16.¿Bailamos?

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Una chica morena, con el cabello muy rizado y esbelta, me mira con furia en sus ojos, supongo fácilmente que sería Nataly, la hermana de Richard.

"Eres la mejor sorpresa" Jean me estrecha entre sus brazos y me da un beso "Ya te estaba extrañando" me dice.

"En verdad, todo es merito de Giuliana".

Digo sonriéndole a su hermana.

"Vamos Jean todos moríamos por conocerla" responde Giuliana.

"Bueno, ya que nadie me presenta, tendré que hacerlo yo, Nataly Gort, ex novia de Jean, un placer Fernanda" dijo sin dejar de mirarme.

"Igualmente" respondo y sin darme cuenta, casi como un reflejo, apreto su mano al saludarla.

"Nataly, ¡que ácidas tus bromas los últimos días!, vamos acompáñame por favor" entonces Giuliana casi tuvo que arrastrarla para apartarla de nosotros.

"Por favor no creas ni una palabra de su boca, Fernanda" me dice Jean sosteniendo mis manos.

"Jamás lo haría, tu hermana me advirtió de ella, además confío en ti".

"Igual que yo, ven quiero que conozcas a mis padres".

Puedo sentir cierta emoción, quiere que conozca a sus padres, es otra confirmación de que realmente le importo y me quiere.

Caminamos por una multitud de personas, si mis matemáticas no estaban mal, creo que deben ser al menos cien. Muchas personas saludan a Jean en el camino y a todas me presenta como su novia, nuca había pasado por algo así, para mí todo era nuevo, sentí más que orgullo y no por ser la novia del señor O'Sis sino porque Jean se había fijado en mí y amaba todo lo que hacía, aunque a veces sentía que era demasiado. Un mundo en las nubes, aunque, necesitaba sentir los pies en la tierra.

"Fernanda, te presento a Charlotte y Stephano O'Sis. Papá, mamá ella es Fernanda Scaalo mi novia".

Los padres de Jean lucían muy jóvenes, un poco más de cincuenta años, su madre delgada, sus ojos verde oscuros contrastaban con su piel muy blanca y su cabello castaño con tonos rojizos, tenía la misma sonrisa de Jean. Mientras que su padre era de cabello canoso casi como una pelusilla en su cabeza, impecable en un traje negro, casi del porte de Jean pero la misma mirada de él.

"Un gusto conocerlos señor y señora O'Sis" digo estrechando sus manos, entonces Charlotte me abraza.

"Eres hermosa, Fernanda no sabes cuánto queríamos conocerte desde el primer día que Jean nos hablo de ti".

"Mamá por favor" le reprocha Jean "La van a abrumar".

"Deja a tu madre Jean, por favor" se acerca a mí el Sr. O'Sis dándome la mano "Un placer conocerte, gracias por hacer feliz a nuestro hijo".

Ha sido todo al revés...

"Es Jean quien me ha hecho muy feliz, es extraordinario y ya me doy cuenta de que es gracias a ustedes".

"Fernanda, es suficiente con mis padres, ya te invitará a comer un domingo, ahora te quiero solo para mí".

Luego se invita a todos a pasar al salón de la cena, en la cabecera se sienta el señor O'Sis y a su izquierda Charlotte junto a Giuliana y un joven que supongo era su novio; mientras a la izquierda Jean y yo, pero también Nataly, Richard y Peter. En seguida muchas otras personas, sin embargo, sólo esta mesa era rectangular el resto estaba en mesas redondas alrededor.

"Quiero agradecer a todos, por su compañía esta noche, estamos celebrando un nuevo proyecto concretado, y en especial lo que me tiene enormemente orgulloso es que ha sido todo mérito de mi hijo Jean" Stephano pronuncia todas estas palabras dirigiéndose a la multitud en el salón.

"Creo que no sería justo llevarme el merito por todo, grandes personas han trabajado junto a mí en representación de O'Sis International Enterprise, ingenieros, obreros, y mis buenos amigos Peter Pascualli y Richard Gort" finaliza Jean.

La comida es una delicia, agradezco las veces que de aburrida leí libros sobre etiqueta y buenas costumbres, sabía exactamente que uso dar a cada cubierto, cada movimiento fino y delicado porque aquellas cosas que había aprendido para molestar a mi prima con mis modales "de la alta sociedad", como Celeste le llamaba me salían naturalmente y podía sentirme cómoda en medio de tanta gente  que lucia distinguida.

Somos todos invitados a un salón continuo para un baile de medianoche, Jean se apresura a tomar mi mano y guiarme; las parejas se comenzaron a juntar, incluyendo a Stephano, Charlotte, Peter y Richard.

"Bonita, me tienes hechizado, luces despampanante esta noche" me dice al oído mientras la música comenzaba a sonar y me tiene en sus brazos.

"Gracias Jean, pero tú también luces guapísimo, tienes a la mitad de las mujeres mirándote".

Y sin duda no es broma.

"Pero ni todas las mujeres del mundo podrían lograr que dejara de mirarte, eres lo más increíble y brillante de mi vida".

Con sus dulces palabras podía sentir como mi corazón se aceleraba y provocaba en mí una sensación muy agradable, como si todo estuviese bien.

La música comenzó a sonar suave y lenta, una voz femenina nos contaba que ese amor era todo, bueno, malo y que simplemente lo dejara entrar, en silencio; sin nunca soñar algo así. No supe que responder con palabras, sólo lo abrazo con mayor fuerza, apoyo mi cabeza en su hombro y beso su cuello mientras seguimos bailando.

Sin Miedos (Unless The Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora