63 - 'Nido'

4 2 1
                                    


— Debí imaginarlo — dijo él entre pesados suspiros, mirándome de arriba a abajo con decepción, odiaba esa mirada de decepción de su parte.


— Robert no es lo que tú crees, ¡Te lo juro!


— ¡¿Te atreves a jurarmelo?! ¡¡estás conmigo solo por mi dinero, eso me ha quedado claro ahora que vivimos juntos!!


— Robert por favor, te lo puedo explicar.


— Ahórrate tus explicaciones — dicho esto se dio vuelta y empezó a caminar lejos de mí — Empaca tus cosas y lárgate de mi casa, no quiero volver a verte.


Sentí un dolor horrible acentuarse en mi pecho, me dejé caer de rodillas al suelo abrazándome a mí mismo con fuerza, empecé a sentir mucho frío a mi alrededor, similar al frío que sentí cuando Robert me abandonó, lo miraba alejarse y desaparecer de golpe, y cómo de a poco mi pecho empezaba a latir de forma lenta, como si me estuviese muriendo.


Abrí de golpe mis ojos jadeando pesadamente, mi pecho latía con fuerza, y mis ojos se sentían cristalizados. Alcé un poco la mirada, notando que estaba envuelto en aquella manta rojiza en donde me hicieron el amor hasta la madrugada. Empecé a buscar con la mirada a Robert, sin encontrarlo por ningún lado, hasta que, la puerta del baño se abrió, y lo vi saliendo del mismo, tan elegante como siempre, con el cabello mojado y abrochándose una camisa blanca perfectamente planchada.


— Buenos días, cariño — me saludó sonriéndome calmadamente para ir hacía mí y darme un beso en la frente — Creí que dormirías hasta más tarde.


— Robert — susurré aún bastante abrumado por la imágen de mi sueño, él me miró un poco preocupado por mi obvia expresión de pesar y confusión.


— ¿Estás bien? ¿pasó algo? — preguntó tomándome de las mejillas, asentí tomando sus muñecas suavemente.


— Sí, solo... creo que tuve una pesadilla — admití mirándole apenado, él me tomó el cuello para volver a besarme suavemente la frente.


— Ya pasó, no te preocupes, solo fue un sueño.


— Lo sé, pero... se sintió tan real — murmuré mientras abrazaba el torso ajeno con fuerza, recordar ese frío y ese dolor en mi pecho, hacía que mi respiración se agitara horriblemente.


— Ty, amor, cálmate — dijo tomándome de los hombros para verme fijamente a los ojos de nuevo — Respira, aunque lo parecía, eso no fue real — tomó mi mano con ternura para besarla suavemente, haciéndome sonrojar ligeramente — Esto sí lo es.


Sonreí tímidamente para levantarme de la cama y besar con ternura los labios ajenos, amaba el calor que me brindaba el cuerpo de Robert, y volver a sentir al menos en sueños ese terrible frío que me dejó su abandono, me hacía atesorarlo muchísimo más.


— ¿Ya debes irte? — murmuré obsevándole con temor y pesadez.


Amor Y PrejuicioUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum