78 - 'Impotencia'

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Me bañé, me vestí y cuidadosamente salí de la casa, nadie se levantaba todavía, y eso que ya eran las 11:15, ¿y yo era al que tachaban de holgazán? la gente cínica no rondaba solo las calles de Detroit, eso era un hecho. Como todo un idiota sin saber dónde estaba parado, caminé por las calles buscando un sitio donde sirvieran algo que pudiera comer, llevaba algunas libras que Robert me dio hace tiempo y guardé en uno de mis calcetines, ya no vivía como un vago, pero seguía sintiéndome como uno.


Llegué a un pequeño local no muy lejos de la casa de mi novio, era un lugar lleno de gente, muy acogedor, el aroma a té llenaba por completo la habitación, al mismo tiempo que la tenue luz que brindaban las lámparas del techo iluminaban el sitio, ya que había ventanas, pero el clima londinense impedía que el sol se asomara a saludar.


Me senté en una de las mesas, juntando mis manos bajo la mesa y mirando a las personas alrededor, mi garganta dolía cuando veía parejas sentadas riendo y hablando tranquilamente, me dolía pensar que Robert y yo estábamos tan bien, y repentinamente, toda nuestra felicidad empezó a venirse abajo, no era culpa de nadie, las circunstancias nos tomaron desprevenidos a ambos, pero aún así, era muy horrible pensar en eso.


— Buen día — escuché la voz de alguien que me hablaba, alcé sutilmente la mirada, topándome con un chico de cabello avellana con ojos negros, quien sujetaba una pequeña libreta entre sus manos, no dudé que trabajara allí — ¿Puedo tomar su orden, señor?


— Un completo y un café, por favor — murmuré apoyando ambos codos en la mesa, si Robert hubiera estado allí, me habría estrangulado por pedir un café con un desayuno londinense, pero siendo honestos, la falta de cafeína me empezaba a afectar.


— ¿Café? ¿no quiere té señor?


— No, con un café basta.


— Mh, eres americano, ¿verdad? — me dejó algo intrigado la forma en la que ese sujeto me hablaba, le miré algo curioso, notando que tenía algunas perforaciones en sus orejas, y tenía un poco largo el cabello, no tanto como mi novio, pero igual se notaba que no se lo cortaba hace mucho.


— ¿Por? — dudé arqueando una ceja.


— Porque ningún Inglés que se respete bebe café con un completo — mencionó terminando de escribir en su libreta, yo le miré algo receloso, sus palabras no me agradaban, y con alguien debía desquitar las frustraciones de mi vida en pareja.


— Pues tú no tienes mucho acento inglés que digamos.


— Es porque no soy inglés — respondió cínicamente, logrando que yo le mirara algo asombrado — Soy de massachusetts.


— ¿Norteamérica?


— Bueno, no hay un massachusetts en Australia, hasta donde sé — me respondió de forma cínica, yo le miré con molestia, logrando que el sujeto carcajeara con malicia — Imagino que tú eres de Detroit.


— ¿C-Cómo sabes que yo—


— Detroit se caracteriza porque su gente ama pelear, sea por la razón que sea — dijo interrumpiendo mis palabras, yo le miré algo frustrado pasando mi mano por mi rostro — Bien señor Detroit, ¿la cuenta desea pagarla en efectivo o con tarjeta?

Amor Y PrejuicioWhere stories live. Discover now