de ofensa, poniéndose una mano en el pecho.

-¿Cómo puedes decir eso? Es tan emotiva, tan bonita, tan...

-¿Emotiva? ¿Lloras con esa película?- una sonrisa traviesa se asomó por el rosto de Brad. Jake apartó la mirada, sonrojado, sin responder a su pregunta. Tras una breve carcajada, Brad encendió la tele y rebuscó en el cajón. Cuando pareció encontrar lo que buscaba, sacó un CD de su cartucho y lo introdujo en la ranura de la televisión- Estoy deseando ver cómo lloras como una niñita, mariconazo.

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Puhoy repollos y repollos hembra. Aquí esta la continuación de mi pequeña y humilde novela :3:3:3 Espero que hayáis estado bien y que, si no es así, al menos haya podido sacaros alguna que otra sonrisa con este capitulo tan kawaii lleno de deliziozo y zukhulentho Brake. ¿Pasará algo en casa de Brad? ¿Jake llorará como una nena en frente de Brad? ¿Brad dejará de llamar a Jake mariconazo? JAJAJAJA me encanta cuando hace eso :') Ojala os haya gustado leerlo casi tanto como a mi escribirlo y nos vemos la semana que viene si el poder del destino y el karma quieren (?) Mucho lof para vuestros bootys =^w^=


Whatever (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora