5. Consejos y creencias.

22 7 0
                                    

Sólo podía pensar en él, el mundo se desvaneció por completo, poco me importaba si en ese instante llegaba Celeste o el mismísimo papa, había soñado con sus besos; esa boca me perseguía todos los días, su perfume, su voz; me tenía atrapada.

Cuando noté que se acerco más, se veía inseguro, tal vez no me quería besar de la forma en que yo moría por hacerlo, pero recordé las palabras de mi prima "¿Tú eres tonta gratis o te pagan?"; tenía que haber una razón para que alguien como Jean estuviera aquí junto a mi, en ese momento acepté la pequeña esperanza de gustarle.

Me acerco hasta reducir casi por completo la distancia entre nosotros es cuando nuestros labios se rozaron, y simplemente me dejo llevar. Paso mis manos alrededor de su cuello y Jean hizo lo mismo con mi cintura, el beso se convierte en una lucha entre nuestras lenguas.
Sentí que perdía literalmente el sentido, mas Jean fue el primero en apartarse, con las ganas que tenía de seguir besándolo, aunque al final se convirtiera en sólo un recuerdo, sería el mejor de todos. ¡Mierda, lo he arruinado por completo! Parpadeé y noté como él se levantaba sin dejar de  pasar sus manos por su cabello. 

-Lo siento Fernanda, no fue mi intención incomodarte, pero realmente necesitaba besarte...

¿Necesitaba besarme? Mi pulso era como si hubiera corrido una maratón, tenía que decir algo.

-Jean...

-Por favor déjame terminar, no sé si me querrás ver de nuevo,sin embargo, tengo que decírtelo...llevo toda la semana pensando en ti, no consigo sacarte de mi cabeza y quise besarte desde el primer instante en la clínica. Me gustas Fernanda y mucho.

¿Le gustaba? Me concentré en no tartamudear, no solía hacerlo pero los nervios últimamente me traicionaban.

-Jean no tienes porque disculparte, yo también quería besarte.

Vi como sus ojos se iluminaban, mis mejillas volvían a la acción, esta semana el color tomate era mío y aunque me moría por decirle que me gustaba  de igual forma; preferí no hacerlo, al parecer me quedaba algo de razonamiento.

Me voy, Fernanda-dijo acariciando mi mejilla- Es mejor que lo haga ¿el miércoles?

¿Mejor para quién? ¡Oh sin duda tenía que repasar como había llegado a pensar eso!

-Sí, estaré allí; te acompaño al ascensor.
Realmente no quería que se fuera, pero estaba confundida, necesitaba analizar lo que acababa de pasar. Al llegar al ascensor, pulsé el botón, él tomo mi mano; mis ojos se fueron directo a sus labios, él lo notó, me acerco a su cuerpo; y me beso en los labios suavemente por un largo rato hasta que necesitamos respirar. Me sonrió y entró al ascensor pulsó el botón, sonriendo hasta que las puertas se cerraron.

Media hora más tarde sentí la puerta, estaba en mi habitación, mirando por el balcón hacia la ciudad.

Así me había pasado todo este tiempo recordando y reviviendo cada beso; incluso me tocaba los labios para asegurarme de que fuera verdad y no mi imaginación jugándome una mala pasada.

Bajé rápidamente, era Celeste venía con Gabriel; ambos me saludaron.

-Fer gracias por dejarnos el Jeep, aquí están las llaves, oye te estoy hablando-Miraba el sillón mientras me di cuenta que Celeste me hablaba.

-No fue nada-dije.

Celeste le dio una mirada a Gabriel, quién pareció entender algo, se despidió y subió a la habitación de mi prima.

-Fer ¿qué te pasa? No me has contado nada, ¿llamaste a tu galán?

No había necesitado llamarlo.
-Nop.

-¿Y por qué no lo hiciste? Me lo prometiste, cuéntame que te ha pasado estos días que no he estado.

-El viernes fue buscarme a la cafetería de la universidad y me invito un café, me llevo a una cafetería lujosa en un reservado; Celeste estaba tan nerviosa.

-Yo sabía que le gustabas, te lo dije. Que tierno de su parte. Continúa.

-Allí hablamos un poco y me invitó a cenar esa noche en la Picola Italia, mis mejillas ardían, tú sabes lo nerviosa que me puedo poner; no estoy acostumbrada a esto, lo he evitado mucho tiempo concentrándome sólo en la carrera.

-Yo te lo dije no puedes evitarlo es parte de la vida, tú has visto lo que yo he sufrido, pero no he sacado el amor de mi vida; es verdad que con Gabriel las cosas no siempre están bien, el punto es que al final tienes que confiar y olvidar tus miedos.

-Celeste no tengo el tiempo para esto, sabes lo importante que es mi carrera para mí, venir a estudiar ha significado varios sacrificios en un comienzo pero luego me acostumbre, y ahora llega Jean que logra despertar todas mis hormonas, me pongo nerviosa, me siento como una polilla que se quema  ante su luz. Hoy nos besamos y fue como tocar el cielo, no me importó nada más solo quería sus besos y estar con él.

¿Como era posible que estas palabras salieran de mí?, intente recordar cuando había sido la última vez que me había sentido así:

¡DING DING DING! Nunca.

Ni siquiera con quienes había salido antes y con ellos si les había admitido que me gustaban. Casi leyendo mis pensamientos Celeste se adelanto a continuar con su opinión.

-Te gusta, se te nota y me alegro mucho por ti, Fernanda por favor no tengas miedo de lo que pueda pasar entre ustedes, ni de él, que importa si al final sufres, habrá valido la pena además no creo que él sea la clase de persona que solo se quiere acostar contigo, puedo intuirlo sabes que soy un poco bruja.

Reímos. Sin embargo, se paresuró a continuar:

-Ahora no le des más vueltas al asunto y vete a dormir yo haré lo mismo te quiero mucho no lo olvides estoy sólo a unas habitaciones de distancia.

Nos abrazamos, me despedí y subí a mi cuarto, me puse los audífonos, Taylor Swift cantaba bajito que sentía mariposas en el estómago y la hacían sentir bien, Everything has changed, me fui durmiendo con esa pequeña ilusión en mi alma.

Sin Miedos (Unless The Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora