84 - 'Lástima'

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Pasé la tarde aprendiendo cómo era el trabajo en aquel local, tal vez era mi nula experiencia laboral saliendo a flote, pero tantas tareas por cumplir se me hacían pesadas, empezaba a entender porqué estaban tan faltos de personal.


El tiempo pasó de forma bastante rápida por suerte, cuando me di cuenta ya eran las 06:39 de la tarde, las personas empezaban a irse, el café cerraba a las 09:00, pero ya a las siete empezaba a quedarse solo.


— Recuerda — me decía Richard mientras caminaba con algunos platos entre manos, yo le seguía con unas tazas y cubiertos entre las mías — Trata con calma y amabilidad a las personas, así estas te traten con desprecio, ¿de acuerdo?


— Lo tendré en cuenta — dije llegando con él al mostrador y depositando las tazas en el mismo — ¿Y qué tal es la paga aquí?


— Decente, no te harás rico, pero podrás pagar la renta y comprar algo de comida.


— Suficiente para mí — dije suspirando y mirando a las personas sentadas en las mesas, recordé las tardes en las que Robert y yo íbamos a tomar café y a platicar tranquilamente, y un dolor invadió mi pecho al pensar que mi novio no me había llamado en todo el día, me fue imposible no agachar la mirada mientras suspiraba con pesadez.


— ¿Todo bien? — preguntó Richard mirándome algo extrañado.


— Sí, solo... me marea el olor del té — mentí, no quería confesar lo que me aquejaba, no quería ir por la calle llorando y quejándome porque "mi vida era difícil", que mi novio no me llamara no era tan grave, en comparación con los problemas de otras personas, eso lo sabía muy bien.


— Te entiendo, ese maldito té es un asco, no sé porqué a estos ingleses les gusta tanto — murmuró sentándose en un banco frente al mostrador y apoyando ambos brazos en el tablón de madera.


— Es más sano que el café, debes admitirlo.


— ¡Al diablo que sea sano, es un asco! — exclamó ese sujeto cínicamente, aunque sus quejas fueron frenadas al sentir cómo alguien le golpeaba la cabeza desde atrás — ¡Auch, oye!


— Deja de quejarte, pareces niña — dijo la chica con perforaciones mientras se acercaba a la caja y sacaba varios billetes de esta misma, ella me miró de reojo con algo de seriedad, seriedad que me hizo agachar apenado la mirada — ¿En verdad el señor Turner le dió trabajo a este chico? — dijo mirando a Richard atentamente.


— Lo hizo como un favor para mí, porque es mi primo — mencionó sonriendo coquetamente, la chica bufó frunciendo el ceño.


— Tú no tienes primos en Londres, Richard.


— Eso tú no lo sabes Page — respondió alzando sus hombros y levantándose de su asiento — Además Taylor ha trabajado mucho hoy, logró impresionar al jefe.


— Lo dudo — murmuró mirándome de reojo — Tiene cara de ser un niño ricachón que nunca ha trabajado, dudo mucho que logre encajar aquí.

Amor Y PrejuicioWhere stories live. Discover now