6.Sorpresas...

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-Fernanda, vamos levántate, son las 7:45, baja a tomar desayuno conmigo.

Celeste corrió las cortinas de mi habitación, ¡qué sol más fuerte llegaba justo por mi ventana! Por fin era miércoles, por fin era mi último examen y por fin vería a Jean; él me acompañaba hasta en mis sueños.
Me despertaba con un deseo enorme de estar con él y aunque nunca me había sentido así extrañamente me gustaba.

Mientras estaba en la facultad lograba alejarlo y concentrarme en las clases; también cuando estudiaba o al menos la mayoría del tiempo.

-Celeste ya voy, dame 10 minutos para bañarme y bajo.

-Más te vale que muevas tu trasero de esa cama, hoy veras a Jean y yo tengo tiempo así que saldrás hermosa, me importa nada si te resistes, báñate y subiré a ver que te pones.

Sin decir más se fue, ella también podía ser como el demonio, mejor no molestarla más. Me apresuré a salir de la cama y después de bañarme Celeste me esperaba en mi habitación con la ropa lista, si hasta el sostén me había escogido.

-Oye Celeste voy a la universidad también, no puedo ir por allí como una putita vestida, no me gusta vestir así.

-No vas a ir como putita, vas a ir algo más provocativa...-dijo sin terminar de reír.

-¿Y por que querría ir provocativa?

-También puede ser coqueta y porque tú tienes un buen trasero, más que yo y si yo fuera tu, le sacaría provecho; lo mismo pasa con tus pechos, con esta polera dejarás a la imaginación jugar un rato pero sigue siendo sofisticada conozco tus gustos.

Sin duda, en otra vida éramos hermanas.

Después de desayunar, nos fuimos juntas en mi Jeep, pasé a dejar a Celeste a su consulta, como quería a esa loca, teníamos tanto que nos unía y éramos tan diferentes al mismo tiempo.

Al llegar estacioné donde siempre, por suerte el Jeep quedaba a la sombra, con tanto calor podía llegar a ser como un horno, me encaminé hacia el aula donde tendría el examen, comenzaba a las 9:40 AM hasta 11:40 AM; dos horas completas para estrujar mi cerebro.

Aún me quedaban 10 minutos para llegar, pasé por mi casillero y no pude evitar escuchar como unos tipos me silbaban, por eso no vestía así; odiaba un montón de cosas y esa era una de ellas, las miradas lascivas me molestaban, era capaz de ir y golpearlo aunque el tipo me superara en tamaño.

Me apuré, salude a la chica de recepción y cuando ella me vio, hizo una señal para que me acercara.

-Hola Beth. ¿Cómo estás?

-Bien Fernanda, te han llegado estas flores.

Impactada recibí de Beth un hermoso ramo de tulipanes rojos, ¡las amaba!, entonces revisé que traía una tarjeta.

Mis mejores deseos para ti, en tu examen, nos vemos hoy a las 12:30. Espero que te agraden las flores y tengas una bonita mañana. Jean Paul O'Sis Relt.

Tomé la tarjeta y la eché al bolso, mi rostro se ilumino, si bien no estaba acostumbra a estos gestos tan románticos, no me molesto, el hecho de que fueran tulipanes, me hizo pensar en que Jean se había encargado de averiguar que flores me gustaban y eso me demostraba que en verdad le importaba.

Le pedí a Beth que las cuidara mientras estaba en el examen y me dirigí con sonrisa de oreja a oreja al aula.

A las 10:55 AM solté el lápiz, había revisado unas tres veces las respuestas, allí se iba todo mi conocimiento, pero estaba segura, me levanté, tomé mis cosas y me caminé al escritorio del profesor entregando por fin el examen.

Me dirigí a buscar las flores; caminé al estacionamiento y me las lleve al penthouse.

Cuando entre encontré ropa tirada en el suelo, la miré y escuché sonidos de arriba, tenía que ser Celeste y Gabriel; mejor me apuraba no me gustaba escuchar mientras ellos... ¡Qué temprano salió Celeste del trabajo!, reí para mí misma.
Coloqué las flores en agua y dejé una nota explicándole a Celeste que eran mías, bajé rápidamente y me fui en el Jeep al mall.

Esa mañana, más temprano me habían llamado del centro fotográfico, que tenían listo mi pedido. Como se acercaba Navidad, había mandado a confeccionar una álbum fotográfico especial para mi madre, sabía que lo amaría, tenía muchas fotos incluso unas de cuando ella estaba embarazada y además unas pequeñas dedicatorias en algunas fotos, un regalo con mucho sentimiento, como a mi madre le gustaban.

Cuando subí a mi Jeep dejé el regalo en los asientos de atrás, revisé su maquillaje al mínimo, por lo menos en eso logré que Celeste no hiciera más, me puse el cinturón y mientras escuchaba algo de Kanye West, decidida salí para Magistral S.A; eran las doce en punto.

Una pelirroja con un traje minúsculo me recibió en el vestíbulo.

-Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarla?

-Hola buenas, busco al señor Jean Paul O'Sis.

-El señor O'Sis está en una reunión me temo que no puede atenderla, menos sin previa cita.

-Disculpe pero, él me está esperando.

Escuché como la recepcionista murmuraba algo y luego reía discretamente.
No me estaba cayendo para nada bien.

-¿Y su nombre es?-dijo a continuación.

-Fernanda Scaalo.

-Deme un momento-marco unos números, comenzó a hablar con alguien, su rostro se puso más serio y luego colgó.
Ahí tienes, jajá y mentalmente le saqué la lengua.

-Disculpeme señorita Scaalo, el señor la está esperando, aquí tiene una tarjeta de pase libre , tome el ascensor y vaya al piso 7.

-Gracias.


Sin Miedos (Unless The Love)Where stories live. Discover now