capítulo 7

7.6K 589 55
                                    

Aaron POV

-¿En qué piensas?- dijo Sarah Sentándose junto a mí sobre el césped.

-En todo lo que nos ha pasado en estos dos días – bajé mi mirada al suelo-dejamos todas nuestras vidas, nos buscan para asesinarnos por traición, y para empeorar la situación: seguimos las órdenes de un hada loca en busca de dos personas que quizás ni existan y aunque existieran, no sabemos cómo son ni como hallarlos -sentía mucha decepción en mi interior, no me gustaba lo que teníamos que vivir los cuatro.

-¿siempre eres así de calculador?- trató de hacer una broma pero mis ánimos estaban por el suelo así que ella cambió su táctica- Mira, no sé si existan ellos, o si el hada dice la verdad; sólo sé que no podemos volver a nuestros hogares porque nos encontrarán, estamos los cuatro en esta situación y es mejor, así al menos no estamos solos, respecto a hacer lo que el hada dice, me es irrelevante: Debemos seguir moviéndonos para que no nos hallen y el plan de esa señora nos permite seguir en movimiento.- dijo mientras esbozaba una sonrisa

-Creo que tienes razón- la miré a los ojos e intenté sonreír, aunque creo que lo que hice parecía una mueca.

-¿sabes? Tengo una idea.-me tomó del brazo y se acercó un poco más- voy a cantar.

-¿para qué?

-Ya lo verás.- tomó una bocanada de aire e inició a cantar.

Ella tenía una voz hermosa, dulce y a la vez fuerte. Era tierna y aguda. Cantaba una melodía simple y relajante, era como escuchar música clásica. Después de un momento se detuvo y me observó.

-¿qué te pareció? ¿Estuve bien?- dijo sonriente

-Un poco desafinada y fastidiosa, pero soportable- mentí en forma de broma.

-¿qué? ¿cómo es posible- frunció el ceño- oh...

-¿qué pasa? ¿tan mal te sientan las bromas?- le dije riendo

-Eres gay.- dijo rápidamente.

Sentí como la sonrisa se borraba de mi rostro que posiblemente debía estar pálido. ¿cómo lo sabía está chica? ¿acaso era tan obvio? No, no soy obvio, nadie lo sabe ni lo ha notado, a excepción de Becca a la cual yo mismo le conté mi gran secreto. No sabía que responderle a Sarah, estaba en silencio y el ambiente se sentía tenso.

-Tranquilo, no es que lo sepa por observarte- dijo casi adivinando mis pensamientos.

-¿có...cómo lo sabes?-¡genial! Acabo de aceptar mi homosexualidad frente a la sirena y lo peor es que tartamudeo por los nervios como niño pequeño

-Verás:- se acercó más a mí- Las sirenas tenemos esta habilidad de hipnotizar con nuestro canto, es un don que tenemos ligado a nuestro sexo, es decir que si yo soy una chica, puedo hipnotizar a los hombres, ya que ellos sienten atracción hacia las mujeres; los hombres de mi especie, pueden hacer lo mismo pero con las chicas. – Tomó aire- cuando canté estaba intentando hipnotizarte para hacer que sintieras menos nostalgia al pensar en las cosas, se suponía que debías estar más calmado. Pero cuando empezaste a bromear conmigo después de que cantara, me sorprendiste, nunca había tenido frente a mí alguien un hombre que fuera inmune a mi canto, no era posible, a menos de que realmente no te sintieras atraído por las chicas...- puso una mano en mi hombro- Ahora, ¡quita esa cara de miedo! No es nada malo, Aaron, ¿qué más da que te guste? Es amor de todas formas.

-Sarah-la abracé llorando- Gracias- le susurré en su oreja. Era la segunda persona que conocía mi secreto y esta chica lo había tomado de maravilla, me había hecho sentir bien conmigo mismo tal como lo hizo Becca cuando lo supo.

Saga Elementos y Sombras I : Oscuridad CrecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora