73 - 'Asfixiante'

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Abrí mis ojos poco a poco, dándome cuenta gracias a la ventana junto a la cama que dejaba entrar los tenues rayos de luz, de que la mañana ya había llegado. Me senté en la cama estirando mi cuerpo y bostezando sutilmente, noté un brazo rodeando mi cadera, se trataba de mi novio, quien parecía perdido aún en un profundo y cálido sueño, verlo de tal forma me hizo sonreír con ternura.


Me volví a recostar junto a él, examinando cada detalle del rostro de mi novio, me sentía tan pleno al despertar de esa forma con él, gozar de la compañía de Robert era simple y completamente, delicioso.


Repentinamente sentí un suave cosquilleo bajando por mi espalda y mi vientre, cosquilleo que me hizo fruncir el ceño con fastidio, y al retirar la manta que me cubría, y ver cierto bulto entre mis piernas, no pude evitar quejarme entre pesados gruñidos de molestia, empezaba a odiar que mi cuerpo me pidiera tener sexo casi siempre, imaginaba que era el exceso de serototina que Robert me provocaba, pero de igual forma, era una molestia querer sexo siempre.


Robert lucía muy tranquilo, no quería despertarlo, y definitivamente levantarme para darme una ducha iba a hacer que su sueño se viera interrumpido. Maldije entre dientes bajando mi mano par empezar a tocarme, admito que el hábito de masturbarme todavía se quedaba en mí, y aunque estaba harto de tener tantas erecciones, una tocada al día no iba a hacerme daño, o al menos eso fue lo que pensé.


Cubrí mi boca con mi mano libre, separando mis piernas y acelerando mi vaivén, quería venirme rápido, no quería que Robert se diera cuenta de lo que estaba haciendo, ya veía venir sus comentarios burlones e irónicos, por lo que mi misión era un orgasmo rápido y olvidar que eso sucedió, aunque, verlo dormido junto a mí mientras me masturbaba, era bastante seductor.


Como todo un pecaminoso de primera, tomé la manta que tapaba su cuerpo y la levanté con intenciones de verle el miembro a mi novio, aprovechando que habíamos tenido sexo y ninguno de los dos se puso pantalones; me relamí los labios al verlo, grueso, algo endurecido debido al mágico efecto mañanero, mis ganas de metermelo a la boca me enloquecían, me da asco el Taylor excitado, y me abruma que por alguna extraña razón, a Robert le encanta.


Saqué la lengua jadeando con voz ronca mientras aceleraba el movimiento de mi mano, pero por alguna razón, mi propia mano no lograba satisfacerme, era tan odioso, antes de tener pareja una tocada era lo máximo para mí, ahora era algo sumamente pobre y nada satisfactorio. Algo pasó por mi lujuriosa mente en ese instante, se me hizo muy desagradable, pero debía bajarme el calor corporal, así que no tenía opción, y de cierta forma, quería saber qué se sentía hacer eso que acababa de pensar.


— ¡Ahh!— gemí de forma ronca al juntar mis dedos e introducirlos en mi entrada casi de golpe, de la misma forma en la que mi novio me penetraba, sentí una corriente ligera recorrer mi cuerpo, no era igual al pene de Robert, pero penetrarme era muy placentero — Ahh, amor — gimotee por debajo mientras mi cuerpo se movía de forma muy vergonzosa, me perdí por completo en lo que hacía y decía, tanto así, que no me di cuenta de que tenía público gozando de mi show.


— Vaya, qué forma tan linda de despertar — escuché esa voz tan ronca que me erizaba la piel, jadee al voltear y ver a mi novio con los ojos abiertos y una encantadora sonrisa en su rostro, acompañada de un intenso sonrojo que denotaba que le estaba gustando lo que veía.


— ¡R-Robert! — gimotee al verlo despierto, él me tomó de la mejilla para besarme con deseo, beso al que no dudé en corresponder.

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