64

228 24 0
                                    

-Supongo que gracias. Por todo.

-No hay de qué. Deberíamos repetirlo, pero sin este momento tan raro. Y perdón, no quería que tengamos que estar en un silencio incómodo.

-No pasa nada.

-Reitero, me gustaría repetirlo- me dijo en un susurro.

Nos estábamos acercando, por instinto cierro los ojos, y él también. Sentía su respiración en mi cara. Estábamos tan pero tan cerca. Ya no había nada que nos separe.
Hasta que... Desperté.

Desperté a la realidad, es decir, sonó su maldito y endemoniado celular.

*Eu, calma.*
Estoy calmada
*Con esa actitud nadie te va a besar*
Shh, cállate. Y de paso, me re cago en este momento.

Me pidió disculpas y atendió el celular. Yo no dije nada, pero de repente sus músculos se tensaron. Empezó a girar su cabeza hacia todos lados, como si tratara de encontrar a algo, o alguien. Sus ojos transmitían impotencia. Cortó la llamada, y su cara estaba roja, de furia.
Estaba a punto de levantarse para ir a quién sabe dónde. Pero fui más rápida y lo jalé del brazo para que no se vaya, y haga alguna locura; nadie, pero nadie hace algo bueno en este estado. Me senté arriba de sus piernas, cosa que mis piernas estaban al rededor de él. Hice que me mirara a los ojos, y de alguna extraña razón, se tranquilizó. Relajó sus músculos, un poco, pero su mirada seguía con furia. Pero trataba de impedir que hagamos contacto visual; como para que no lo mire y descubra algo de él.

Sigo en esa posición hasta que Julián por fin se calma. Ahí es cuando él extiende los brazos para abrazarme mientras aún sigo sobre él. Ubico mis brazos al rededor de su cuello y apoyo mi cabeza en su pecho, mientras escucho sus latidos tranquilo y suaves.

Estamos así un tiempo, no sé cuanto.

-Gracias, de verdad- me dice rompiendo el silencio, esta vez no era incómodo.

-¿Por qué?

-Previniste que haga una estupidés.

-Ahh, ¿Quieres hablar de eso?

-La verdad, no.

-Tranquilo, no te voy a obligar.

-Otra vez, y enserio, gracias.

-No hay de qué. Siempre que me necesites, voy a estar. No lo dudes.

-Ojalá existiera una palabra más grande que gracias. Pero lo malo, sería que muchas personas lo usarían y perdería su valor.

-Wow, que cierto. Sinceramente nunca pensé en eso, ni en esa manera.

-Cada uno con sus pensamientos e ideas, ¿no?

-No lo dudo. Pero no era chiste, siempre voy a estar ahí.

-Y yo tampoco jodía con él gracias.

-Sí... Em, Me encantaría seguir, pero ya debería ir yendo. Mi tía y mi prima ya deben de estar preguntándose por mí.

-Seguro, déjame acompañarte, tú casa está muy lejos.

-No, es necesario, ¿Vos dónde vivís?

-Tal vez algún día te diga.

-Emm, a veces sos muy raro...

-Sí... No te lo niego.

Caminamos hasta mi casa, e increíblemente el camino se me hizo muy corto. Como si el tiempo vaya muy rápido, con él pasa tiempo volando.

-Nos vemos mañana, raro.

-Nos vemos mañana, ¿Raro?

-Es que lo sos.

-Se nota que necesitas algo de descanso Sabatini. Chau.

-Chau.

Y antes de darme vuelta me dio un beso en la comisura de mis labios, y se fue.

No me pregunten el porqué, porqué yo tampoco lo sé, pero tenía una sonrisa que seguro no me la podía quitar nadie.

Saludé a mi prima y a mi tía, y me fui a la cama. Con la excusa que tenía sueño y no quería comer. Mi prima me hizo una seña de que después hablaríamos y le contesté con un asentimiento de cabeza.

Y de ahí me fui a dormir, feliz.



¡¡¡Déjenme comentarios y estrellitas para que siga!!!

Love me, Love youWhere stories live. Discover now