4. Jean y su karma

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Tengo que ir a hacerme un simple chequeo médico, requisito o mas bien una simple formalidad de la empresa con la que haremos esta nueva inversión en el mercado. Formarían parte de mi ficha médica , todo el personal  de la empresa (Sí todos)  debíamos hacerlo o al menos eso me explicaron.

Pero esto era demasiado, se me hacía tarde y la bendita enfermera no me llamaba, al mirar por décima vez a la puerta, la veo; única llevaba el cabello negro suelto, unos leggings que le resaltaban un trasero perfecto, una polerita roja que dejaba ver sus hombros, también un buena delantera. ¿Por qué me estaba fijando tanto? Tenía unos ojos cafés qué me impactaron. Bellísima sería una palabra demasiado pequeña.
No era de esas artificiales, de silicona o con demasiado maquillaje, instantáneamente me quedan dos cosas claras: uno que debía verse hermosa incluso con resaca y dos ¡Tenía que saber quien era!

Entonces la chillona enfermera sale y sus palabras indican mi nombre, tengo la perfecta oportunidad de pasar junto a ella, olía a ángeles.

Cuando por fin puedo salir, ella ya no estaba, me apresuro al estacionamiento, subo al auto molesto. No la había visto de nuevo, seguro ya se ha ido. Al menos pude ver a un ángel, es mi pensamiento, a la vez que intento encender el auto, no paso nada ¡No podía ser enserio! No alcanzaba a mi chica única y el maldito auto no encendía, tenía que llegar a tiempo.
Fijo mi vista en el espejo retrovisor, ¡allí estaba ! Ella buscaba algo en su bolso, junto a un Jeep, qué debía ser de ella.

Estúpida suerte, aun no entendía que karma llevaba pero lo aprovecharía, una idea se me ocurría mientras caminaba hacia ella.
¡Me había salvado! La adorable chica me llevo hasta la puerta de Magistral S. A a tiempo. Sabía su nombre, Fernanda Scaalo, era música para mis oídos escucharla durante el trayecto,sonaba hermoso de sólo pensarlo y le deje mi tarjeta, esperaba que llamara, de verdad porque de pronto sentía que si no lo hacía esa semana sería horrible.

Al llegar el miércoles, toda mi fuerza de voluntad se hizo puré, ignoré cualquier cosa que tuviera por hacer, llamé a mi amiga Leslie y le di el nombre de mi chica ¡Qué bien sonaba eso! pidiéndole que la buscara por toda la ciudad o por el mundo; necesitaba encontrarla.

Media hora más tarde tenía su número y un par de datos más, estudiaba medicina en una universidad que casualmente estaba a cargo de un conocido de mío, recordé que (vaya la vida ¿no?) hoy tendría una cena de formalidades, como me gustaba llamar a todo compromiso de fuera de la hora de oficina; si lo veía haría un par de consultas por mi chica ( de forma sutil,claro).

El viernes por la mañana salí hecho una bestia, me importaba un bledo mis reuniones, sabía que hoy ella estaría en la facultad de medicina y que salía temprano, la invitaría a tomar algo.

La encontré en la cafetería y al final conseguí tomar una café con ella; ¡Gracias a los santos que ella había decidido aceptar mi invitación a comer por la noche!, aún no estaba seguro de decirle que había pasado toda la semana pensando en ella, que soñaba con ella, que me sentía totalmente hipnotizado por ella.

Al volver a mi casa esa noche, estaba feliz, alegre, emocionado eran pequeñas palabras para expresar lo que sentía, Fernanda, luego de una cena en la que pude saber varias cosas sobre ella, había aceptado que nos conociéramos.

Se veía bellísima como le quedaba esa ropa, tan joven y responsable, me sentí un viejo aunque sólo tenía 25 años.
Casi arruinaba todo, al preguntar por sus posibles novios, había algo que se sentía como una patada en el estómago, si pensaba en eso.

Había observado cada uno de sus gestos para guardarlos en mi memoria , sus sonrisas y cuando se sonrojaba;  el final de la noche fue como cuando eres niño y recibes para navidad el mejor y más inesperado regalo: recibí un mensaje de ella diciendo lo bien que lo había pasado y que nos veríamos en la semana.
Movería el universo para que nos volviéramos a ver.

Y si esta noche había salido a trotar era porque no aguantaba más, pero no quería asustarla o parecerle insistente.
Quería verla; necesitaba ocupar la mente y en el momento en que me pareció que se trataba de ella, quién caminaba sola de noche, creí que me estaba volviendo loco, me acerqué y luego como ella no se había dado cuenta caminé cerca mientras cantaba hasta que se dio cuenta y me miró.

Casualmente había terminado en su penthouse, ¿Estás seguro de eso Jean?, me recriminó mi consciencia, la ayudaría en lo que fuese. Sólo un par de minutos junto a ella valían todo.
Luego me puse junto a ella para observar el cuadro que miraba detenidamente, su rostro tenía una dulce expresión. Allí aparecía junto a un hombre, en sus brazos para ser más específico y solté, con un nudo en la garganta: 

-¿Tu mejor amigo?, se ven muy unidos.

¿Por qué sonaba así, como si tuviera celos?
¡Jean ella no es tu novia! ¿Novia? No me acordaba de la última vez en la cual había pensado en una chica y esa palabra en la misma oración.  Ahora aquí estaba conteniéndome hasta con la última gota de fuerza en mi cuerpo.
¡Dios como estaba necesitando poner mis labios junto a los de Fernanda! justo en frente, se ve más hermosa y perfecta que nunca.

Sin Miedos (Unless The Love)Where stories live. Discover now