60

240 21 0
                                    

-¿Cómo?

-¿Ya te olvidaste de la persona a la cual no vas a llegar a olvidar?

-Exijo que me diga, quién es.

-Pensé que eras más lista, lindura.

-No me diga lindura.- digo tratando de sonar fuerte.

-No te hagas la que no tiene miedo. Sabemos, muy bien, que ambos nos deseamos.

-...

-¿Ya te quedaste muda? Solo te voy a decir una cosa, solo una. Estés donde estés, vivas donde vivas. Yo estoy ahí. Mirándote, vigilando cada uno de tus movimientos... Y cuidado, no hagas algo que nos lleve a tomar decisiones no tan buenas, para aquellas personas a las que quieres.

-¿Qu... Qué... qué me van a... a hacer?

-Con que tenés miedo, amo que lo tengas.

-Ress... Respóndame.

-Terca. Bueno, por el momento, nada. Solo al menos que tengamos que conllevar alguna acción en tu contra.

Y desperté. Era un sueño, un estúpido y doloroso sueño. Pero, fue tan real.

Estaba sudorosa, con los pelos como León y seguramente con una peor imagen que una yegua recién terminada con su trabajo de parto.

Dios, la cabeza me está dando vueltas. Me siento más mareada que cualquier resaca. Prefería la resaca. Porque, al menos en ella, sabía que no era por un estúpido que tenía más miedo que un hombre en el mundo de Barbie.

Es increíble que mientras peor estoy, peores comparaciones hago. Me estoy volviendo una persona loca, y con humor de vieja.

Tomé un dicha para poder relajarme, a lo que sirvió al momento. Pero luego, volví a mi estado anterior.

Me desperté y me dormí como unas ocho veces. Hasta que conseguí el sueño, pero como el karma está en mí... Sonó la estúpida y bendita alarma.

Me levanto con desgana, como siempre, y tomo mi camino hacia la facultad, academia, universidad o lo que sea que fuese. Eso sí, no sin antes mi café mañanero del resto de al lado.

-Hola Mario.

-Ori, que cara. ¿Un café cargado?

-Por favor. Y rápido, no quiero ir corriendo.

-Si, un segundo. ¡UN CAFÉ NEGRO BIEN POTENTE MEDIANO, JUAN!-le gritó a alguien mi pedido de forma exagerada, para poder quitarme una sonrisa.

-YA TE LO LLEVO, Y NO ES NECESARIO GRITAR, ESTOY A TRES METROS TUYO.- gritó igual que Mario, supongo que Juan.

Creo que eran de Colombia, por su acento.

-Acá tu café mañanero.

-Gracias Mario.

-Linda, ¿no querés hablar más tarde?

-Vemos cómo anda mi estado de ánimo, y hablamos.-digo tomando un sorbo del café.

-Y de paso Decile a Juan que el café está increíble.

-Como digas... ¡JUAN! ACÁ DICEN QUE TU CAFÉ ES PEOR QUE LA IMAGEN DE SEBAS EN PELOTAS.

-¡¿Eh?!

-¿No era eso lo que me dijiste?-me preguntó gracioso

-Los dos sabemos muy bien que no.

-ENTONCES QUE ME LO DIGA EN LA CARA Y DE PASO CON LO QUE ME DIJISTE QUIERE DECIR QUE ¿VISTE A SEBAS EN PELOTAS?-le contestó el compañero, viniendo hacia acá.

Love me, Love youWhere stories live. Discover now