Cayendo en tu red (Castiel CDM)

Capítulo 41 ¡Feliz no tan Feliz Cumpleaños!

-Ya deben entrar –dijo y de inmediato se escucharon unas voces provenientes de la entrada. Las voces poseyeron rostro rápidamente, había dos muchachos muy guapos, el primero era un poco más bajo que Castiel tenía le cabello negro, unos ojos verdes que resaltaban mucho y de tez blanca, el otro chico podía apostar que era tan alto como Castiel, al igual que él era pelirrojo pero estaba segura que no era teñido como él y unos ojos marrones muy lindos a mi parecer.

-No puede ser –Castiel susurro y cuando dirigí mi mirada a él, note que estaba tensó y su ceño fruncido -¿Qué hacen ellos aquí?

-Son nuestros hijos –respondió la señora Lilian bruscamente –No importa lo que haya pasado antes, ellos necesitaban a alguien que estuviera pendiente de ellos, en otras palabras una familia, y ahora somos la familia de Jack y Thomas –No puede ser.

-De verdad queríamos verte Castiel. Hemos cambiado ya no somos los mismos de antes y creemos que tú también puedes hacerlo –el chico ojiverde también conocido como Jack fue el primero en hablar.

-Queremos volver a ser tus amigos, eso es lo que hubiera querido Daniel –le siguió Thomas. Sin poder aguantar una palabra más Castiel golpeo la pared haciéndome pegar un brinco y se fue escaleras arriba, observe la pared y había una grieta en esta, debió de quedarle una marca en los nudillos.

-Lamento lo que paso –dijo Mike quien claramente estaba enojado –Por favor no se vayan, ahora mismo voy a ir hablar con ese chico y lo hare entrar en razón.

-Espere, Mike -Jack y Thomas lo interrumpieron –Nosotros iremos, por favor déjenos hablar con él –Mike asintió y ahora era mi turno de interrumpir.

-No van hacer eso, es muy mala idea, yo iré hablar con él, pero si quiere irse así haremos.

-Millhi...-Olivia parecía a punto de llorar.

-Lo siento pero Castiel tiene toda la razón para estar enojado, debieron de haberle dicho antes, que ellos iban a venir –respondí y antes de que alguno pudiera decir algo me dirigí hacia el piso de arriba y me plante frente a la puerta de nuestra habitación. Entre y ahí estaba él sentado en la orilla de la cama y con la mirada puesta en el piso.

-Ven aquí –susurro pero claramente alcance a escuchar. Su voz era rota eso me partió demasiado el corazón. Me acerque a él y me hizo sentar en su regazo, rodee su cuerpo con mis brazos y él enterró su cabeza en mi cuello –Me gusta ese vestido, es sexy

-Entonces alucinaras con el traje de baño –por fin escucho una risa de parte suya –Tengo que admitir que me muero por verte en traje de baño y cuando estemos aquí solos, te lo quitare sin ningún permiso

-Que gran forma de subirme el ánimo –por fin su mirada se encontró con la mía, tenía una sonrisa sincera pero sus ojos eran otro asunto –No esperaba verlos aquí

-Lo sé

-Es difícil tener que recordar todo lo que paso, es algo que intentaba mantener oculto

-¿Qué quieres hacer? –pregunte con la voz más dulce que pude mientras acariciaba su mejilla con mi pulgar.

-No me quiero ir –Esa respuesta de verdad me sorprendió –Siento que si me voy no seré capaz de ser lo que mereces Millhi

-Ya eres todo lo que quiero –estoy intentando contener las lágrimas pero cada vez se hace más difícil –No tienes que hacer esto

-No, pero quiero hacerlo por ti, por mí, por los dos, necesito avanzar y huyendo no es la solución.

–Estoy orgullosa de ti –le plantee un beso en los labios.