Capítulo 3

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*Morirán, todos morirán. ¡La muerte acecha!*

Me desperté inmediatamente, respiraba con dificultad. Quería evitar lo que pasaría a continuación pero las voces en mi cabeza se hacían más fuertes a cada minuto. No pude soportar más, lo intenté, realmente lo intenté, pero no puedo evitar mi naturaleza Mythi, me dejé llevar por esta: 

Grité, esta es la primera vez que lo hacía tan fuerte, los cristales se rompían mientras mi chillido desgarrador rompía el silencio de la mañana. No sé si estuve gritando por segundos o minutos, pero el sentimiento en mi pecho era fuerte, era una sensación de muerte....

Me levanté de mi cama y me encerré en el baño mientras las lágrimas caían por mis ojos, sabía porque grité y supuse que no sería el único Banshee en gritar hoy, es nuestra naturaleza sentir el peligro de muerte.

-¿Aaron?- escuché a mi madre intentando entrar al cuarto de baño.

-¿sí?- tomé aire, limpié las lágrimas de mi rostro, y abrí la puerta intentando lucir calmado.

-¿Te encuentras bien?- Al decir esto, ella levanto su rostro para mirarme, se veía cansada. Bajo sus ojos se pronunciaban unas grandes ojeras, y su cabello estaba hecho un desastre.

-¿debería preguntarte lo mismo? No tienes buen aspecto.

-Lo sé, simplemente intento contener mis gritos, y tú deberías intentar hacer lo mismo.- Ella pertenecía a mi especie, soy Mythi por ella, mi padre era un simple humano, uno que nos abandonó cuando se enteró de la verdad. 

-¿Contener mis gritos? ¡Soy un Banshee novato, lo sabes! Además ¡no me importa lo que haya dicho el estúpido de Agron y su concejo!, ellos no tienen estas irritantes voces encerradas en su cabeza susurrando porque alguien morirá.- Mi respiración se agitó, estaba enojado, frustrado, y no podía creer que mi madre estuviera siguiendo esa orden que acabaría con muchos.

-¡Cállate!-Me abofeteó- ¡El consejo está hecho para cuidarnos, merecen nuestros respeto!

-Como sea- la miré con una expresión de asco en mi rostro, ¡me abofeteó! Y defiende a ese consejo antes que a mí. Tomé mi sudadera, unos vaqueros negros y unas botas, después de vestirme salí de casa sin despedirme, iría donde Becca, no quería estar mucho tiempo en casa y ella era la única persona a la cual podía acudir.

-¡y el gritón aparece!- Becca parecía tener un ataque de risa en el porche de su casa.

-¿me has escuchado?- me sentí un poco avergonzado.

-Cariño, creo que todos los seres vivos de este planeta te han escuchado- me guiñó mientras calmaba su risa- Realmente nunca había escuchado a una Banshee gritar tan fuerte.

-Lo sé, aún me siento exhausto por eso; Pero eran muchas voces, muchas muertes se aproximan. Quizás por eso mi grito fue más fuerte de lo normal. No lo sé, soy un novato. - Seguí avergonzado, pero ahora tan sólo quería dejar de sentir esa pesadez que me producían todas esas muertes próximas.

-¡Hey!- Cambió de tema para evitar hacerme pensar más en eso- ¿No te parece que la luz del sol está más débil hoy?

-Sí, los Mythis de la luz seguramente ya han dejado de hacer sus labores- dije retomando el tema. 

-Aaron, deja esa cara- frotó mis mejillas- ningún Mythi se atreve a desafiar el concejo, bueno, a excepción del chico frente a mí.  "El banshee rebelde", me gusta como suena. 

No pude evitar reír, esta chica es capaz de sacarte una sonrisa en un funeral. suspiré devolviendo el interés al asunto- ¿No te parece triste?

-Sí, obvio ¿qué crees que soy, una arpía sin corazón? ¡Los dragones tenemos sentimientos!-se cruzó de brazos y fingió estar ofendida.

-¿Entonces, qué hacemos?- tomé su mano para buscar su apoyo.

-¡Hey, hey! ¿Hacemos?- se alejó de mí un poco- Pues podríamos salir esta noche tú y yo a cumplir nuestras labores elementales, incumpliendo la ley del concejo.- dijo sarcásticamente.

-No está mal, podríamos ayudar un poco con este lío que está sucediendo.- ignoré el sarcasmo en su voz. Realmente no era mala idea, podríamos escabullirnos en la noche: Ella iría a cumplir su labor como dragón, y evitar que los volcanes hicieran erupción, ¿y yo? Pues iría al cementerio a dejar salir mis gritos, no es mucho lo que hago, sólo puedo sentir las muertes que aún no han sucedido, y ayudar a que los espíritus de los humanos ya fallecidos encuentren su camino al descanso.

-¿estás loco? ¡Lo decía en broma!- se alejó mucho más de mí.

-Por favor- la miré suplicante- ayúdame con esto. Sabes que lo haré contigo o sin ti. Aunque contigo sería más divertido.

Ella dudó por unos segundos, le temía mucho al castigo que podría imponernos el concejo. Pero finalmente vi que en su rostro se dibujó esa sonrisa aventurera que la caracterizaba.

-Está bien, igualmente no tenía planes para esta noche. Nos vemos aquí en mi casa cuando el toque de queda inicie.- me dio un beso en la mejilla y la vi adentrarse en su casa. Sé que estaba atemorizada pero lo hacía por mí. ¿se puede tener mejor amiga?

-Aquí estaré, eres la mejor, Becca- le grité mientras yo también iniciaba mi camino de regreso a casa.

Debo sentirme alegre, no haremos mucha diferencia, pero al menos con nuestras labores les daríamos unos pocos días más de vida a los humanos. Aunque no puedo evitar sentirme como un cretino, es muy posible que el concejo quiera castigarnos por nuestros actos de rebeldía, y mi amiga está siendo atrapada en esto conmigo, está siendo atrapada en esto por mí....

Saga Elementos y Sombras I : Oscuridad CrecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora