Saga Elementos y Sombras I : Oscuridad Creciente

Capítulo 16

Fin del Flashback

El ruido metálico de la puerta al abrirse interrumpió mis remembranzas. Elliot y su hermano giraron su rostro junto a mí, para observar quien ingresaba en la habitación.

Un hombre mayor pero igualmente guapo ingresó; su cabello era tan negro como la noche, adornado por unas cuantas canas que ya se dejaban ver; era alto y robusto; además vestía un traje de paño blanco.

-¿Cómo han pasado su estadía aquí? ¿Si han sido suficientemente hospitalarios con ustedes, niños? ¿O debería decir: mis señores elementales?- acompañó su sarcasmo con una reverencia falsa.

-¿quién eres?- le dijo Elliot, manteniendo su aspecto sereno

-¡oh!, ¿pero dónde han quedado mis modales?-habló cínicamente el hombre- Mi nombre es Michael, Michael Carvajal. Soy el nuevo miembro del concejo, representante del pueblo de la luz; Como sabrán, Leonor ya se encontraba un poco...-hizo una mueca que parecía una sonrisa- obsoleta para sus funciones.

-¡Malditos monstruos!- le escupí a Michael que se encontraba frente a mí. El simplemente se limpió mi saliva de su rostro y me sonrío.

-Ya me habían advertido que eres un poco: Maleducado- dijo tomándome de la barbilla para obligarme a mirarlo directamente a sus ojos.- Es gracioso ¿sabes?, hacemos creer a nuestro pueblo que los Mythis de la oscuridad son tan sanguinarios y malos, cuando no son tan difíciles. ¡Mira, el poderoso Oscuro está atado y a mi merced!, y además su asquerosa especie fue casi exterminada de este mundo. –Mi rostro demostró mi pánico al recordar el día en el que las Musas casi me asesinan frente a la plaza del pueblo de la oscuridad. –Oh, ¿no lo sabías?- dijo al notar mi temor.

-¿saber qué?- intenté hablar calmadamente

-No fue difícil realmente. Para ser una especie que puede presentir las muertes, fueron pésimos haciéndolo con las suyas. Creo que lo más difícil fueron los niños y los bebés, No estábamos seguros de si eran Banshees o no; pero para eso están los olfateadores, no le es difícil reconocer una especie tan poco común como la tuya; igual creo que asesinamos unos cuatro o cinco niños de otras especies, ¡el asesinato no es una ciencia exacta! Debes entendernos, no podíamos tener banshees libres por allí, prediciendo las muertes que serán realizadas por nuestras manos. Ahora sólo queda una...-Mi corazón dio un vuelco- ¡El señor oscuro, él último representante de su especie! La última banshee...

-¡Maldito!- empecé a insultarlo, pero él simplemente se burlaba.

-¡Pronto se te cortará la sira, maldito!

-¡Señor lumínico!, disculpe dejarlo fuera de la fiesta. Pero aún necesitamos a los ángeles en nuestras tropas; si quiere cuando terminemos nuestros planes también podríamos asesinar a toda su especie.

-¡Ya están acá!- dijo riéndose Elliot.

-Hermano, ¿te has vuelto loco, de qué hablas?- Adam le preguntó. Casi había olvidado que él se encontraba en la habitación, había estado muy callado.

La contestación a la pregunta llego en menos de un minuto. La puerta por la que había ingresado Michael, explotó en miles de pedazos, dejando entrever cuatro siluetas tras el humo de la explosión. Una de las siluetas tenía sus manos cubiertas de llamas, en ese momento lo supe. ¡Eran Becca y sarah!, ellos habían llegado, ¡nuestras amigas y los otros dos elementales!

-Saben cuánto detesto que me dejen a un lado mientras ustedes salen a divertirse, chicos.- dijo la dragona, quien tiene más fanfarronería en el cuerpo, que sangre en las venas

-Oh, lo siento. Pero no llegas tarde. Tenemos nueva pareja de baile, se llama Michael, ¡pero tiene un carácter de hombre con estreñimiento!- dijo Elliot con altivez

-¿cómo entraron?- dijo Michael quien ahora lucía atemorizado.

-Eso fue gracias a Luke, ¿saben cuan divertido es poderte hacer invisible? ¡Eso fue alucinante!

-Todo en mí es alucinante, Rojita. Pero, ¿no deberíamos bailar con el caballero frente a nosotros antes de que inicies a coquetearme?

-¿Cómo...-Michael iba a decir algo pero un puño lo desestabilizó y lanzó contra la pared.

-¡por la tierra!, son tan dramáticos- dijo La chica quien le había propiciado el golpe, la cual se encontraba junto a Sarah.

-¡Cath, siempre le quitas la diversión a todo!- Dijo Luke. ¡Ahora recuerdo el nombre de la chica de Tierra, Cath!- ¿puedo darle el golpe para las buenas noches?

-Hazlo si quieres, pero no montes un drama por eso.

-Vale, vale.- asintió Luke. Se acercó a Michael quien estaba aturdido por el golpe, ¡esa chica debe tener una fuerza impresionante! Luke lo tomó del traje, lo levantó y le acertó un gran puñetazo en el rostro. Michael pareció perder el conocimiento y Luke lanzó su cuerpo al piso- No duró mucho el juguete- dijo haciendo pucheros.

Los cuatro chicos rieron, e incluso Elliot y Adam se encontraban divertidos por la situación.

-¿hola?, ¿podrían liberarnos?- les dije a todos con poca paciencia.

-¡Rojita, pero no me había dicho que uno de los que íbamos a liberar era tan guapo!- dijo Luke observándome de arriba hacia abajo. No pude evitar sonrojarme, ahora que lo pienso él es realmente guapo.

-¿Te van los chicos? Pensé que te iban...

-¿Eres lenta de entendimiento?- habló Sarah- Le gustan los dos, es bisex. Aunque creo que según parece, a él le gusta todo lo que se mueve.- dijo divertida la sirena.

-Ya, luego podemos hablar de esto, ahora limítense a liberarnos.-dijo Elliot enojado- Y tú- fijó sus ojos en Luke- No te pases de listo con Aaron, si quieres conservar todos los dientes dentro de tu boca.

-¿Rubito, este animal viene contigo?- le respondió con orgullo, Luke.

-¿Pueden dejar la testosterona para después?- grité- libérenos.

Tras una gran queja de los chicos por el dolor al tocar las sogas con azufre, finalmente nos liberaron y nos encaminamos rumbo hacia la salida, los pasillos se encontraban repletos de hombres y mujeres en el suelo, aparentemente noqueados ¡sí que se divirtieron los cuatro cuando vinieron en nuestro rescate!

Elliot y Luke no pararon de mirarse con furia durante todo el trayecto hacia la salida. Estábamos a punto de salir por la puerta que daba directo a la plaza de la luz, cuando una voz a nuestras espaldas nos detuvo.

-¿Ya se van tan pronto, señores elementales?, pensé que podrían jugar un poco antes de irse...

Nota del autor:
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